UNA SINUOSA BÚSQUEDA

De Munir a Braithwaite

Braithwaite pelea con lenglet en el partido de octavos de final de la Copa jugado en el Camp Nou.

Braithwaite pelea con lenglet en el partido de octavos de final de la Copa jugado en el Camp Nou. / periodico

Marcos López

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Hace poco más de un año era vendido Munir, un delantero de la casa, al Sevilla por un millón de euros. Era el 11 de enero del 2019. Ni dos semanas pasaron para que el Barça acudiera en pleno mercado de invierno al Sassuolo para reclutar a Kevin-Prince Boateng, una cesión que le costó un millón de euros. Lo comido por lo servido.

Antes de irse al Sánchez Pizjuán, Munir jugó poco: 147 minutos y un solo gol. Cuando llegó Boateng (22 de enero del 2019)  al Camp Nou, jugó algo más: 303 minutos. Pero el ahora delantero del Besiktas no marcó ni un solo tanto de azulgrana. En ese extraño viaje, que dura ya 13 meses, el club eligió finalmente a Martin Braithwaite, internacional danés, de 28 años, del Leganés, penúltimo de la Liga española, que podría debutar el sábado como azulgrana ante el Eibar.

En ese tiempo nada es lo que era tampoco antes en los despachos de la dirección deportiva del Barcelona. En el intercambio Munir-Boateng quien tenía el mando era Pep Segura, a quien luego Bartomeu retiró toda su confianza. Ya no está en el Camp Nou.

Ahora quien ha diseñado la sinuosa búsqueda del delantero (se empezó en Rodrigo, el nueve del Valencia, y se termina en Braithwaite) es Eric Abidal, cuyos lazos de complicidad con el presidente también quedaron prácticamente rotos. Sigue ejerciendo, a pesar de que provocó un incendio obligando al afirmar que algunos jugadores "no trabajaban mucho" con Valverde Messi, en la llamada crisis de Instagram, le replicó: "Que dé nombres o nos ensucia a todos".

Solo jugará la Liga

Bartomeu asume que el fichaje de Braithwate, un delantero anónimo que ha recorrido los escalones inferiores del fútbol europeo, viene obligado, pese a tan alto coste económico. El Barça ejecutará la cláusula de rescisión del danés fijada en 18 millones de euros, aunque solo lo podrá utilizar en las 14 jornadas que le restan de la Liga. No tiene permiso para disputar la Champions.

Tras ponderar varias alternativas, el club eligió al danés porque puede jugar en todo el frente del ataque

Obligado porque la dirección deportiva no encontró en el mercado invernal una solución para la grave ausencia de Luis Suárez (será baja hasta mayo) unido a la octava lesión muscular que padeció Dembélé, que no volverá a jugar hasta la próxima temporada.

Desde su llegada, Quique Setién pedía un delantero porque estaba en precario. En realidad, cada partido era un riesgo máximo para el cántabro porque solo tiene dos atacantes del primer equipo (Messi y Griezmann) y Ansu Fati, un juvenil, de 17 años, al que no le asusta ni intimida tal responsabilidad.

Un jugador "versátil"

Después de ponderar varias alternativas, el Barça ha terminado en Butarque para fichar a Braithwaite, cuyo agente es Alí Dursun, el mismo que lleva a Frenkie de Jong. En el camino renunció a Ángel, un delantero solvente que sale desde el banquillo para dar minutos de calidad y goles al Getafe, tercer clasificado, y entendió también que Lucas Pérez no encajaba en ese perfil. El danés, sí. Y por varias razones. La primera es que se trata de un delantero "versátil", como reclamaba Setién.

Capaz de ejercer de nueve puro o de arrancar también desde  la banda. El segundo es la edad y la proyección de mercado, por mucho que firme por tres años y medio con el Barça. Es más fácil hallar salida, sea en España o en Europa, al exjugador del Leganés (28 años) que a Ángel (cumplirá 33 en abril), por lo se podría recuperar algo de la inversión si su rendimiento no convence en estos tres meses.

Braithwaite, que ha marcado seis goles esta temporada en sus 24 partidos con la camiseta pepinera, vuelve a hacer las maletas. En el invierno del 2018 se fue cedido del Middlesbrough al Girondins de Burdeos. En el invierno del 2019, con Munir dejando su sitio a Boateng, el danés se fue cedido del Middlesbrough al Leganes. Lo compraron en Butarque por cinco millones el verano pasado y en el invierno del 2020 lo ficha el Barça por más del triple, ejecutando la cláusula de 18 millones.