El Joventut no concreta su remontada y cae ante el Tenerife

Después de hacer un imposible, remontar 16 puntos de ventaja en el último cuarto y ponerse por delante a falta de un minuto, el Joventut acabó por caer frente al Tenerife en los cuartos de final de la Copa (62-64). Los errores y las pérdidas en ese tramo final condenaron a los verdinegros que ofrecieron una imagen desfigurada demasiados minutos, y eso permitió que el cuadro tinerfeño se abra paso hasta las semifinales en Granada.

Entre la puesta de escena de uno y otro equipo hubo un mundo. El Tenerife apareció con un plan en la pista y lo ejecutó con pulcritud. La Penya tardó en aparecer, cuando el marcador ya se había abierto de forma peligrosa en el primer cuarto (10-21) y cuando lo hizo no estuvo cómoda. Esa falta de consistencia fue un lastre que arrastró todo el partido.

El Joventut intentó cerrar los espacios para que la dupla Huertas-Shermadini no le hiciera daño, como ocurrió el pasado domingo en el Olímpic. Pero esta vez, Txus Vidorreta no construyó la estrategia sobre el acierto de sus dos estrellas. Buscó abrir el campo con sus tiradores y la jugada le dio dividendos. Desde las esquinas aparecieron Borg, Wiltjer, Todorovic y Doornekamp y las ventajas se estabilizaron pronto por encima de la quincena de puntos.

A nivel ofensivo, en cambio, la Penya se instaló durante demasiados minutos en el apagón.  Tomic sostuvo el pulso de los verdinegros en las acciones interiores. Pero se encontró demasiado solo en la batalla. Tardaron mucho en aparecer piezas claves como Vives, Ribas, Willis o Brodziansky.  Los 23 puntos del descanso ya fueron el síntoma de la falta de pegada de las últimas jornadas (3 de 22 en triples frente a los tinerfeños el pasado domingo). Y el escenario se mantuvo en la reanudación hasta el último periodo.

Reacción tardía

 Cada canasta fue un ejercicio de supervivencia para el Joventut, que dio un paso adelante en defensa, y redujo la ofensiva del Tenerife. Fueron Parra y, en menor medida, Willis los que consiguieron arrastrar al equipo con penetraciones y acciones dentro de la pintura.

 A base de apretar los dientes, la Penya logró que un escenario prácticamente imposible, los 16 puntos por debajo del tercer cuarto (27-43), se convirtiera en un pulso  abierto cuando los verdinegros cobraron su primera ventaja (59-57) a falta de un minuto coincidiendo con el despertar también de Brodziansky. Pero llegados a ese punto, todas las decisiones de los verdinegros fueron erróneas y un triple de Salin y los tiros libres de Shermadini dictaron sentencia.