Educación

La Academia Cultura de L'Hospitalet se libra del cierre

La alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, promueve una reunión con el 'conseller' Bargalló y las otras partes implicadas que abre un año de moratoria y asegura la continuidad por ese tiempo

El objetivo de las complicadas negociaciones es un cambio de titularidad y que el centro educativo pase a ser público

Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet, junto a los componentes de la acampada de la Academia Cultura en el Departament d'Educació.

Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet, junto a los componentes de la acampada de la Academia Cultura en el Departament d'Educació. / El Periódico

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una reunión promovida por la alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín, entre las partes ha permitido este mediodía sentar las bases para evitar el cierre de la Academia Cultura, el centro concertado del barrio de Collblanc-Torrassa con 70 años de vida amenazado de cierre. Familias de sus 350 alumnos y docentes han visto así cómo sus meses de lucha contra el cierre, incluida esta semana una acampada ante el Departament d’Educació, habían dado un primer fruto positivo.

Marín convocó en el ayuntamiento al ‘conseller’ Josep Bargalló, a Javier Pulido (CCOO), y a representantes del Arzobispado de Barcelona (dueño de los dos inmuebles del centro) y al propietario de la escuela. En la reunión se fijó un año de moratoria para que el centro educativo mantenga su actividad al tiempo que emprende los complicados trámites hacia un cambio de titularidad para que la Academia Cultura sea pública. Se convertiría así en el segundo centro público del distrito.

El arzobispado decidió rescindir el alquiler a partir de agosto por incumplimiento del contrato respecto al mantenimiento del edificio e impago del alquiler desde julio de 2020, lo que supone una deuda de 51.640,07 euros. El departamento autorizó la decisión del arzobispado. Fue entonces cuando se iniciaron las protestas para evitar el cierre, que incluyeron la recogida de 3.700 firmas y una acampada delante del Departament d'Educació junto a representantes sindicales de CCOO Educació. El ayuntamiento, por su parte, advirtió entonces que la matrícula en el distrito estaba al límite, lo que complicaba sobremanera la búsqueda de alternativas para distribuir a los 350 alumnos del en caso de cierre.