ANÁLISIS TÁCTICO

Barça-Atlético: imposible perder

El equipo de Valverde acaba con un rival inferior y muy disminuido tras la expulsión de Costa

Luis Suárez

Luis Suárez / periodico

Joan Domènech

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1. Juego más directo para evitar pérdidas

El Barça se ahorró trámites en la elaboración del fútbol. Prevenido por la peligrosidad del contrataque del Atlético, el once de Valverde no se entretuvo más de lo necesario, sabiendo que las pérdidas de balón eran más peligrosas que nunca. Messi retrocedió al centro del campo para crear superioridad (eran cuatro contra cuatro, pero él vale más), convencido de que Giménez y Godín no saldrían nunca de la cueva y les podría encarar en carrera.

Suárez intentó mover a sus compatriotas, sacarlos de la oscuridad, y pocas veces lo logró. No encontró un resquicio hasta el tardío gol que sentenciaba la Liga, pero no paró de intentarlo. Como Coutinho y como Messi, que al final encontró el premio. Los constantes disparos al marco del imbatible Oblak obedecían a otra instrucción particular: acabar las jugadas en lo posible para evitar rechaces y opciones de contragolpe. Así pudo el Barça dilapidar a un Atlético inferior y disminuido por jugar una hora con diez.

2. Coutinho entiende su función de extremo

Coutinho fue el principal rematador en el primer tiempo. Es conocida la tendencia del discutido brasileño de encarar la portería siempre que tiene posibilidades, de ahí que ahora sea extremo y no el interior que debía sustituir a Iniesta cuando fue fichado. Ahora no es tampoco el Coutinho alicaído y deprimido que se ha visto durante varias semanas.

Las señales de mejoría fueron más constantes y evidentes en un partido grande. Tal vez ayudara el gol que marcó en el campo del Villarreal (el primero en la Liga ¡desde octubre!) o quizá ha asimilado que el equipo necesita que uno de sus atacantes sea un tipo vertical y desbordante, como permitió a Dembélé pasar por delante suyo. Oblak le negó dos veces el gol, primero con una gran parada rasa, y luego al detener un cabezazo flojo de Coutinho en un contrataque que había iniciado él mismo.

3. Costa obliga a Simeone a arriesgar

Diego Costa echó por tierra el plan del Atlético. Formalmente no varió del inicial, que era aguantar atrás y esperar una oportunidad al contrataque o en la estrategia, pero lo dificultó muchísimo, hasta convertirlo casi en imposible. El día que más necesitaba la victoria su equipo, el hispanobrasileño quiso marcharse. Primero con una agresión a Lenglet que el árbitro (el del VAR, sobre todo) toleró. Lo que no toleró Gil Manzano fue que  Costa le dijera "me cagó en la puta madre que te parió".

Al dejar al Atlético con diez, se descubrió una faceta insólita en Simeone. Con unos cambios cercanos al surrealismo para el estilo del técnico, retiró a los dos laterales. Arias dejó el campo en el primer tiempo (entró Correa) y luego Filipe Luis (Morata). Por un día, tenía la coartada para hacer lo que quisiera. El Atlético estuvo siempre muy lejos de la portería azulgrana. Aguantó vivo gracias a las enormes manos de Oblak.