El viaje de 12 años de Oriol Romeu hasta volver al Barça

Ulldecona, Barcelona, Londres, Valencia, Stuttgart, Londres, de nuevo, Southampton, Girona y ahora Barcelona, ya casi en la última curva. Asi ha sido el largo viaje de Oriol Romeu hasta llegar de nuevo al club azulgrana. Ha firmado hasta 2026, con cláusula de rescisión 400 millones de euros en un traspaso del cual el club azulgrana no ha querido revelar oficialmente su importe, aunque el Girona acabará percibiendo cuatro millones de euros.

Comenzó la pretemporada el centrocampista, de 31 años, entrenando con el Girona en La Vinya y la continuará cambiando de club y de ciudad, con el mandato de presentarse en Sant Joan Despí, su vieja casa cuando era canterano azulgrana, y su inmediata incorporación para subir al avión del Barça rumbo hoy mismo a la gira estadounidense. Ya está entrenando a las órdenes de Xavi.

Antes, sin embargo, firmó ese contrato tres temporadas para ser el sustituto de Sergio Busquets como deseaba Xavi Hernández, su efímero y antiguo compañero y desde ahora su nuevo entrenador- Se fue con 19 años y vuelve con 31, casi a punto de cumplir 32 (será el próximo 24 de septiembre). Se fue porque no veía futuro con Busquets delante. Y regresa porque se ha ido 'Busi'.

'Cláusula del miedo' para Pablo Torre

Tras una tensa negociación, el Barça se ha llevado a Oriol Romeu, abonando la cantidad fijada en la cláusula, que asciende a 3,4 millones y el jugador, al no querer rescindir unilateralmente su contrato, asume lo que falta hasta los 4 millones. No quería salir de malas maneras el centrocampista de Montilivi.

Además, se da también la cesión de Pablo Torre al club gerundense, donde a las órdenes de Michel Sánchez dispondrá de más oportunidades de las que dispuso con Xavi Hernández. Aunque el club azulgrana ha impuesto la 'cláusula del miedo' para el joven centrocampista. No podrá, por lo tanto, jugar en Montjuïc. Ni tampoco en Montilivi.

Pablo Torre tuvo un papel marginal en el Barça de Xavi. Sólo ha intervenido en 13 de los 53 partidos oficiales (el 24,5%) pero la suma del minutaje se queda en un mísero 7%: 336 minutos de 4.800. Michel deseaba la incorporación de Torre (20) para que juegue de interior izquierdo, en la posición que ha dejado vacante Rodrigo Riquelme, reclamado por el Atlético de Madrid tras su exitosa cesión al cuadro de Montilivi. El Girona deseaba también los servicios de Nico González, pero su agente, Jorge Mendes, prefiere que vaya cedido al Oporto, y Xavi, su actual entrenador, quiere verle de cerca más tiempo.

Doce años después

Romeu ya había alcanzado un acuerdo contractual y económico con el Barça después de que Xavi hubiera manifestado su voluntad -le llamó personalmente- de que regresara al club para ocupar el vacío dejado por Sergio Busquets. Una responsabilidad enorme que el jugador tarraconense asume con naturalidad. Ya la asumió el primer día que se la encomendaron.

El 14 de agosto de 2010 en Sevilla. En el Sánchez Pizjuán, en la ida de la Supercopa de España, con derrota azulgrana por 3-1, remontada claramente en la vuelta cuando aparecieron los titulares, recientes campeones del mundo en Sudáfrica. Estaban de vacaciones durante la gira asiática y fueron convocados por Vicente del Bosque para un amistoso, así que Pep Guardiola tuvo que armar una alineación improvisada. Romeu fue el pivote de una medular con Jonathan dos Santos y Seydou Keita.

Formado en la cantera del Barça desde la categoría infantil (antes militó en la del Espanyol), Oriol Romeu Vidal, nacido en Ulldecona el 21 de septiembre de 1991, subió todos los escalones hasta el primer equipo. En la campaña del debut (2010-11), después de completar aquel partido, no volvió a jugar hasta la penúltima jornada de Liga, ya ganada, ante el Deportivo (0-0) y en otra masiva reserva de titulares para la final de Wembley ante el Manchester United.

Romeu no pudo afrontar en su día la dura competencia con Xavi, Busquets, Iniesta, Keita, Mascherano, Thiago, Dos Santos, Adriano y Cesc después.

Competencia brutal

La falta de perspectivas es lo que movió a Romeu a abandonar el Barça. Ocho futbolistas le barraban el paso en el primer equipo: Xavi, Busquets, Iniesta, Mascherano (aún centrocampista en aquella época), Thiago, Keita, Dos Santos y Adriano. Luego se incorporó Cesc Fàbregas.

Romeu fue traspasado al Chelsea en el verano de 2011, por 5,1 millones de euros. Pretendido por el Arsenal y el Liverpool, le convenció André Villas-Boas, el técnico de los blues para recalar en Stamford Bridge. El Barça se reservó la opción de recompra por 10 millones al año siguiente y 15 en 2013. A nadie pasaba desapercibido la calidad del mediocentro tarraconense, que había sido internacional sub-17, sub-18, sub-19 y sub-20, y que la imposibilidad de jugar en el Camp Nou residía en la brutal competencia que tenía enfrente.

"Es un jugador con un futuro brillante, una de las promesas más importantes en esta posición”, dijo Villas Boas cuando le fichó por el Chelsea.

La apuesta del Chelsea

"Es un jugador con un futuro brillante, una de las promesas más importantes en esta posición”, sostuvo Villas-Boas de uno de sus primeros fichajes. El Chelsea le destituyó en abril de 2012, y en ausencia de su valedor Romeu perdió presencia en el equipo con Roberto di Matteo. Con Rafa Benítez, el siguiente técnico, se perdió media temporada con una grave lesión de rodilla. Romeu jugó cedido una campaña en el Valencia (13-14) y otra en el Stuttgart (14-15).

El Southampton pagó 7 millones al Chelsea por él en una larga etapa de 7 años en la Premier que acabó en Girona el verano pasado. Un punto y seguido para el regreso a los orígenes. Al puesto de mediocentro, y quién sabe, si para enfundarse también el dorsal 5 que ha dejado libre Busquets.