NI UN MINUTO JUGÓ

Una pitada del Camp Nou cuando se nombró a Dembélé y nada más

dembele en el banquillo

dembele en el banquillo / Valenti Enrich

Marcos López

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Ni rastro de Dembélé. Estaba en el Camp Nou, pero no se le vio, oculto como quedó en el banquillo junto a los otros cinco delanteros que empezaron de suplentes. Ni rastro alguno porque ni tan siquiera salió a calentar, consciente Xavi, el principal promotor de su urgente reinserción en el grupo, de que podía ejercer un factor más distorsionador en un caliente partido. Caliente como solían ser los Barça-Atlético. 

Y él, en cambio, lo tuvo que mirar como un suplente más ya que el técnico apostó por otras opciones en ataque (Aubameyang por delante de Ousmane) y luego, obligado por la expulsión de Alves, tuvo que agotar la ventana de cambios para reforzar el centro del campo con la valiosa aportación de Nico. 

"Tenía la idea de hacerlo entrar, pero las circunstancias del partido no lo ha permitido"

— Xavi, técnico del Barça

"Tenía la idea de hacerlo jugar", ha dicho Xavi, "Pero las circunstancias del partido han hecho que entrara Serginho", ha argumentado el entrenador del Barcelona.

La tarde Dembélé se resumió, por lo tanto, en algo tan simple a que cuando se escuchó su nombre en el estadio a través de la megafonía. Fue entonces cuando el público del Camp Nou emitió el veredicto que ya se suponía: culpable. Pitada monumental y después se olvidaron del francés. "Si lo pagamos hasta el 30 de junio lo tenemos que usar", dijo Laporta. Ante el Atlético no hizo falta