CONSTRUIR UN PROYECTO COMPETITIVO EN EUROPA

La revolución de Laporta para seducir a Messi

El nuevo presidente no ha querido dar nombres de refuerzos, pero maneja una lista para convencer al capitán de que hay futuro en el Barça

Haaland, Alaba, Eric García, Depay y Wijnaldum figuran como grandes objetivos para fortalecer al Barcelona

Alemany, como director de fútbol, y Jordi Cruyff, como secretario técnico, tendrán que reestructurar la plantilla en puestos esenciales y con jugadores que marquen la diferencia desde el primer día

El plan de Laporta queda supeditado a la decisión que tome Messi, aunque Koeman ya le ha dicho al capitán que "el equipo va por buen camino"

Messi y Mbappé charlan durante el partido en el Parque de los Príncipes.

Messi y Mbappé charlan durante el partido en el Parque de los Príncipes. / Reuters / Gonzalo Fuentes

Marcos López

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Europa colocó, de nuevo, al Barça en su sitio. El trayecto entre la vergüenza histórica de Lisboa (2-8) y la insuficiente dignidad de la caída parisina no oculta, sin embargo, la necesidad de profundos cambios estructurales en la plantilla azulgrana para aspirar a una Champions, que le ha sido esquiva desde hace seis años.

Joan Laporta tomará posesión la semana que viene como nuevo presidente hasta el verano del 2026, consciente de que el equipo necesita fichajes de calidad para reeditar el círculo virtuoso que activó en el 2003. Pendiente todo, por supuesto, de lo que decida Messi. Si es por futuro, como le dijo Koeman, en el Barça no tendrá problemas. El problema es que a Leo, camino de los 34 años, solo le interesa el presente.

En cinco años, el Barça ganó tres Champions. Pero en la última década solo ha besado una orejona

 En cinco años ganó tres Champions (París-2006, Roma-2009 y Wembley-2011). Ahora solo besó una (Berlín-2015) en la última década, tristísimo balance para el mejor del mundo. Ni el tridente con Neymar y Suárez le garantizó la Orejona. Una y gracias.

Laporta y Tusquets, en el palco del Parque de los Príncipes durante el PSG-Barça.

Laporta y Tusquets, en el palco del Parque de los Príncipes durante el PSG-Barça. / Afp

Retoques de verdad para un Barça en crecimiento de la mano de Koeman, que sobrevive en España (tiene una final de Copa y pelea por la Liga). Pero castigado en Europa todavía por la errática y carísima política de fichajes diseñada por Bartomeu tras la marcha de Neymar. Se fue el brasileño y todo lo que vino después (Dembélé, Coutinho y Griezmann) ha vaciado la caja y no ha llenado ese vacío. 

Piezas decisivas

Laporta, mejor que nadie, sabe que debe meter mano en la plantilla, aunque no tenga ni un euro para acometer esa profunda revolución. Profunda porque no puede fallar, como sí hizo su antecesor, en la elección de las piezas. Requiere un nueve goleador (Haaland garantizaría que el proceso de cambio fuera más tranquilo gracias a esa eficacia celestial que irradia) y un central dominante en Europa, capaz, además, de ejercer de lateral zurdo. Alaba queda libre tras no renovar con el Bayern Múnich, aunque su salario se dispare, al igual que la inevitable y cara prima de fichaje, prólogo a su llegada a cualquier gran club porque el Madrid también lo quiere.

Haaland celebra el gol que le marcó al Sevilla.

Haaland celebra el gol que le marcó al Sevilla. / Afp

Eso como imprescindible punto de partida de la regeneración de un Barça que emite señales ilusionantes de los jóvenes. Pedri ha hecho un máster acelerado en siete meses de pausado y talentoso fútbol, por lo que su expediente juvenil ya contiene la nota más alta. Araujo camina en esa dirección, como Mingueza, mientras Ilaix Moriba y Dest insinúan esperanza, a la espera de que Trincao se suba a ese tren.

Falta Ansu Fati, la luz que iluminó al Camp Nou tras las ruinas de Lisboa, lesionado desde noviembre. Tiene puntería y  gol, todo lo que añoró el Barça en París.

Mercado low cost

Le toca, por lo tanto, a Laporta y la estructura deportiva que él ha elegido (Mateu Alemany como ejecutivo y Jordi Cruyff como secretario técnico) acelerar las gestiones que ya ha iniciado para diseñar el Barça del futuro. Con un nueve de verdad, tipo Haaland.

El Kun Agüero, si se busca la vía de la complicidad para seducir a Messi sería un recambio. Nunca una solución definitiva. Nada de falso nueves (Griezmann) o de improvisados nueves (Dembélé). Con Haaland, cuya llegada se podría fijar en torno a los 100 millones, el viaje es más rápido y más eficaz.

Depay festeja un gol con el Olympique de Lyon al Dijon.

Depay festeja un gol con el Olympique de Lyon al Dijon. / Afp

A Laporta le corresponde hallar dinero debajo de las piedras para tener estrellas que decidan desde el primer día, a no ser  que encuentre a su Ronaldinho del 2003. Por debajo del primer nivel, deben llegar fichajes low cost, con la carta de libertad en la mano. Eric García rejuvenecería la defensa, Depay y Wijnaldum, si sigue Koeman -le queda un año de contrato al técnico-, darían más oficio, recursos y, además, gol al equipo.

Todo queda, sin embargo, condicionado a Messi. Tanto en el aspecto económico, posee un salario por encima de los 100 millones de euros brutos, como en el deportivo. Esa debe ser la primera reunión de Laporta. Hablar con Leo y presentarle un proyecto competivivo en Europa para que no haga las maletas porque las áreas (el penalti de Lenglet y la falta de puntería) condenaron al Barça en Europa. No solo en París. Hace años que el problema está más que detectado. Falta hallar remedio.   

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