CLAVES TÁCTICAS

Las claves del Rayo-Barça: un líder de baja tensión

La crónica del Rayo-Barça: Los García tumban a un insípido líder

Xavi, ante la visita a Vallecas: "El Rayo es una roca"

Rayo Vallecano - FC Barcelona

Rayo Vallecano - FC Barcelona / Rodrigo Jiménez / Efe

Joan Domènech

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Escuchó el Barça "olés" del público. Pero no por su juego, sino por los momentos en los que el Rayo le bailó, cuando manejaba el 2-0 y el líder iba persiguiendo el balón que tantas veces sabe monopolizar. Distendido y protegido por una ventaja de 11 puntos ya garantizada por la derrota del Madrid en Girona, el once de Xavi perpetró una mala actuación futbolística y actitudinal y volvió a caer frente al Rayo al que no ha ganado ni esta temporada ni la anterior.

Catena y Raphinha, en un lance del encuentro.

Catena y Raphinha, en un lance del encuentro. / Juan Medina

Agrandar la pequeñez

Dos cambios de juego de Ronald Araujo cayeron en la grada. Fue el síntoma más evidente de que las medidas de Vallecas eran más reducidas que las de cualquier campo. No era un secreto. Hace años que se sabe. Tampoco era una sorpresa para Araujo, que ya había pisado el estadio madrileño.

El Barça procuró agrandar lo máximo posible el rectángulo de juego, cuya superficie es sensiblemente inferior a la del Camp Nou. Abrió laterales y extremos para que Pedri y Gavi pudieran recibir con relativa comodidad. Fue imposible. En los emparejamientos, el Rayo dejó libre a Araujo para que iniciara el juego. Invitado el uruguayo a dar pases, los discípulos de Iraola saltaban al receptor azulgrana para que no se diera la espalda.

Gavi presiona a Álvaro García tratando de robar el balón.

Gavi presiona a Álvaro García tratando de robar el balón. / Juan Medina

Pérdidas de balón clave

Había avisado Xavi a sus jugadores de que no se entretuvieran en el juego por la intensidad de la presión rayista. Dos acciones clave animaron a los locales para conectar los primeros remates del partido. Cometieron esas pérdidas dos de los jugadores más seguros: Pedri y Gavi. Llegaron en apenas tres minutos.

Los ataques locales se desencadenaron con velocidad. El primero fue un aviso que dio Camello; el segundo fue el gol de Álvaro en un tiro cruzado mal tapado por Koundé, inapelable para Ter Stegen, que había recibido un golpe en el calentamiento y que despertó preocupación en el Barça. Desde la primera vuelta, en la visita al Bernabéu, no había recibido dos goles. Entonces fueron tres.

Imagenes de la derrota del Barça ante el Rayo por 2-1

Imagenes de la derrota del Barça ante el Rayo por 2-1 / Agencias

Agresividad mal entendida

Cometió el doble de faltas el Barça que el Rayo hasta la hora de partido. O eso pitó Gil Manzano, que volvió a hacer méritos para ser observado con ojeriza desde el Camp Nou. Sacó tres tarjetas en cuatro minutos a los azulgranas, una de ellas a Alba, que era suplente, por protestar. Cuando se igualaron las infracciones (14 del Barça, 10 del Rayo), no se igualaron las tarjetas. Vio una Raphinha, y la del Rayo fue para Dimitrievski por perder tiempo. Gil Manzano se dio cuenta en el minuto 92.

La intensidad del Rayo fue efectiva, porque le permitió conducir el duelo a su terreno, de incomodar al máximo a los azulgranas. Los choques fueron fuertes con el balón por medio; las entradas azulgranas fueron a destiempo, algunas aparatosas, otras improductivas por tardías. Ninguna de Koundé, blando y pasivo otra vez, condescendiente en el gol de Álvaro y que se dejó robar un balón largo por Camello.

Dimitrievski atrapa un balón a costa de Lewandoski.

Dimitrievski atrapa un balón a costa de Lewandoski. / Juan Medina

Lewandowski, tardío

Tan blando como Frenkie de Jong en un cruce con Fran García, que se coló solo por el carril central hacia Ter Stegen en un lamentable saque de banda horizontal. Jugaron tres peloteros en el centro del campo y de nada sirvió para que la posesión (60% a 40%) fuera productiva. "Nos faltó paciencia para construir", lamentó Xavi.

Incómodo y deslabazado el Barça, no llegó un balón decente a Lewandowski hasta el minuto 41. Se lo dio Pedri, y acabó en gol. Un fuera de juego mínimo, necesitado de ser confirmado por la línea del VAR. La confirmación de la importancia que tiene el canario para nutrir de balones al delantero centro. Aunque no hubiera uno más.

"Nos faltó atacar el área con más jugadores", criticó Lewandowski, confirmando la soledad que sintió. "Nos faltó paciencia para construir", repitió el delantero la queja de Xavi. Los dos también coincidieron en que se vio un Barça menor e insuficiente. Peor que el Rayo una vez más.

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