La actualidad azulgrana

Los grandes desafíos de Setién

Pese al liderato en la Liga, el nuevo técnico del Barça deberá actuar en varios frentes de manera más o menos inmediata

zentauroepp51770734 deportes entrenamiento del fc barcelona bar a entrenador qui200116195239

zentauroepp51770734 deportes entrenamiento del fc barcelona bar a entrenador qui200116195239 / MIGUEL RUIZ / FCB

Rafael Tapounet

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Con el equipo líder en la Liga y clasificado con holgura para los octavos de final de la Champions, podría pensarse que <strong>Quique Setién</strong> no tiene tareas urgentes que atender en el FC Barcelona más allá de mantener el rumbo del equipo y, si acaso, afinar la propuesta futbolística para hacerla más atractiva. Y, sin embargo, los frentes que requieren una actuación decidida y más o menos inmediata del nuevo entrenador azulgrana son diversos y de suma importancia para el futuro del equipo. Estos son algunos de ellos.

Entender a Messi

O entenderse con Messi, que no siempre es lo mismo. Setién no es, desde luego, sospechoso de cuestionar la enorme trascendencia del astro argentino en el universo azulgrana. El propio técnico cántabro ha reconocido que, un día en que asistió como invitado a un entrenamiento del Barça durante la época de Pep Guardiola, se acercó a Messi para pedirle que siguiera jugando "hasta los 60 años". Ahora le toca cambiarse la camiseta de fan por la gorra de jefe. "Ya sabes la admiración que siento por ti, pero cada uno debe estar en su sitio", le dijo el entrenador al capitán en su primer día de trabajo, según reveló él mismo. Involucrar al rosarino en el nuevo proyecto futbolístico es el primer requisito para emprender el camino con expectativas de éxito, y Setién concede prioridad absoluta a esta tarea. Pero combinar la devoción y el mimo con la exigencia no siempre es un ejercicio sencillo.

Atacar sin Suárez

Con sus 14 tantos y 11 asistencias, el delantero uruguayo ha resultado determinante en más del 40% de los goles que ha anotado el Barça en lo que va de temporada, de manera que resulta de importancia capital acertar con la fórmula para cubrir su ausencia durante los próximos tres o cuatro meses. Paradójicamente, la baja de Suárez puede ayudar a Setién a introducir nuevas variantes en el equipo, no solo a la hora de atacar sino, sobre todo, a la hora de activar la presión en la fase defensiva para recuperar el balón lo más arriba posible. La decisión de fichar o no fichar a un sustituto para el 9 en este mercado de invierno se tomará previsiblemente en la próxima semana, aunque el club ya ha comunicado al técnico que sus posibilidades de gasto son ahora muy limitadas. Centrar la posición de Griezmann o de Messi y dar entrada a Ansu Fati o Carles Pérez (al menos hasta que se reincorpore Dembélé, que está acortando los plazos de su recuperación) parece la opción más viable, aunque no hay que descartar el concurso del ariete del filial Abel Ruiz, a quien Setién convocó ayer para entrenar con el primer equipo.

Estirar la plantilla

Tras la marcha de Aleñà y Todibo, Setién tiene a sus órdenes a solo 19 jugadores con ficha del primer equipo, más el refuerzo de Ansu Fati y Carles Pérez, que por contrato siguen perteneciendo al Barça B. Las lesiones de Suárez y Dembélé han dejado la plantilla en 17+2, por lo que en caso de sumar nuevas bajas (como la de De Jong este domingo, por sanción), el técnico santanderino deberá recurrir a los futbolistas del filial para completar las convocatorias. No tiene por qué ser un problema. En sus anteriores equipos, Setién se ha distinguido por dar oportunidades a los jóvenes de la cantera y, a tenor de lo que él mismo adelantó el día de su presentación, la idea es mantener esa política en el club azulgrana. Su presencia el miércoles en la grada del Estadi Johan Cruyff para ver al filial y sus primeros contactos con el entrenador del B, Francesc Xavier Garcia Pimienta, apuntan en esa dirección. Riqui Puig tiene todas las papeletas para ser el primero en dar el salto, pero no será el último.

Mejorar el físico

Acaso la señal más inquietante que envió el Barça en la semifinal de la Supercopa frente al Atlético de Madrid fue el llamativo bajón físico de los jugadores en el último tramo del partido, que acabó echando por tierra la estupenda puesta en escena del equipo hasta ese momento. Es una circunstancia que ya se había dado en anteriores encuentros. A los azulgranas les han faltado piernas y algunas voces en el club alertaban que ello era la consecuencia de una preparación física más complaciente que rigurosa. Incrementar la exigencia en los entrenamientos sin perder el respaldo y la implicación de los pesos pesados del vestuario es un reto delicado que Setién ha empezado a afrontar, suprimiendo, de entrada, el día de fiesta programado para el miércoles y aumentando la carga física de las sesiones.    

Encajar menos goles

23 goles encajados en 19 jornadas de Liga es un saldo difícil de gestionar en un equipo que aspira a conquistar el título. Es el peor balance defensivo del Barça en una primera vuelta desde la temporada 2003-04. Setién no es precisamente un entrenador que haya destacado por la solidez de sus equipos atrás; tanto el Betis como Las Palmas veían su portería profanada con cierta facilidad. En este terreno, el primer objetivo del técnico deberá ser minimizar las ocasiones del rival, algo que tratará de conseguir con posesiones más largas y evitando esas fases de ida y vuelta que en la última etapa de Valverde se repetían con alarmante frecuencia.

Competir en Europa

El principal déficit en el currículum de Quique Setién como entrenador es su absoluta inexperiencia en la máxima competición continental. En su segunda temporada en el Betis, el cántabro dirigió al equipo verdiblanco en la Europa league y, después de bordar el fútbol en algunos partidos de la fase de grupos (como la victoria por 1-2 en San Siro ante el Milan), cayó de manera bastante inexplicable ante el modesto Rennes en la primera ronda de eliminatorias. En un bagaje más bien pobre para encabezar un equipo que debe, ante todo, superar el trauma de sus últimas participaciones en la Champions, un desafío que requerirá un trabajo tanto psicológico como futbolístico.