100 mossos toman La Mina en una redada antidroga

Los ocho detenidos, ya en libertad, son de la familia del fallecido 'Tío Manolo'

MAYKA NAVARRO / SANT ADRIÀ DE BESÒS

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Tras nueve meses de complejas investigaciones, un centenar de agentes de los Mossos d'Esquadra irrumpieron el miércoles pasado de madrugada en ocho pisos de la calle de Astronàutica del barrio de La Mina, de Sant Adrià de Besòs. La operación fue espectacular. El barrio entero dormía. Ocho personas de una misma familia, el denominado clan Alunda, también conocido como el clan de los Manolos, fue detenido acusados de tener el principal punto de venta de droga a pequeña escala a consumidores de todo el barrio. Ayer, un juez decretó la libertad de los ocho, pero con cargos.

El clan Alunda es uno de los más conocidos en el barrio de La Mina. Les conocen también comolos Manolosporque son familia deltío Manolo, un histórico hombre influyente del barrio de La Mina fallecido en 1996, al que los payos consideraban erróneamente como patriarca del barrio. Pero, como muy bien contaban los gitanos: "Cada uno manda en su casa y no hay nadie que mande en la de todos. Eso sí, se escucha y respeta a los mayores".

No es fácil investigar a un clan familiar dedicado a la venta de droga en un barrio como La Mina, donde todo el mundo, incluso traficantes y policías, se ven a menudo las caras. Detectar --morderen la jerga policial-- a un agente de paisano mientras hace un seguimiento es muy fácil. Aun así, los miembros de la unidad de investigación de la comisaría de Sant Adrià consiguieron reunir suficientes pruebas ante un juez para que este les autorizara las ocho entradas simultáneas en viviendas.

El despliegue policial fue espectacular. "Los agentes de Sant Adrià contaron con el apoyo de las unidades antidisturbios (Brimo) y las de seguridad ciudadana (Arro), además de perros especializados en la detección de droga", contó ayer el inspector Xavier Porcuna, jefe de la comisaría de Sant Adrià.

Los detenidos escondían, repartidos en varios escondrijos de las viviendas, 60.000 euros en metálico, básculas de precisión para pesar sustancias tóxicas y pequeñas cantidades de droga.

Según los investigadores, esta familia controlaba buena parte del mercado de venta de droga a pequeña escala del barrio. Son muchos los toxicómanos que acuden a diario a La Mina a buscar sus dosis. La venta se había trasladado a espacios comunes del bloque de pisos, situación que creaba inseguridad.