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SEMANA REDONDA

El Barça entierra al Madrid con otro triunfo para la historia (0-1)

El 0-1 desahucia a los blancos y pone la Liga muy franca para los azulgranas, que ya superan al eterno rival en el cómputo total de clásicos

Los jugadores azulgrana celebran el tanto de Rakitic.

Los jugadores azulgrana celebran el tanto de Rakitic. / periodico

Rafael Tapounet

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Después de más de 100 años de clásicos, el FC Barcelona le dio la vuelta a la historia. Por primera vez en ocho décadas, los azulgranas superan al Real Madrid en el cómputo de duelos particulares (96 victorias a 95), y ello gracias a un triunfo, el segundo en el Bernabeu en tres días, que pone la Liga muy cuesta abajo para los de Ernesto Valverde y entierra de forma casi definitiva las aspiraciones de los blancos, que, apeados también de la Copa del Rey, solo pueden aferrarse ya, una temporada más, a su inverosímil romance con la Champions.

Después de golear el pasado miércoles al eterno rival sin tener ni siquiera que tirar a puerta, el Barça parecía estar pidiendo a gritos una pequeña cura de humildad que lo ayudara a bajar a la Tierra para afrontar lo que tiene por delante. A. J. Liebling, el Heródoto de la crónica pugilística, sostenía que un elemento esencial en el desarrollo de un boxeador es la dosificación correcta de las calamidades: “Si la adversidad es demasiado adversa, tiene que buscar trabajo en algún sector de utilidad; si no es lo bastante penosa, se convierte en un engreído”. Pero ni por esas. Completando un partido bastante más estimable que el del otro día, los azulgranas tuvieron suficiente con un gol de Rakitic para liquidar a un adversario que cada vez tiene más aspecto de tótem derruido de una perdida era dorada.

Dos cambios introdujo Ernesto Valverde en el once respecto al equipo de la Copa. Dio entrada al recuperado Arthur en la posición de interior y desplazó a Sergi Roberto al lateral derecho en detrimento de Semedo. Lo primero se antojaba de cajón después de los problemas que tuvieron los azulgranas el miércoles para superar la intensa presión blanca sin exponerse a perder el balón en zonas peligrosas; lo segundo, en cambio, parecía un movimiento algo temerario al colocar a un futbolista con algunos déficits defensivos como el reusense frente al eléctrico Vinicius Jr.

Los planes salen bien

Gracias a la doble apuesta del Txingurri, el equipo cantó bingo. Con Arthur al lado de Busquets, protegiendo la pelota y buscando incansablemente vías para sacarla hacia adelante (es asombrosa la capacidad del brasileño a la hora de detectar la posición de Messi), Rakitic se vio liberado para incorporarse al ataque y llegar hasta el área de Courtois. Con tanta fe e intención lo hizo que de sus botas llegó el primer gol azulgrana, después de recibir un medido pase al espacio de, precisamente, Sergi Roberto. Valverde sonrió con la cara de ‘Hannibal’ Smith cuando decía aquello de “me encanta que los planes salgan bien”.

Para entonces (corría el minuto 25), el Barça ya se había adueñado de la primera parte, con un Messi mucho más participativo que el miércoles. Las ideas del Madrid se limitaban al lanzamiento de balonazos hacia el terreno azulgrana a ver si Vinicius cazaba alguna. Y a punto estuvo en una de esas de hacerle un estropicio a Ter Stegen, pero Piqué, en su línea inconmensurable de los últimos partidos, tapó el remate final de Modric.

Subieron los blancos de revoluciones su fútbol tras el gol y obligaron a los de Valverde a dar un paso atrás, aunque fue Suárez quien dispuso de la ocasión más clara, en un disparo desde el borde del área al que Courtois respondió con acierto. La primera mitad acabó de una manera bastante fea, porque Sergio Ramos, sucio como el trapo de un fontanero, sacó el brazo a pasear ante Messi y le partió el labio al rosarino. El de Camas salió impune tanto del codazo como de la refriega posterior.

Músculo con Arturo Vidal

Apretó el Madrid tras el descanso, pero el Barça solo necesitó cinco minutos para recuperar el control. Justo después de una larga y magnífica acción de todo el equipo que desembocó en un remate desviado de Dembélé, Valverde hizo entrar a Arturo Vidal en sustitución de Arthur y el juego azulgrana ganó en músculo, forcejeo y recuperación todo lo que perdió en fútbol. Arthurismo o barbarie. El partido se convirtió entonces en un toma y daca de escaso brillo en el que las noticias más interesantes para el madridismo fueron la estruendosa pitada que se llevó el inoperante Bale al ser sustituido y los coros de apoyo a Isco cuando el malagueño compareció en el césped. Total para nada, porque aquello era como pedir que te salve los muebles el inquilino al que estás a punto de desahuciar.

Al final, segundo asalto azulgrana al Bernabeu en solo tres días. Una gesta inimaginable no hace tanto tiempo que el barcelonismo asume hoy en cambio con una naturalidad nada forzada. No hay una señal más clara del cambio de hegemonía que se ha producido en el fútbol español en la última década. 96 a 95. No es un tanteo de básket. Es pura historia. 

Real Madrid, 0 - Barcelona, 1

Real Madrid: Courtois (6); Carvajal (4), Varane (4), Ramos (5), Reguilón (7); Modric (5), Casemiro (4), Kroos (4); Bale (3), Benzema (4), Vinicius (6). 

Técnico: Solari (4). 

Cambios: Valverde (6) por Kroos (m. 55); Asensio (5) por Bale (m. 61); Isco (4) por Casemiro (m. 75).

FC Barcelona: Ter Stegen (7); Sergi Roberto (7), Piqué (9), Lenglet (8), Jordi Alba (7); Rakitic (8), Busquets (6), Arthur (7); Messi (7), Suárez (6), Dembélé (6). 

Técnico: Valverde (8). 

Cambios: Arturo Vidal (7) por Arthur (m. 70); Coutinho (7) porDembélé (m. 99); Semedo (sc) por Busquets (m. 90).

Goles: 0- 1 (m. 25) Rakitic recibe un pase de Roberto y supera por encima la salida de Courtois.

Árbitro: Undiano Mallenco (5), navarro. 

Tarjetas: Busquets (m. 2), Ramos (m. 60), Lenglet (m. 62), Asensio (m. 81), Carvajal (m. 88).

Estadio: Santiago Bernabeu. Espectadores: 81.044.