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JUVENTUS 0 - 2 BARÇA

El Barça recupera grandeza

Joan Domènech

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Ronald Koeman tiene otra línea en la historia del Barça: es el primer entrenador azulgrana en ganar a la Juventus en Turín. Por ahora ese triunfo tiene mucho valor añadido al del ilustre nombre del rival derrotado: al valor material que le refuerza como líder del grupo se le añade el valor anímico para un equipo todavía inseguro que había perdido el clásico y el valor simbólico de recuperar parte de la grandeza perdida en Europa.

El marcador pudo haber sido más contundente, lo que refuerza la encomiable de un Barça que se expresa sin complejos y con apuestas como la de Pedri, a quien solo le falta perder la vergüenza. Cuando se meta en la cabeza que es más valioso pedir perdón que pedir permiso, será una joya como lo es Fati. El guineano, aun con 17 años los dos, le saca una temporada ya en la élite. Fati salió y provocó el penalti de la tranquilidad que transformó Messi, solo certero desde el punto del área.

Hizo historia Koeman e hizo historia Álvaro Morata, aunque el capítulo de damnificados por el VAR aún no existe en los libros. La UEFA no ha creado esa categoría en las estadísticas, y el exmadridista y exatlético Morata se lo merece.  Le metió tres goles al Barça, y los tres fueron anulados, todos por fuera de juego. Acumula cinco anulados en los últimos cuatro partidos y un total de diez en el 2020, según estadísticas extraoficiales. Ya no es desgracia ni casualidad. Morata tiene un defecto que debe ser corregido con atención personalizada.

Mejoría en el juego

La mejoría en el juego, más dinámico que el sábado, no vino dada por las novedades en la alineación. No sustalcialmente, porque Koeman retiró a dos de los futbolistas más destacados ante el Madrid: Dest y Fati. También desapareció de inicio Busquets, con motivos, tras sus pobres prestaciones, pero aàreció en el descanso por la lesión de Araujo. Los cambios de jugadores estuvieron acompañados por más cambios de posiciones en la incesante búsqueda de cuadrar a cada cual en el sitio que le corresponde. Pedri pasó de la derecha a la izquierda para dejar paso a Dembélé y Messi se retrasó a la mediapunta para que Griezmann fuera el más adelantado.

Dembélé fue quien más resaltó antes de que Pedri quisiera parecer mayor, sobre todo por sus magníficos quiebros, tan reales y verídicos que llega a engañase a sí mismo. Cómo no iba a engañar a Danilo. Dembélé exhibió su habilidad para desequilibrar en el uno contra uno y su capacidad para desconcertar con algunas de sus decisiones. Se pasa la vida improvisando y a veces no sabe resolver el lío que se ha montado él solo.

Ocasiones sin gol

Pero el Barça le necesita. Necesita desborde porque abusa del juego al pie. Sin los desmarques de Fati no hubo profundidad y las ocasiones del primer tiempo nacieron fruto de la inspiración o del error ajeno. El de Demiral en el primer minuto originó tres remates de Messi, Pjanic y Griezmann, el último repelido por el poste. Luego las ocasiones se esponjaron más. Hubo suficientes para sentenciar el duelo con comodidad y cerrar un marcador rotundo mientras Morata iba penalizándose a sí mismo. Otro Griezmann besó el poste.  

El regreso a Turín brindó a Pjanic la oportunidad de mostrarse ante sus excompañeros con la condición de ser titular en el Barça, aunque fuera por un día. Dinámico e intervencionista, estuvo cerca del poseedor del balón para brindar una salida en la presión adelantada que ejerció la Juventus, pero se equivocó en algunas de sus intervenciones, sobre todo, lo que es más preocupante, en la zona defensiva azulgrana. Pérdidas inaceptables que pudieron costar caras.

De Jong, de central

Pjanic acabó jugando con Busquets y De Jong. Coincidieron los tres por fuerza mayor. Por la lesión de Araujo, el tercer central que deja huérfano a Lenglet, algo agobiado ante la responsabilidad de sacar pases desde atrás, con muy pocas ayudas por la nula movilidad de los delanteros.

Koeman se fio de De Jong para ejercer de central derecho por haberle visto en el Ajax. El equipo dio un paso atrás por inseguridad, pero los de arriba no bajaron: al estirarse en el campo el Barça pudo construir peligrosos contrataques.

Las penurias defensivas de la Juve son mayores que las del Barça, por mucho más avezada que esté en protegerse. Al cuadro de Andrea Pirlo le faltaban cuatro titulares (los centrales Chiellini y De Ligt, el lateral Sandro y Cristiano) y si los recupera para la vuelta será otra Juve. Para entonces, el Barça debería estar ya clasificado.

Ficha del partido

JUVENTUS: 0