El Barça dispara las dudas con su derrota en Zaragoza

Lo que se no ha visto en toda la temporada sucedió en Zaragoza. El Barça cayó en la pista del Casademont (76-71) y encajó su segunda derrota consecutiva en la Liga en apenas tres días, un revés inesperado apenas cuatro días antes de jugarse su pase a la ‘final four’.

“No estamos ni peleando mucho, ni disciplinados. Estoy muy preocupado”, dijo con inquietud el técnico azulgrana Sarunas Jasikevicius al acabar.

El Barça ha dejado sensaciones contradictorias en la semana previa a enfrentarse al Bayern Múnich, su rival en el ‘play-off’ de la Euroliga.  Parecía el equipo azulgrana tener los cabos atados en el último mes. Que todo marchaba como la seda. Pero  la derrota de este pasado jueves ante el Unicaja en el Palau  y esta derrota  en la cancha del Casademont Zaragoza deja en el aire ciertas dudas.

El Barça mantiene su sello y eso lo dejó claro en la cancha aragonesa, al menos en el trazo grueso. Pero no resultó incontestable, como se ha visto durante muchas jornadas. Los detalles los delataron. La fluidez bajó un punto o dos. Los porcentajes en el lanzamiento cayeron. Se fallaron algunas canastas fáciles y el Casademont, que pelea por escapar de los puestos de cola, le complicó la vida durante muchos minutos, y acabó por pasarle la mano por la cara.

Los recién llegados

Con la mayoría de los azulgranas fuera de sintonía, fue la inspiración de Álex Abrines, infalible desde el 6,75 (7 canastas de 8 intentos)  lo único que dio consistencia  al Barça en un pulso disputado bajo la necesidad imperiosa de victoria de los jugadores de Dragan Sakota. Mirotic también se sumó, por momentos, a la dinámica barcelonista. Pero del resto apenas hubo noticias.

El Casademont siempre encontró a alguien para dar réplica. Un Waczynski muy motivado fue la referencia del Zaragoza para dejar una situación de tablas en el descanso (30-35).  En la segunda parte fueron los recientes fichajes el base Frankie Ferrari y, sobre todo, el pívot nigeriano Christian Mekowulu loz que se convirtieron en un dolor de cabeza para los azulgranas, muy espesos en ataque, con errores y malas decisiones que llevaron el pulso a un final muy equilibrado, en el que el Zaragoza supo llevarse el triunfo.