derbi barcelonés

Cornellà se viene abajo

Euforia 8 Sergio Busquets celebra el primer gol, ayer en el estadio de Cornellà-El Prat.

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RAÚL PANIAGUA
CORNELLÀ DE LLOBREGAT

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En la fecha marcada por los pericos en su calendario, el día de la visita del Barça, el templo blanquiazul dejó de ser inexpugnable. Cualquier españolista habría deseado que la derrota se produjera en otro duelo, pero fue el peor enemigo el que se encargó de asaltar la fortaleza blanquiazul. El Espanyol ya no está invicto en su casa de Cornellà, ese reconocimiento queda para el Madrid, otro equipo arrollado por un líder soberbio.

La presión de los aficionados pericos fue infernal. Solo se tomaron un respiro cuando por megafonía se anunció el nombre de Iniesta. Fueron 30 segundos de tregua, de un merecido homenaje para un jugador excelente con un corazón enorme. Inmediatamente después, sonó el nombre de Messi y volvieron unos silbidos terribles, solo superados por los que recibió Pep Guardiola. Con la goleada consumada, volverían los aplausos para el pequeño genio de Fuentealbilla, que fue sustituido a cinco minutos del final. Por partida doble, el público perico demostró estar a la altura.

Aliento y fuerza

Pochettino y los jugadores querían un público entregado y la afición respondió. Su comportamiento fue excelente hasta el último segundo. De 10. La enorme pancarta Nuestro aliento, vuestra fuerza, mostrada por la Curva Jove mientras se escuchaba el Glòria al herois (el emotivo himno que se canta en Cornellà antes de los partidos), reflejó a la perfección el sentimiento de todos los pericos.

Pero el resultado no acompañó a los blanquiazules. El mejor equipo del mundo pasó por Cornellà y dejó el rastro de su tremendo poder. El Espanyol solo había perdido una vez en su estadio en todo el 2010 y no conocía la derrota en casa en esta Liga. Pero antes habían jugado el Getafe, Almería, Osasuna, Levante, Málaga, Hércules y Sporting, nada que ver con el Barça. Tampoco había encajado nunca cinco goles en su estadio, y Kameni mantenía la puerta cerrada con llave. El equipo de Guardiola destrozó todos los registros.

El gol de Villa que certificaba la manita acabó de hundir a los pericos. Muchos se fueron antes del estadio, otros aguantaron hasta el final en un ejemplo de compromiso. «Tenemos la mejor afición del mundo. Se merecen un 11 sobre 10. Los jugadores y el fútbol cambian, pero esta gente es lo que queda. Hemos perdido ante el mejor equipo del mundo y no hay nada más que decir. Ya ni me acuerdo de la derrota», dijo el presidente, Daniel Sánchez Llibre, orgulloso del público. Hasta la directiva azulgrana, encabezada por el presidente Sandro Rosell, alabó el comportamiento de los pericos.

La «valentía» de Pochettino

También el míster agradeció la energía de los 40.000 pericos. «Ha sido un gran ambiente, lástima del resultado», dijo Pochettino, que destacó la ambición de su equipo. «Mi forma de ser es la valentía y estoy orgulloso de los futbolistas. Nos vamos con el dolor de la derrota, pero nos va a servir para madurar y afianzar nuestras ideas», añadió el técnico, que se emocionó con la ovación a Iniesta. «Es un gesto único, habla a las claras de cómo es la gente del Espanyol».