Xavi cohabita a partir de Mestalla con una traumática herida europea

A Xavi le toca a partir de ahora convivir con la tremenda y traumática herida europea. Una herida de difícil cicatrización que le acompañará en los próximos meses, obligado el técnico a demostrar que su Barça ha aprendido de "la buena castaña" que le proporcionó ser enviado por Inter y Bayern a las catacumbas de Europa.

Una herida abierta en un proyecto que exigía resultados inmediatos dada la enorme inversión económica ejecutada (200 millones en fichajes en apenas ocho meses) además del riesgo asumido por la venta de activos del club (las famosas palancas) para quedarse fuera de los grandes del continente cuando ni ha terminado octubre. Una herida que se visualizará este sábado en Mestalla, primer test tras el enésimo baño de realidad del Bayern.

"Hemos hecho autocrítica, sobre todo en los partidos del Inter y Madrid. Dentro tenemos un diagnóstico claro. Al equipo ¡le falta más pausa, más calma, más tranquilidad, somos conscientes"

— Xavi, técnico del Barça

"Hemos hecho autocrítica, sobre todo en los partidos del Inter y Madrid. Dentro tenemos un diagnóstico claro", ha comentado el entrenador sin dar pistas sobre las causas concretas aunque sí reconoció que a su equipo "le falta más pausa, más calma, más tranquilidad, somos conscientes".

"El Barça de los centrocampistas"

Y luego ha querido poner el foco el entrenador en que "el Barça es más de los centrocampistas que pensamos" cuando, curiosamente, su equipo se vuelca, sobre todo, en los extremos.

"Dentro no tenemos dudas"

 Con Xavi necesitado de encontrar respuestas a un equipo que camina con paso firme en la Liga (28 puntos de 33 posibles), aunque sigue igual de traumatizado como siempre en la Champions. Dudas que aparecen ahora porque la semana trágica (empate con el Inter que era casi adiós definitivo a la Champions y derrota en el clásico) han minado la credibilidad de todos.

Desde el técnico, cuestionado porque su gestión en los grandes partidos no ha dado resultado, al presidente, irritado porque su apuesta por las palancas no ha tenido impacto inmediato. Mientras el Madrid transita feliz sin Cristiano (campeón de Liga y de Champions), el Barça no sabe vivir sin Messi, una garantía, al menos, para llegar a octavos de final.

"Hay amistad y noto la confianza total del presidente, estoy encantado con él. Nos da mucha confianza"

— Xavi, técnico del Barça

"Dentro no tenemos dudas", pregonó este viernes el técnico insistiendo en "no desviarse de la idea" justo cuando más turbulencias asoman por "el batacazo", así lo definió Xavi, europeo. La presión sobre él aumenta. Aún más. No hace falta que se lo diga nadie. Él, profundo y sabio conocedor del club y, por supuesto, del entorno, es consciente del territorio que pisa.

Aumenta porque el presidente, que cambió su discurso por vez primera esta temporada tras el 0-3 del Bayern apelando a que se vive «un proceso de reconstrucción donde habrían altos y bajos», lo mira con suma atención. Lo escruta sigilosamente. Y cada vez más.

"Apoyo total de Laporta"

"Hay amistad y noto la confianza total del presidente, estoy encantado con él. Nos da mucha confianza", reveló el técnico, consciente de que Mestalla permitirá saber la primera respuesta a la herida. "Los resultados van a llegar y si no llegan pues vendrá otro entrenador, es ley de vida", argumentó casi con tono conformista Xavi, quien se asoma hoy a una noche fundamental para ganar tiempo si derrota al volcánico Valencia de Gattuso ("es un equipo valiente, ofensivo", dijo) o volverá a pisar territorios pantanosos si la crisis europea se traslada a la Liga, algo que ha sabido evitar hasta el Barça.

"Los resultados van a llegar y si no llegan pues vendrá otro entrenador, es ley de vida"

— Xavi, técnico del Barça

Un equipo extremadamente fiable cuando se mide a rivales medianos o pequeños pero luego se encoge peligrosamente frente a los grandes: Madrid (derrota), Inter (derrota y empate que fue una ‘derrota virtual’), Bayern (derrota y derrota). De ahí la urgencia en encontrar un diagnóstico fiable para no caer en una depresión deportiva que entierre la ilusión despertada en un proyecto que reúne en su casa a más de 80.000 fieles, desconcertados al ver dos Barças. El pobre, despedido de la Europa rica, y el de la Liga, que persigue al Madrid.