El Barça, pendiente de la carambola del 9 para tener a Lewandowski

Aguarda el Barça a que llegue su momento, y su dinero, para fichar a Robert Lewandowski, el nueve que pide y, sobre todo, necesita Xavi para iniciar la verdadera reconstrucción de la plantilla. Todo queda, sin embargo, supeditado a esa carambola del nueve que se está viviendo en el fútbol europeo, desplazado como ha quedado el club azulgrana al segundo nivel. No pudo competir por Mbappé (eligió el francés quedarse en París antes que reunirse con Benzema en el Bernabéu) ni tuvo opción alguna de aspirar a Haaland. 

"Nací en Inglaterra, así que he sido toda mi vida un fan del City", proclamó el delantero noruego, quien escogió trabajar con Guardiola, "uno de los grandes entrenadores de todos los tiempos". No quiso Haaland esperar al Madrid, que le pedía un año más en la Bundesliga, ni tampoco atender las peticiones de Xavi, cuyo proyecto deportivo no se veía sostenido por el económico.

Mercado acelerado

El Barça, que tuvo en su momento la opción de pensar en un desconocido Darwin Núñez, que despuntaba en el Almería, tampoco puede mirar ese segundo nivel de delanteros. El Liverpool ha soltado 75 millones de euros fijos más otros 25 en variables que le colocan como el traspaso más caro jamás hecho en Anfield.

Con una velocidad inusitada se ha activado el mercado de goleadores, condicionado al movimiento de varias piezas que pueden terminar con Lewandowski, uno de los más reputados especialistas de este oficio (es quien más goles ha marcado este curso pasado), agotando los años finales de su exitosa carrera en el Camp Nou.

Conectados por un hilo

Premier, Bundesliga y Liga quedan tejidas por un invisible hilo que sacude la bolsa de los nueves. Mané ya no quiere seguir en Inglaterra, tentado como está por la oferta del Bayern Múnich, que se pone serio y tajante cerrando, de momento, la puerta al goleador polaco que busca el Barça.

Con Darwin convertido en nuevo jugador del Liverpool, todo será más sencillo para el delantero senegalés, cansado como está de la compleja convivencia con Salah y Firmino. Klopp airea así el vestuario de Anfield y ese movimiento, o eso espera el Barça, tendrá influencia directa en el futuro de Lewandowski, a quien le queda aún un año de contrato.

Con ‘Auba’ no basta

 Pero hasta que el club bávaro no tenga el ‘nueve’ que pide Julian Nagelsmann no será más receptivo al inexorable deseo expresado por ‘Lewa’ de abandonar el hogar de Múnich donde ha vivido en las ocho últimas temporadas. El Barça necesita como el respirar un delantero que sea eficaz y determinante capaz de resolver los problemas estructurales que ha ido apañando Aubameyang.

Con el exjugador del Arsenal, Xavi pudo escalar hasta el segundo puesto de la Liga, pero topó con la barrera de los cuartos de final de la Europa League ante el Eintracht, síntoma de que el equipo necesita elevar, y mucho, su nivel en una posición tan delicada y valiosamente estratégica. Con Lewa, que vive sus mejores momentos (46 goles en 50 partidos, una cifra inalcanzable incluso este curso para Mbappé), el panorama se clarificaría para el técnico del Barça, que necesita tener gol sí o sí para que su proyecto no embarranque desde el inicio.

Inquietud azulgrana

La angustiosa crisis que estrangula al Barça, a la espera de que se activen las palancas prometidas por Laporta a partir de la asamblea del próximo jueves, no dejan mucho margen de maniobra para la dirección deportiva que lidera Mateu Alemany junto a Jordi Cruyff. Ellos ya han diseñado el plan de actuación, concentrado en la figura de Lewandowski, a pesar del interés que ha mostrado el Manchester United de Ten Hag para llevárselo. Otro grande de Europa en problemas, aunque con una sustancial diferencia sobre el Barça. Ellos sí tienen dinero para ejecutar una necesaria remodelación de un equipo que ni siquiera estará este curso en la Liga de Campeones.

Pero Xavi, que vigila con inquietud los movimientos de un mercado donde el Barcelona ni tan siquiera puede asomarse, exige ese goleador que le permitirá, sobre todo, ganar tiempo para ir edificando su obra, consciente de que a partir de agosto aumentará la presión sobre él. Por eso, resulta imprescindible poseer el ‘nueve’ que mitigue el inacabable agujero ofensivo que dejó la marcha de Messi.

Lucía Leo el 10, pero era también el ‘9’. Y desde Luis Suárez, fichado en el 2014 y despedido en el 2020, el Barça no posee esa imprescindible figura en el centro del ataque que hace más fácil la vida al entrenador y, sobre todo, le permite conquistar calma y tiempo.  

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