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VISITA A LA ROSALEDA SIN MESSI

El Barcelona homenajea a Messi en una plácida visita a Málaga (0-2)

Suárez y Coutinho camuflan la ausencia del astro con dos golazos en una gran actuación coral sobre un rival que agoniza

Los jugadores del Barça felicitan a Coutinho tras el 0-2.

Los jugadores del Barça felicitan a Coutinho tras el 0-2. / periodico

Joan Domènech

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Málaga es aún el escenario de la última derrota. El 8 de abril del año pasado. Desde entonces no se ha visto un Barça perdedor en la Liga. Treinta y cinco partidos después (7 victorias con Luis Enrique y 22 con Valverde más 6 empates) aquel equipo que estaba dejando escapar la Liga es hoy uno que tiene prisa por conquistarla para ocuparse de otros menesteres: la Champions y, al final de todo, el Mundial.

De regreso a la Rosaleda, el Barça de Valverde se encontró a un Málaga decaído, colgando del abismo hacia Segunda. Volvió sin el tridente, con Luis Suárez huérfano de Messi y Neymar, pero con dos sustitutos de lujo. Los más caros de la historia. Con aquellos perdió, y con estos ganó, amarrando una victoria que se cerró en la primera media hora.

Entre todos se aliaron para rendir un homenaje al ausente más sentido. Al tipo que les saca las castañas del fuego día sí, día también.

Los compañeros más cercanos y los fichajes más significados se aliaron para ocultar el abandono: Alba y Suárez pergeñaron el primer gol, de forma muy simple (centro y cabezazo) y Dembélé y Coutinho trazaron el segundo, más ornamentado, en correspondencia al dineral que costaron, como si quisieran certificar que con ellos se puede ir al fin del mundo. De momento el Barça va, con su parcial aportación, derechito a la conquista anticipada de la Liga.

Prueba para todos

Cubrir la baja de Messi sin que repercutiera en el mercador (en el campo se iba a notar un vacío tan grande, desde luego) era una prueba que involucraba a todo el equipo, no solo a Dembélé, que particularmente también por lo que ha costado y lo poco que ha aportado hasta la fecha por las lesiones. El francés, lejos de sentirse cohibido por la responsabilidad, se expresó con naturalidad, dibujando pinceladas de lo que se espera de él.

Al 10 le echó de menos hasta el malaguista más recalcitrante porque iba a ser la última vez que le viera en Primera en mucho tiempo. Enfermo de muerte como está el equipo andaluz, el torpe Samuel acabó de aniquilar a sus compañeros con su estúpida y merecida expulsión por una entrada a Alba, Fue más alevosa y dañina que las faltitas que iban cometiendo Rosales y Ricca para desquiciar a Dembélé y Coutinho, que venían a representar el papel de sustituto de Messi e Iniesta.

Victoria fácil

Igual que todos los culés, Messi vio por la tele, aliviado, junto a la cuna de Ciro, su tercer hijo, que el equipo se involucraba en evitar un desaguisado como el de Las Palmas. Fue una victoria fácil como cabe esperar de un líder que visita a un colista del que le separan 56 puntos. No se anduvo con muchas divagaciones el Barça, empezando por la alineación.

Por mucho que venga el Chelsea el miércoles, Valverde no dio cancha al banquillo: plantó el once que ya ha elegido para las ocasiones trascendentales -y Málaga lo era con el precedente de Canarias– con los cambios obligados. A Messi e Iniesta (otra baja de peso, por supuesto) les reemplazaron Dembélé y Paulinho, incrustado en el centro, junto a Busquets). Coutinho, muy a su estilo, más directo, usurpó las funciones de don Andrés en las mínimas tareas organizativas; cuando menos, en el pase vertical e intencionado.

Funcionamiento distinto

El Barça de Málaga fue, obviamente, muy distinto en el funcionamiento ofensivo. Más coral, con un reparto más equitativo de funciones y de oportunidades. No estaba Messi, y por tanto, no estaba el principal destinatario de todos los balones. Alba encontró a Suárez y buscó a Coutinho, Dembélé intentó jugadas individuales y Sergi Roberto participó en las combinaciones por la banda.

Nada cambiaba en el planteamiento del Málaga, que mientras estuvo con vida (el primer cuarto de hora) enseñó que intentaría entorpecer a su rival. Se agrupó atrás y tiró bolas a los dos puntas para que se la jugaran contra Piqué y Umtiti. Perdiendo, y con uno menos, fue capaz de provocar algún susto en el área azulgrana, sin adelantar su rendición mientras exhala los últimos suspiros.

Málaga, 0 - Barcelona, 2

<span style="font-size: 1.6rem;"><strong>Málaga:</strong> Roberto (8), Rosales (4), Luis Hernández (6), Miquel (6), Ricca (4), Samuel (2), Iturra (6), Lacen (5), Chory Castro (4), En-Nesyri (6), Rolán (4).</span>