El Barça asalta el Martin Carpena y se venga del Unicaja

Málaga podría ser un punto de inflexión en la trayectoria del Barça esta temporada. La forma en la que arrancó la victoria liguera en el Martín Carpena dejó ver un equipo con carácter e intensidad, aspectos que ha sacado a cuentagotas hasta ahora, pero sobre todo un grupo con orgullo y con las ideas muy claras, algo que no ha sido tan habitual. Satoransky y Laprovittola, con 16 puntos cada uno y un excelente trabajo en la dirección, se encargaron de marcar el camino. Pero en general, el cuadro azulgrana ofreció una imagen muy solvente, necesaria para doblegar a un Unicaja que mostró mucho nivel (81-86).    

Fue el equipo andaluz quien marcó las reglas del juego de entrada y llevó la iniciativa en el primer tiempo con un excelente trabajo de anticipación en defensa, que generó demasiadas pérdidas en su rival, con su juego de contrataque, que desplegó a la mínima oportunidad y también con un efectiva selección de triple (39-35). En un pulso eléctrico, de alta tensión, los malagueños se encontraron mucho más cómodos hasta el descanso gracias al aliento de su público, que se sostuvo en un choque caliente y con mucha polémica arbitral.

El Barça fue a remolque en esos primeros 20 minutos, con diferencias de hasta 11 puntos  (27-16), sin lograr encontrar su tono defensivo y con muchos apuros para encontrar situaciones cómodas en ataque. La rapidez con la que Mirotic cometió dos faltas personales jugó en contra de los intereses barcelonistas. La entrada de Vesely elevó la consistencia de los azulgranas en los dos lados de la cancha, igual que el liderazgo que asumió Laprovittola y eso permitió al equipo azulgrana no descolgarse en la pelea.

Intensidad y pasión

En la vuelta de los vestuarios, hubo un cambio notable en los barcelonistas. Sobre todo en actitud y pasión,  algo que se ha echado mucho de menos esta temporada en el equipo de Jasikevicius. Quizás los ánimos de revancha por la derrota en la Copa alimentó el fuego de los barcelonistas. El caso es que el Barça actuó con mucha más agresividad, limitó las pérdidas y se aplicó en cada acción con intensidad y concentración. Eso le permitió darle un vuelco importante al guion, aunque el Unicaja no bajó los brazos en ningún momento. El título de Copa ha blindado la confianza de los malagueños.

Con una versión menor de Mirotic, fueron Satoransky y Laprovittola quienes fueron adueñándose del ritmo, los azulgranas subieron su intensidad en defensa y su apuesta por controlar el rebote (y limitar las transiciones de los malagueños) y en general, los hombres de banquillo del Barça fueron apareciendo, lo que no ha sucedido últimamente, y ese plus le permitió mantener la iniciativa. Aun así, Perry volvió a demostrar su perfil diferencial y sostuvo al Unicaja hasta los dos últimos minutos con canastas asombrosas (75-78), aunque cada una de sus acciones, encontró la respuesta de Laprovittola, Abrines o Satoransky y eso despejó el camino hacia un triunfo que es más que una simple victoria.