LA CONTRACRÓNICA

Los 700 de Messi, el 1 de Griezmann

La efémeride de los partidos jugados por el capitán coincide con la primera suplencia europea del extremo francés, relegado ante Dembélé

Messi y Griezmann celebran el tercer gol, con un pase del argentino y remate del francés.

Messi y Griezmann celebran el tercer gol, con un pase del argentino y remate del francés. / periodico

Joan Domènech

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En los partidos cruciales, cuando no hay por medio ausencias forzadas de antemano, es cuando se ven las preferencias de los entrenadores. No faltaba ningún delantero en la baraja de cartas de Ernesto Valverde. Del ramillete debía elegir tres después de comprobar que el experimento de Leganés, cuando utilizó cuatro, se tornó un exceso perjudicial. Aunque el equipo ganara.

La primera carta sale sola. Es el as. La más valiosa que se precie de cualquier juego. Está gastada por los 700 partidos en que ha sido empleada, pero es la más fiable. Si no es una garantía de éxito, poco le falta.

El Barça ha ganado 499 partidos de los 700 jugados por Messi, que ha marcado 613 goles

Con Messi en el campo, el Barça ha ganado 499 de esos partidos (un 71,2%). Empató 127 y perdió 74 en 16 temporadas. El equipo se benefició de 613 goles. Messi está fuera de cualquier discusión. Solo se ausenta por fuerza mayor o para descansar. Y mientras los demás delanteros no se superen a sí mismos, el 10 tiene el valor de un comodín y ha de jugar siempre. Vale por todos.

El 9, siempre junto al 10

Está comprobado que la segunda carta suele ser la misma también. Dicen las malas lenguas porque el 9 es el más cercano al 10. En sentido real y figurado.

Luis Suárez es único porque no tiene recambio. Solo él es delantero centro y el Barça sigue sin fichar un sustituto. También es cierto que son los dos que mejor se entienden dentro y fuera del campo. Se reparten los goles y las asistencias como si ellos se sintieran los dueños del destino.

Algo de eso se vio en la gestación del triunfo sobre el Borussia Dortmund. Minuto 21: jugada de Messi y gol de Suárez, anulado por fuera de juego. Minuto 29:  pase de Messi a Suárez, que anota el 1-0. Minuto 32: Suárez cede el balón a Messi que cruza un tiro raso para el 2-0. Luego invitaron a Antoine Griezmann a la mesa de los goleadores. Messi le dio varias asistencias porque sabe que con él y su amigo no bastará para que el Barça asalte el reto de la Champions, el objetivo de la temporada. Necesitan ser tres y recuperar algo semejante al tridente del 2015, la última conquista. Minuto 67: Messi lanza en carrera a Griezmann para un mano a mano con Bürki que significa el 3-0.

El falible ‘Mosquito’

Pero la tercera carta que había escogido Valverde no era la de Griezmann, sino la de Ousmane Dembélé. A pesar de lo volátil y falible que es apostar por el Mosquito. Los 700 partidos de Messi coincidieron con el primero de Griezmann en el banquillo de la Champions, descartado en favor de su compatriota. Pudiendo escoger entre cualquiera de los dos, Valverde optó por Dembélé, lo que debió herir al exrojiblanco en puertas de enfrentarse (el domingo) al Atlético.

Valverde utilizó, por fin, la carta de Rakitic, a quien había relegado al final del mazo

Tal vez el motivo de jugar ante el Dortmund, el anterior equipo de Dembélé, influyera para que Valverde optara por el 11, tan contiguo al 10, pero tan distante. Dembélé jugó motivado (estaba de baja en la visita a Dortmund), estuvo punzante y  volvió a defraudar al entrenador. No por una mala actuación, sino por la octava lesión, séptima muscular.  

Y hubo una última carta que Valverde enseñó por primera vez. Una que utilizaba muy a menudo, la que más, y que ahora ha relegado al final del mazo. Ivan Rakitic apareció por fin en la foto de los titulares. Una sorpresa. Fue despedido con una enorme ovación cuando fue sustituido. La mejor recompensa.