LAS REACCIONES EN BUDAPEST

El Barça llora la derrota pero promete volver: "Es el inicio de algo grande"

Cortés lamenta la primera media hora y reconoce la superioridad del Lyon

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Raúl Paniagua

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Rabia y decepción son las palabras que mejor definen el estado de ánimo de las chicas del Barça después de la derrota sufrida en BudapestBudapest. Se podía perder contra el Lyon. De hecho era lo que presagiaban todos los expertos, pero el guion de la final fue demasiado duro. La ilusión se esfumó muy pronto. Todo el trabajo de la semana se vino abajo en media hora letal. El batacazo sirvió también para poner en evidencia la distancia que aún existe entre el campeón y el resto, tal y como reflexionó Lluís Cortés, un técnico metódico y ambicioso que ve mucho margen de mejora.

“Esta final supone un aprendizaje muy grande para todos. El nivel es este. Es una lástima que en 30 minutos se hayan puesto 4-0 cuando eran situaciones que habíamos analizado. Sabíamos que saldrían de forma arrolladora. Si hubiésemos aguantado ese arreón habríamos competido mucho mejor”, reflexionó el técnico, renovado hasta el 2020. Su equipo supo acabar con dignidad, pero no se quita de la cabeza esa puesta en escena. “En el descanso la sensación era de rabia, de decir que no habíamos llegado hasta aquí para que nos metieran cuatro en seis ocasiones. El año pasado no tuvieron esa efectividad”, agregó.

Orgullo y tristeza

En el vestuario del Barça se mezclaban las sensaciones. Orgullo por llegar a una final y tristeza por no haber estado a la altura. “Nos vamos dolidos por perder, por no poder competir, pero contentos por haber ganado la segunda parte para demostrarnos a nosotros mismos y a todos que se podía luchar”, aseguró Cortés, que también se refirió a una jugada clave: la oportunidad de Duggan justo antes del primer tanto del Lyón.

“Era la primera final de Champions para todas y eso ha podido pesar en ellas en los primeros minutos. El Lyon ha sabido jugar con ese factor emocional” (Lluís Cortés)

Esa acción pudo cambiar todo. "Estaría bien saber qué hubiese pasado si Toni mete la ocasión que tuvo. Hubiese sido otro partido. Estoy seguro”, defendió el entrenador, que remarcó el mérito de llegar hasta Budapest. “Jugar una final es muy difícil. El Wolfsburgo también se llevó cuatro goles del Lyon el año pasado en la prórroga. Esta es la realidad y hay que asumirla. Debemos mejorar cosas para acercarnos a este nivel”, valoró Cortés, que recordó la falta de experiencia de sus jugadores en una cita así. “Era la primera final de Champions para todas y eso ha podido pesar en ellas en los primeros minutos. El Lyon ha sabido jugar con ese factor emocional”.

"Cabeza bien alta"

El técnico se mostró optimista cara al futuro. “El equipo masculino jugó la primera final en el 61 y no la ganó hasta el 92. Espero que no pase tanto tiempo. Me gusta ganar hasta en el parchís con mis sobrinos, pero hay que seguir. Al principio de la temporada nadie se habría levantado la mano si preguntan si jugaríamos esta final. Hay que irse con la cabeza bien alta y ya estamos deseando volver”.

Sandra Paños destacó la segunda parte del equipo, que fue capaz de sobreponerse a un duro comienzo. “Ellas tuvieron 30 minutos avasalladores, no las pudimos frenar. Estuvieron muy acertadas. Intentamos dar la cara y creo que al final lo hicimos. Hay que estar orgullosas. Creo que esto es el inicio de algo grande”, vaticinó la portera.