Baloncesto

El Barça da un golpe casi decisivo en la final de Liga y coloca el 2-0 ante el Madrid

Mirotic lidera el agónico triunfo azulgrana por 86-85 y recibe un homenaje espontáneo de la afición, con gritos de ¡MVP, MVP! en el que pudo ser su último encuentro en el Palau

Vesely

Vesely / ACB photo

Luis Mendiola

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"¡Uno más, uno más!". Nikola Mirotic se dejó contagiar por la locura que se vivió en el Palau. El Barça se llevó un pulso agónico, resuelto en los últimos segundos y con el triunfo por 86-85, que coloca el 2-0 a su favor en la final, dio un golpe que lo deja a un solo paso del título. Dispondrá de tres 'match-ball' el próximo en el Wizink Center en apenas 48 horas.

Con sus 25 puntos, Mirotic fue uno de las razones del triunfo azulgrana y las cerca de 7.500 personas que acudieron a la cancha azulgrana se lo reconocieron, rindiéndole un inesperado homenaje con gritos de '"¡MVP, MVP!" en el que pudo ser su último encuentro en el Palau.

No fue solo Mirotic el héroe de la velada. El triunfo volvió a a ser una cuestión colectiva, con un papel preponderante de Vesely, Laprovittola o Kalinic en el lado azulgrana y de Llull, Hezonja y Tavares en los madridistas. Pero el hispanomontenegrino estuvo providencial y apareció en los momentos claves, como en la última acción para frenar el tiro de Llull, el motor blanco, que tuvo el último balón para cambiar el desenlace.

Fue un clásico enorme. Un partidazo para retener en la memoria, en el que Barça y Madrid se vaciaron por completo. En la búsqueda de elevar el nivel de intensidad de su equipo, Chus Mateo siguió la línea de Jasikevicius: abrió las rotaciones y repartió más minutos en su banquillo, consciente de que esta puede ser una final larga, donde el desgate juegue también su papel. A los cinco minutos de partido, los dos finalistas habían cambiado los quintetos iniciales.

Hezonja, muy activo

El protagonismo de Laprovittola le dio la iniciativa al Barça para empezar. Pero las acciones de Poirier y la presencia de Hezonja como falso ‘cuatro’ devolvieron el equilibrio y reactivaron al Madrid que, a diferencia del primer partido, pasó a controlar el rebote con cierta claridad. Secundarios apenas 48 horas, buena parte del juego blanco para por las manos del pívot francés y del ex canterano azulgrana en esta segunda entrega.

En el inicio del segundo cuarto, el cuadro madridista tomó su primera ventaja con una canasta de Hezonja y siguió castigando la defensa interior del Barça para generar las primeras dudas en el equipo de Jasikevicius (23-26 m. 15). El alero croata asumió, durante unos minutos, todo el protagonismo ofensivo con un par de acciones interiores y un par de triples lejanísimos, que encontraron respuesta por en las acciones de Mirotic y Jokubaitis.

El Barça tuvo que hacer ajustes y volver a la presencia de Vesely y Kalinic, para aguantar el paso y mantenerse en la pelea y, precisamente, un triple del pívot checo, el segundo que consigue en la temporada, permitió a los azulgranas irse en ventaja al descanso (45-41).

El efecto Tavares

Mantuvo el Barça la misma actitud y concentración en la reanudación. Pero no el mismo acierto frente a un Madrid mucho más agresivo y vertical. Solo Mirotic estuvo inspirado en esa fase. La presencia de Sergio Rodríguez en la dirección y su conexión con Tavares permitió al equipo blanco disfrutar de sus mejores minutos en ataque.

El pívot, además, ejerció su intimidación en defensa y barrió algunas acciones de los azulgranas y eso hizo que el guion diera un vuelco y se esfumara, después de un parcial visitante de 2-10, la ventaja de nueve puntos (57-48) que los azulgranas habían atesorado con mucho trabajo tras un triple de Jokubaitis, hasta dejar todo abierto para el último periodo (68-65).

Los nervios y la tensión subieron la temperatura de la final varios grados. Pero fue el Barça el que más lo acusó, con siete balones perdidos, algunos inexplicables, que permitieron al Madrid tomar el control con cinco puntos seguidos de Llull y un mate de Yabusele (72-77, m . 37). Pero en esos instantes, el carácter resiliente del Barça emergió. Apareció Mirotic y también Laprovittola para engachar de nuevo a su equipo y llevar el desenlace a un cara o cruz que, esta vez, sonrió a los azulgranas.

FC Barcelona, 86 - Real Madrid, 85

FC Barcelona (20+25+23+18): Satoransky (4), Laprovittola (10), Abrines (2), Mirotic (25), Vesely (18) -equipo inicial-, Da Silva (2), Sanli (5), Kalinic (10), Kuric (-), Jokubaitis (10) y Nnaji (-).

10 de 21 triples (Mirotic, Laprovittola, Jokubaitis, 2), 24 rebotes, 8 ofensivos (Satoransky, Mirotic, 5), 19 asistencias (Laprovittola, 6)

 

Real Madrid (19+22+24+20): Williams-Goss (5), Hanga (2), Musa (2), Yabusele (9), Tavares (13) -equipo inicial-, Causeur (3), Rudy Fernández (-), Hezonja (18), Sergio Rodríguez (7), Poirier (11) y Llull (15).

8 de 17 triples (Llull, 3), 25 rebotes, 7 ofensivos (Tavares, 9), 17 asistencias (Rodríguez, Musa, 4)

Parciales: 20-19; 25-22; 23-24; 18-20