Osimhen evita la derrota del Nápoles, que falla en su asalto al liderato

Es de ese tipo de delanteros que no preguntan. Primero rematan, luego se van. Había salido en la segunda mitad cuando el Nápoles perdía y con un cabezazo tuvo suficiente para firmar el empate en Cagliari, un empate que le impide al equipo de Spalletti asomarse al primer puesto de la Serie A. Pero Osimhen hizo bien, muy bien, su trabajo.

Balón al área, cabezazo digno de un gran delantero centro, mientras el Cagliari aún se torturaba por la cantidad de oportunidades desperdiciadas. Hasta un gol olímpico que evitó Ospina, convertido en el hombre clave de la segunda mitad, recuperándose del error en el 1-0. Pero las paradas del meta napolitano mantuvieron con esperanza hasta el último suspiro gracias a ese excelente remate de Osimhen. 

Ya había terminado la primera parte y el Nápoles apenas tuvo impacto en ataque, consecuencia, tal vez, de las decisiones que tomó Spalletti pensando en el Barça. Dio descanso a Osimhen y Fabián Ruiz, dos de sus pilares, a los que dejó inicialmente en el banquillo. Luego los colocó en el campo porque los necesitó.

Lesión de Di Lorenzo

Además, el encuentro tuvo un aire bronco ya casi, casi desde el inicio. A partir del minuto 10, Cagliari y Nápoles entraron en un territorio pantanoso, donde los codos volaban con más permisividad de la permitida, provocando que Di Lorenzo, el lateral derecho, tuviera que ser sustituido cuando no se llevaba ni media hora.

Se marchó lesionado, mientras Joao Pedro, el belicoso delantero centro del Cagliari, se peleaba con media defensa napolitana. La noche había empezado de forma tranquila, pero todo se emponzoñó luego. 

Sin posesión ni control

No tenía el equipo de Spalletti la posesión del balón. Ni tampoco el control del partido. Y eso que el duelo era capital para asomarse al liderato del calcio en una temporada donde Milán e Inter pelean por el título mientras la Juventus bastante tiene, de momento, con instalarse entre los cuatro primeros.

Si nada fino estuvo el Nápoles en la primera parte, peor aún en la segunda. Era cuestión de tiempo que recibiera un gol, producto de la debilidad que estaba mostrando en su juego. Y llegó de la forma más inesperada con un disparo lejano de Gastón Pereiro que contó con la inestimable ayuda de Ospina.

Al meta del Nápoles se le juntó todo. No calibró la curva ni el envenenado efecto del tiro ni tampoco el bote previo quedando en mal lugar en la fotografía del 1-0 del Cagliari, lo que provocó el enfado de Spalletti, quien actuó de forma urgente para reactivar a su equipo con un triple cambio en el que se incluía la entrada de Osimhen y Fabián Ruiz para remontar el partido que ya perdía.

Y en el tramo final enmendó su mal partido gracias al nueve. Y al portero porque Ospina se redimió de su error con paradas decisivas para darle, al menos, un punto al Nápoles. Un punto que no le da, sin embargo, el liderato de la Serie A.