Jasikevicius y Mirotic, la combinación ganadora

El Barça parece haber dado, al fin, con la combinación ganadora. La llegada del Sarunas Jasikevicius al Palau y su conexión con el mejor jugador actual de la Euroliga, el hispanomontenengrino Nikola Mirotic, ha devuelto al equipo azulgrana a la excelencia, un estado de ánimo que no vivía desde la época de Xavi Pascual en el banquillo y Juan Carlos Navarro como referencia en la pista.

La Copa que levantó el Barça este domingo en Granada, después de una batalla épica frente al Madrid (59-64), confirma un cambio de ciclo que venía apuntándose desde la llegada del genio lituano al Palau hace año y medio, igual que la llegada de Pablo Laso al banquillo madridista abrió una era triunfal (21 títulos, con 30 finales de 41 posibles), que empezó a gestarse con su primer título, la Copa del 2012 en el Sant Jordi. Los tres últimos títulos importantes en la ACB, la última Liga y las dos última finales de Copa llevan el sello azulgrana, con los madridistas como víctimas. Con Saras al frente, el Barça se ha impuesto en 10 de sus 13 enfrentamientos en estos dos años.   

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"Ir a por más"

“Ya tenemos la Copa ahora hay que ir a por más”, proclamó Jasikevicius tras una final pasional, en la que sin citarlo expresamente dejó entrever que el objetivo de los barcelonistas esta temporada se sitúa en la Euroliga, el reto que se les escapó en la temporada de su debut, después de llegar a la final.

En este su segundo año les ha contagiado el carácter que exigía ("son buenos chicos, lo intentan, pero para ganar las cosas importantes tienen que ser aún más cabrones", dijo entre risas el técnico lituano, tras estrenarse hace un año con su primer título de Copa) y con él al frente el Barça amenaza la hegemonía blanca en el palmarés histórico de títulos de la competición (28 por 27) y ya reina con claridad en la era ACB (14 frente a 10). 

"Cada título se gana sudando sangre, es un trabajo increíble el que hay que hacer y es muy difícil ganar los títulos por lo que hay que quitarse el sombrero por los chicos, porque había mucho en contra de ellos y han sabido levantarse en el segundo tiempo", reconoció en la sala de prensa el técnico lituano para elogiar la capacidad de reacción y el sufrimiento de los suyos para culminar la remontada.

“Saras está haciendo un trabajo genial”, valora el responsable deportivo de la sección, Juan Carlos Navarro, después de reconocer que se ha cumplido el primer objetivo. “Es un entrenador muy intenso, que quiere a todos los jugadores muy metidos y hay buena química entre todos y eso es lo importante”.

La charla de Saras

En esta su tercera campaña. Mirotic también está ofreciendo su versión más efectiva, tanto en la ACB como en la Euroliga, pese a que el técnico lituano está dosificándolo al máximo. La exigencia de Jasikevicius está sacando lo mejor de él. “Para él meter 20 puntos es fácil. Siempre le pido más. Liderazgo, detalles que no castiguen en defensa. En ataque es muy bueno. Está muy implicado y está dando un paso más. No es solo un anotador y es lo que queremos de la gente que tiene que ser nuestro líder”, señalaba el pasado curso el técnico para elevarle el listón. “ Me siento muy querido por los aficionados, uno más importante dentro de este grandísimo equipo, dentro de una gran familia como es el Barcelona”, asegura el ala-pívot,  pieza fundamental en la remontada de la segunda mitad junto al base lituano Rokas Jokubaitis, y merecido MVP del torneo (16 puntos, 5 rebotes y 23,3 de valoración de media).

El propio Mirotic descubrió  tras la final, que fue la confianza del técnico la que propició la remontada frente al Madrid, con un discurso motivador en el descanso. “Estuvo de 10,  sobre todo en descanso, Parecía que era el único que confiaba en el equipo. Tuvo una grandísima charla que  me puso la piel de gallina”, apuntó.

"La charla en el descanso de Saras fue clave en el éxito. Me puso la piel de gallina", desveló Mirotic

En una entrevista este lunes en RAC1, la estrella azulgrana profundizó en el tema. “Estamos acostumbrados a las broncas de nuestro entrenador cuando nos lo merecemos. No fue un buen primer tiempo y llegamos al vestuario con un poco de bajón y dudas. La mayoría de nosotros esperaba un Saras muy tocado y que nos cayeran palos. Pero vino muy motivado, tranquilo, dándonos confianza. Nos dijo que había que creer. Que estábamos bien y que sin duda tendríamos la oportunidad de ganar el partido si teníamos paciencia y si íbamos paso a paso. Y creo que esa tranquilidad y esa motivación nos dio un empujón. Fue la llave de nuestro éxito en la final”.

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