El Barça se derrumba ante el Vardar y se queda fuera de la final de la Champions de balonmano (27-29)

Kristopans acaba con el sueño azulgrana. Tras una primera mitad de ensueño donde parecía que los fantasmas de Montepellier y Vardar quedaban lejos, los azulgranas quedaron aturdidos por el empuje de los húngaros y acabaron cediendo el billete hacia la décima Champions en una semifinal que tenían ganada al descanso con un contundente 16-9.

Tiraron de estilo, defensa y contragol en los primeros 30 minutos y acallaron a un Lanxess Arena que esperaba el tropiezo de los de Pascual. Pero la fiesta acabo tras el tiempo de asueto, cuando los catalanes se olvidaron de su juego, empezaron a ceder balones fáciles y acabaron hincando la rodilla ante un equipo vestido de épica. Un equipo que logró completar la mayor remontada en una ‘final four’ con un parcial 2 – 10 en los últimos 14 minutos. Los húngaros no fallaron cuando tocaba, a los de catalanes les faltó el temple de los campeones. 

Kristopans, la béstia negra

Cundió el pánico en las filas azulgranas cuando Kristopans, que fue controlado a la perfección durante la primera mitad, se puso la meta de Gonzalo Pérez de Vargas entre ceja y ceja. Entonces, los de Pascual intentaron controlar el partido con juego estático pero el Vardar metió el encuentro en la centrifugadora y con su empuje y las cuestionadas decisiones arbitrales en el tramo final volvió a hacer saltar las lágrimas a una hinchada que despide la temporada sin ninguna se las siete Ligas de Campeones a las que aspiraba.  

Xavi Pascual intentó cambiar el rumbo del encuentro con un tiempo muerto a 12 minutos del final y con el cambio de portero a tan solo 10. Pero entonces Kristopans seguía lanzado, Moraes se permitía el lujo de hacer vaselinas y los jóvenes jugadores del Barcelona empezaban a sentir el miedo en sus manos. Las inexplicables pérdidas de alevines eran constantes, la meta rival parecía igual de lejana que la de Oliver y Benji y el pronto partido se convirtió en un quiero y no puedo para un conjunto que se vio en la final mucho antes de certificar el pase.  

Miedo y nuevo batacazo

“Un equipo como el nuestro no puede desaprovechar una ventaja de siete goles”, decía el capitán Víctor Tomás al terminar el encuentro. Tampoco marcar solo 10 goles en media hora cuando tu rival es capaz de fallar solo un lanzamiento en los últimos minutos. La cabeza se volvió en contra de los jugadores del Barcelona, que vieron como el drama se hizo tragedia en la segunda mitad. No ayudaron las decisiones arbitrales, la roja directa a Thiagus Petrus, ni tener al 90% de la gradería en su contra. Pero el principal error de los azulgranas fue el miedo a sí mismos, el miedo a un nuevo batacazo que acabo certificándose a dos minutos del final, cuando los húngaros se situaron dos goles por encima. 

“Hemos de hacer autocrítica, no sé cuanto tiempo hemos pasado sin marcar pero la segunda parte ha sido desastrosa”, concluía Tomás que calificaba de día y de noche las dos mitades del equipo. Mañana, el Kielce de la saga Dujshebaev les espera en la lucha por el tercer y cuarto puesto, el partido que jamás quisieron jugar. La décima Champions tendrá que esperar.

El Vardar, el otro finalista

El Vardar, que entrena Roberto García Parrondo, se medirá en la final con el Veszprem de David Davis, que previamente se había impuesto al Kielce de Talant Dujshebaev en la primera semifinal (33-30). Será la cuarta vez que el conjunto húngaro participe en una final de la Copa de Europa, título que se le resiste. Los 12 goles de Petar Nenadic fueron claves para el triunfo del conjunto húngaro, que jugará su cuarta final de la Copa de Europa.