El partido del Reyno de Navarra

La grave lesión de Fontàs empaña el pase a cuartos

El Barça solventa un soporífero partido con goles de Alexis y Sergi Roberto

Sergi Roberto marca con un tiro cruzado que supera al meta Riesgo ante la mirada de Miguel Flaño, ayer en Pamplona.

Sergi Roberto marca con un tiro cruzado que supera al meta Riesgo ante la mirada de Miguel Flaño, ayer en Pamplona.

JORDI TIÓ
PAMPLONA

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El Barça solventó anoche al ralentí el intrascendente partido de Pamplona y estará en los cuartos de la Copa, donde le espera el Madrid. Lo peor de todo no fue la nefasta primera parte de los azulgranas sino la grave lesión de Andreu Fontàs.

El Barça saltó al terreno de juego con más neblina en la cabeza de la que había en el ambiente, que finalmente permitió jugar sin problema alguno. El problema gordo lo tuvo el equipo de Guardiola, empanado como pocas veces esta temporada. Cierto que el duelo estaba sentenciado de la ida (4-0 en el Camp Nou), cierto que no apetecía nada viajar a la gélida e invernal Pamplona, pero cuando se es campeón de Liga, de Europa y del mundo (ayer exhibía por primera vez el escudo que así lo acredita) no solo hay que demostrarlo en las grandes citas, aquellas que luego te llevan a las suntuosas galas de la FIFA, también toca arremangarse en los partidos sin glamur.

Como el de anoche en el Reyno de Navarra, donde un secundario Osasuna (repleto de suplentes y jugadores del filial) puso contra las cuerdas a los azulgranas, que se marcharon al descanso con un gol en contra pero pudieron ser hasta tres. Los de Guardiola empezaron fríos, tocando y tocando en campo propio y jugando al límite cerca de Pinto.

ROTURA DE LIGAMENTOS / Gélido saltó el Barça y congelado se quedó a los 12 minutos: Fontàs, tratando de evitar perder la pelota como último hombre de la zaga, se quebró la rodilla derecha: posible rotura del ligamento cruzado anterior y, si es así, adiós a la temporada para el central, que fue trasladado a la Clínica Universitaria de Navarra para hacerle las primeras pruebas. Malos augurios para el central de Banyoles. Y también para el Barça, que solo se acercó a los dominios de Osasuna en una acción de Pedro que Riesgo envió a córner. Era el minuto cinco y no hubo más. Y no lo hubo porque el Barça no dominó el juego. El centro del campo (Sergi Roberto, Mascherano y Thiago) apenas veía la pelota y la defensa sufría de lo lindo por las embestidas navarras. Destacable fue la que acabó con una espectacular volea de Lekic, que salió rozando el palo, tras una combinación al primer toque desde la línea de defensa rojilla. Antes, Piqué salvó sobre la misma línea de gol lo que hubiera sido el primer tanto local. Era evidente: Osasuna estaba metido de lleno y el Barça, sencillamente, no estaba. Tanto se fue, que en el minuto 40 encajó el

1-0 tras una pérdida de balón de Sergi Roberto y remate de Lekic.

REACCIÓN TRAS EL DESCANSO / El campeón apareció tras el descanso. Adriano asistió con precisión a Alexis y el chileno remató de cabeza (1-1) solo dentro del área. La igualdad volvió al marcador y el Barça se sintió liberado de su pésimo primer tiempo. La pelota circulaba con mayor precisión y rapidez, y se llegaba con facilidad al área de Riesgo. Tan bien lo vio Guardiola que incluso sacó a Messi, que no quiere perderse ni los partidos más tostones. Allí donde hay un balón el argentino es feliz.

Y eso que el argentino fue recibido con un trompazo de padre señor mío a cargo del espigado Loe, que no tuvo contemplaciones en embestir al mejor jugador del mundo mientras la afición coreaba la tarascada. Un detalle nada edificante, desde luego. Caldeado Messi de golpe, sacó el genio y la genialidad. Asistió a Sergi Roberto y este cruzó ante la salida de Riesgo para marcar el segundo. Ahí se acabó todo. La próxima semana, de nuevo, viene lo bueno.