FELIZ NAVIDAD CULÉ

¿Pasillo?, no, repasillo

Leo Messi celebra, en el Bernabéu, su gol de penalti.

Leo Messi celebra, en el Bernabéu, su gol de penalti. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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No es fácil, con la que está cayendo, imaginarse lo que ha hecho el Barça en Madrid. El equipo de Ernesto Valverde saltó al Santiago Bernabéu, se mantuvo erguido, manejó el partido cómo y de la manera que quiso, le añadió sensatez y cordura cuando tocaba, velocidad y filigrana cuando quiso y, al final, tras reclamarle el pasillo, le dio un repasillo al campeón.

Más aún, al mejor Madrid de todos los tiempos, al equipo que cerraba el mejor curso de su historia, lo dejó hecho unos zorros. Para el arrastre, casi, casi, para que, dentro de un par de meses, lo sentencie el poderoso PSG de NeymarCavani Mbappé y, en febrero, la parroquia blanca se dedique a jugar a la pocha.

Una obra de arte futbolística

Es posible que hoy Ernesto Valverde saque su Leica M3 del cajón  de su dormitorio y se vaya a callejear por su querido Bilbao. Tal vez haya quedado a desayunar con su amigo Ricky Dávila en el Centro de Fotografía Contemporánea, que ambos fundaron. Para el Txingurri, que no trabaja para recibir el elogio ni formar parte de la biblia de los cruyffistas, que continúan regateándole los piropos, lo de ayer en Madrid fue un paso más. Una auténtica obra de arte futbolístico, desde el once hasta el tiempo, el ritmo, la manera, el estilo, la determinación,el talento.

El Barça de Valverde y Messi convirtieron en cenizas el mejor año de la historia del Real Madrid. Con goleada.

Valverde, ¡digámoslo ya!, es el hombre que ha puesto cordura en el manicomio. Y, de paso, ha vuelto loco al Madrid. Ha hecho dudar a Florentino Pérez, que creía estar rozando la gloria. Y ha dejado jodido, muy jodido («sí, sí, estamos jodidos, ¡muy jodidos!») al mismísimo Zinedine Zidane, que sigue diciendo que queda tiempo (supongo que para peor, para mucho peor) y que «no vamos a volvernos locos por esta derrota». Nadie dice que esto esté acabado. Bueno: 9 puntos sobre el Atlético; 11 más que el Valencia; 14 más que el Madrid; 15 más que el Villarreal; 16 más que el Sevilla…habiendo visitado ya el Wanda, Mestalla y el Bernabéu…no sé, no sé. "Sé que todos lo dan por acabado; yo, no», insiste el modelo de Mango. «Conseguir los puntos es muy costoso; perderlos, se pierden a toda pastilla», reconoce un equidistante Valverde. «¿Acabado?, el peso del escudo del Madrid es muy grande», afirma Butragueño.

Y el mejor jugador de la historia, perdón, el que dice ser el mejor jugador de la historia, desaparecido en combate. Y el otro, el que todos consideran, éste sí, el mejor, ya suma 54 goles, más que nadie en 2017. Y repitiendo la foto del rey león en una esquina del Bernabéu, mientras Piqué la clona en la otra esquina.

Superando todas las dificultades

Esa es la cordura, la sensatez, el ojo Leica de Valverde: sin Neymar, sin Dembélé, con moción de censura, con procés, con Las Palmas a puerta cerrada, con Iniesta lesionado, con Sergi Roberto caído, con Alcacer en la enfermería….es posible, sí, que estemos ante un gran fotógrafo que entrena y, como tal, crea que la vida es en color, pero las fotos han de ser en blanco y negro. Más real.

«Me gusta pensar que todo esto es pasajero», le cuenta a los amigos.