El Madrid sale vivo de Belgrado y fuerza el desempate

El Madrid volvió a golpear al Partizan en el impresionante Stark Arena (78-85) y consiguió lo que la pasada semana parecía casi un imposible: empatar la serie, recuperar la ventaja de campo y devolverla al Wizink Center, donde se decidirá el próximo miércoles el equipo que se clasificará para la ‘final four’ y será el rival del Barça en Kaunas. El efecto Tavares mantuvo vivo al equipo blanco en el peor de los escenarios y, al igual que en el tercer partido, fue clave: sus 15 puntos, 7 rebotes y 30 de valoración sostuvieron al equipo de Chus Mateo.  La única mala noticia para el Real fue la lesión de Deck a cuatro minutos del final, cuyo alcance se desconoce.  

No fue fácil afrontar un partido horas después de una tragedia que golpeó Belgrado con el asesinato de nueve personas, ocho alumnos y el guardia de seguridad, en la escuela elemental Vladislav Ribnikar de la capital serbia. Demasiada emoción contenida,  lágrimas y un minuto de silencio desgarrador, con lanzamiento de flores a la cancha del Stark Arena condicionaron la puesta en escena de Madrid y Partizan, que recuperaron efectivos tras la pelea del Wizink. Lessort, en los locales. Deck, en los blancos.

Los cánticos de la ruidosa afición serbia se silenciaron hasta la segunda parte y el equipo de Obradovic dio la impresión, de inicio, de seguir en estado de ‘shock’. El Partizan y la Euroliga hablaron de suspender el encuentro y fue el gobierno serbio, que ha declarado tres días de luto en el país, el que optó porque se jugara. El Madrid, en cambio, entró rápido en ritmo gracias a un factor inesperado: los triples de Hanga. Tres anotó en el primer cuarto el alero húngaro frente a un rival intimidado por la presencia de Tavares (15-27, primer cuarto).

Cambio táctico

Fueron Leday y un factor inesperado en la serie, Papapetrou, quienes consiguieron devolver sensaciones al Partizan que fue entrando, poco a poco, endureciendo su defensa y, sobre todo, limitando en lo posible las acciones cerca del aro de Tavares. La aparición de Andjusic dio otra alternativa ofensiva al equipo de Obradovic, que logró reengancharse al descanso (42-45).

Un cambio táctico del Madrid, una defensa en zona, frenó el empuje del Partizan en la reanudación, aunque había conseguido el equipo de Obradovic ponerse por delante por primera vez (51-49, m- 25). El planteamiento provocó el colapso de los jugadores serbios, en especial de sus referentes como Nunnally o Exum, que se quedaron en 13 puntos en el cuarto y cedieron el control al Madrid para el último periodo (55-61).

El Partizan lo intentó y llegó a situarse a dos puntos (78-80, m. 38), pero en esos instantes de máxima presión, volvió a aparecer la presencia gigante de Tavares para darle un rebote deciivo en ataque el Madrid y una canasta que firmó la sentencia.