CAMPAÑA SOLIDARIA

La historia humana de dos refugiadas sirias unidas por el Barça

La Fundació Barça une a Givara Khalil y Nujeen Mustafá en su lucha por cambiar las reglas del juego... las de la vida que las ha golpeado

Efe / Francisco Ávila

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A las sirias Givara Khalil y Nujeen Mustafá les une el fútbol, el Barça y esa tozudez de caer y levantarse, de luchar, pero sobre todo de cambiar las reglas del juego, del juego de la vida que les ha golpeado desde prácticamente que han nacido. En el vídeo de la campaña de Navidad que patrocina la Fundació del FC Barcelona, Nujeen, una chica con parálisis cerebral y que en el pasado febrero cumplió su sueño de ver un partido de su equipo, el Barça, en el Camp Nou, le pregunta a Givara qué quiere cambiar de este mundo y esta le contesta que la sociedad.

"No aceptan que las mujeres practiquen deportes como el fútbol. Esto es lo que hay que cambiar", comenta Givara, de 16 años, y que encontró en el fútbol la válvula de escape necesaria para reconducir su vida. Nacida en Kobani, Givara Khalil huyó de la guerra en Siria, pasó a Turquía, se instaló en Lesbos y de allí, por las cuotas de reubicación, recaló en Boostedt (Alemania), donde vive.

Con fuerzas para hablar y contar su historia

Ahora se siente con fuerzas de explicar su historia en una conversación con Nujeen Mustafá, una historia que nace de una huida desesperada de Siria y en la que un accidente en Turquía pudo acabar con todo. "Íbamos caminando junto con mi hermano Muhammed y un camión perdió el control, nos arrolló, salté por los aires y mi hermano salió disparado hacia una pared", relata Givara.

Después de recuperar el conocimiento descubrió que sus piernas se habían quedado atrapadas debajo del camión, su espalda muy magullada y sin que fuera socorrida porque para entonces el conductor del camión ya había desaparecido. Como Givara no tenía tarjeta de refugiada y, además se encontraba en un territorio hostil, tuvo que peregrinar junto con su familia por Estambul hasta encontrar una clínica para kurdos donde fue hospitalizada.

Una familia partida en dos

Sin poderse prácticamente mover durante un año, con una familia partida en dos -sus padres se quedaron con ella en Estambul y sus hermanos pudieron emprender el camino hacia Alemania-, hasta que no estuvo en condiciones de viajar hacia la costa griega y superar el miedo de la travesía, no parecía estar a salvo.

Pero la realidad les pasó por encima. Las mafias que trafican con personas los dejaron en Lesbos y fueron trasladados al campo de refugiados de Moria -con capacidad para 3.000 personas cuando en aquel momento eran casi 8.000-. El destino, que tan mal se había cruzado con Givara en Estambul, esta vez se portó mejor y acabó en Kara Tepe, un campo más pequeño y en mejores condiciones, situado a pocos kilómetros del puerto antiguo de Mitilene.

Un golpe de fortuna

Allí es donde empezó a cambiar todo para Givara Khalil, integrada en el programa 'Futbolnet', una metodología de intervención social creada por la Fundación Barça en el 2011, que utiliza el fútbol y la actividad física para mejorar la vida de jóvenes que se encuentran en contextos vulnerables. En Kara Tepe, Givara descubrió que le encantaba jugar a fútbol y por qué no convertirse en un futuro en entrenadora. "¿Te imaginas ser entrenadora del equipo alemán?", le pregunta Nujeen Mustafá.

Sueña Givara con el fútbol y en continuar practicando deportes: "Ahora es lo que hago, porque el deporte es una medicina para el cuerpo". Asiente Nujeen que sabe que lo más importante es relacionarse y jugar en equipo, aunque ella sueña con estudiar psicología. Givara y Nujeen encontraron el camino de salida de alguna manera gracias al deporte, con el Barça y futbolnet como nexo, un proyecto con más de 14.000 beneficiarios y más de seis millones de euros destinados por la Fundación Barça y su socio, la Stravos Niarchos Foundation (SNF)

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