'Busi', el socio de todos

El viernes, mientras el barcelonismo festejaba a lo grande la tercera Liga del equipo de Guardiola, él estaba paseando por el césped del Camp Nou, pero tenía la cabeza en otro sitio. Lógico. Tenía el peligro de perderse una final de la Champions, la segunda en su brutal carrera porque no ha cumplido aún los 23 años (lo hará el 16 de julio) y ya ha alcanzado todos los títulos posibles con el Barça. Y con España ha ganado el Mundial, solo le falta la Eurocopa. Pero Sergio Busquets estaba preocupado. Serio. Meditabundo. Abatido, incluso. Puyol le dio el micrófono, pese a que sabía el capitán, queBusi tenía pocas ganas de hablar.

Unos escuetos y hasta protocolarios«¡Visca el Barça!, ¡Visca Catalunya! y ¡Visca Badía!»(jamás se olvida de su pueblo) le sirvieron para cumplir con el expediente. Estaba feliz por la Liga, desde que llegó él al Camp Nou, procedente de Tercera División, junto a Guardiola y Pedro, el Barça lo ha ganado prácticamente todo. No era, sin embargo, su noche. Le habían acusado de proferir unos insultos racistas que le cerraban aquel viernes la puerta de Wembley. No el viejo Wembley que conoció su padre, Carles Busquets, desde el banquillo, sino del nuevo templo del fútbol inglés.

Entonces, Xavi, que estaba sentado relajadamente sobre la pradera del Camp Nou. se levantó raudo y le arrancó el micrófono de las manos deBusi.«¡¡Es un jugador de la hostia y no le coreáis nunca!! ¡¡Venga, hacerlo!!», gritó el segundo capitán, con un punto de indignación, exigiendo que el público reconociera alguna vez lo que el vestuario sabe desde hace años. Que Busquets es el socio perfecto.

Es el mejor aliado para que Valdés, Piqué, Mascherano o Puyol inicien con pulcritud la salida del balón desde atrás. Es el cartero educado para que la pelota corra rápida a Xavi, Iniesta o Messi. Y la primera y más alta barrera defensiva para proteger al Barça.«Busi es un animal competitivo, en eso le ha salido a su padre. Y es muy buena gente, en eso ha salido a su madre, pero esto no quiere decir que su padre no lo sea», dijo Guardiola el sábado. Por eso, todos ayer se sentían Busquets. Él pasó miedo y aprendió la lección más dura.