Laporta-Tebas, ¡que se besen! ¡que se besen!

Yo no es que admire a Ferran Monegal. Soy más que eso. Soy un lector empedernido de sus críticas televisivas. Me parece un genio a la hora de describir las cosas que pasan en la pequeña pantalla y de alertarnos de los goles que pretenden meternos, aquí y allí.

Por eso, cuando después de presenciar el debut de ‘El factor clau’, programa creado y vendido a TV-3, casi al unísono, por tres amigotes como Joan Laporta, Jaume Roures y Xavier Sala i Martín, empecé a contar las horas (por suerte no son días) que tardaría en leer el ‘Tú y yo somos tres’ del maestro, que sabe mucho de teatro, por eso los retrata a todos.

Y, sí, Monegal tuvo la misma impresión que yo al contemplar semejante homenaje a Laporta, héroe y salvador del FC Barcelona. Y, claro, Monegal acabó con una frase prodigiosa: «Es hasta impúdico». Y como el crítico jamás utiliza las palabras por utilizarlas, me fui al diccionario de la RAE. Impúdico: carente de pudor o recato. Pudor: honestidad o modestia. Recato: cautela o reserva. Es decir, el programa careció, eso fue muy, muy, evidente, de honestidad, modestia, cautela y reserva.

Marcha atrás

Lo que más me llamó la atención fue el ataque desesperado de Laporta contra Javier Tebas, presidente de LaLiga, es decir, de la patronal del fútbol, a quien casi señaló como el provocador del ‘caso Negreira’ porque el Barça no firmó con CVC. Y dijo más: «Tebas tiene un salario que dobla el del presidente de cualquier banco».

No pensé, de verdad, que se le había ido la mano al presidente azulgrana, qué va, qué va. Pensé que (como luego me explicaron), el programa había sido grabado hacía varios meses. Y, claro, como Laporta cambia tanto de opinión y de verdad (en TV3 dijo que rechazaron una oferta por Frankie de Jong de 100 millones de euros, cuando resultó que Mateu Alemany convocó un día a la prensa para que le ayudaran a vender al holandés, pues no había manera), pensé que Sala i Martín no tuvo en cuenta que, desde hace algunas semanas, su amigo está recogiendo velas y tratando de hacer las paces con el patrón pues, al final, ha quedado muy claro que los números verdaderos son los que siempre ha esgrimido Tebas, no las que pretendió vendernos Laporta.

Lo lamentable de todo lo que está pasando entre Laporta y Tebas es que los dos se necesitan (bueno, los que se necesitan son LaLiga y el Barça) y escenificar este tipo de peleas de patio de colegio cuando todos sabemos que, al final, se abrazaran y alguien cantará, como en las bodas, «¡que se besen! ¡que se besen!», no tiene demasiado sentido. O, sí, retratar a los dos personajes, demasiado futboleros y futbolísticos como para otorgarles cierta credibilidad.

Han llegado a pedirse la dimisión el uno al otro. Han llegado a culparse de la no continuidad de Leo Messi en el Barça. Y, ahora, cuando el Barça está con el agua al cuello sufriendo por inscribir todo lo que ha renovado y fichado, ‘el buen patrón’, película de Jaume Roures, abre la mano y contenta al presidente culé.

Como diría Ferran Monegal, «es hasta impúdico».