SUPERCOPA ENDESA | Real Madrid 89-79 Barça

El Barça pierde el primer clásico del año ante el Madrid

Los de Pesic cayeron con justicia ante los blancos pero mostraron síntomas para el optimismo

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Alejandro García

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Como un nuevo proyecto ilusionante que aspira a recuperar el honor perdido y que, por el camino, tiene que enfrentarse a los poderes que perpetúan orden establecido, el Barça jugó la primera final y el primer clásico de la temporada con ambición creciente, cada vez con más confianza en sus posibilidades y con buenas perspectivas de futuro, pese a perder (89-79) en la Supercopa ante un Madrid que juega con la superioridad y la confianza con la que un cacique iba a unas elecciones para mantener su puesto de privilegio. 

La consigna de inicio del Barça parecía clara: defensa fuerte y transiciones rápidas. Tuvo más efectividad en repeler ataques contra la canasta propia que en perpetrarlos contra la rival. Aunque el Madrid se pasó más de tres minutos sin anotar, los de Pesic arrancaron la final con un parcial de 0-6 que los blancos neutralizaron rápido.

Conforme avanzó el cuarto, el Madrid fue desplegando capacidades, Pesic se enredó con los árbitros, imagen del creciente nerviosismo de su banquillo, y los locales terminaron con la delantera el primer cuarto, aunque solo por un punto, gracias a que dos triple de Delaney casi al final amortiguaron el golpe. 

Delantera blanca

El Madrid le devolvió con intereses en el segundo cuarto el parcial de inicio de partido, con un 8-0 del que sacó al equipo culé Mirotic con un triple, como con el que abrió el partido, entre la bronca mayúscula desde la grada. Sin demasiados argumentos ofensivos, el Barça perdió también la iniciativa en defensa y permitió a los blancos superar la barrera de los diez puntos de ventaja. 

Al descanso, el partido pendía de un hilo para el Barça, entre malos tiros y pérdidas, con el Madrid 15 puntos arriba (48-33) y la sensación de que el partido se jugaba al ritmo que deseaban los de Laso. 

Laboriosa reacción del Barça

En el tercer cuarto no cambió radicalmente la dinámica, pero el Barça consiguió mantener el tanteador bajo unos minutos y redujo las diferencias en el marcador por debajo diez puntos, gracias a las buenas defensas de Claver y Oriola y, sobre todo, al éxito creciente de Brandon Davis en su pelea ante la envergadura y la intimidación de Tavares, que terminó el cuarto con 12 puntos.

Los únicos aplausos que recibió alguien con la camiseta del Barça en el madrileño WiZink Center fue en el homenaje previo a los campeones del mundo de Pekín de los dos equipos: Oriola, Ribas, Claver, Llull y Rudy Fernández. A partir de ahí, con Mirotic como principal objetivo, el ambiente se fue caldeando hasta que el internacional español nacido en Montenegro se echó el equipo a la espalda y, en plena remontada, la bronca creció exponencialmente.

Minutos para la esperanza

En un gran final de tercer cuarto, el Barça reencontró sensaciones y confianza y se colocó a seis puntos antes de los diez últimos minutos. En los momentos decisivos, el nuevo Barça de Pesic jugó con personalidad, produjo buenas acciones de tiro y defendió con intensidad, pero se mantuvieron las diferencias para los blancos, entre los seis y los ocho puntos, hasta los últimos minutos, cuando el Barça entregó definitivamente, sin quererlo, el partido.

"Tenemos muchas piezas que ajustar todavía. Somos un buen equipo, pero no el equipo que queremos ser”, dijo Claver tras el choque en Rac1. “No hemos jugado todo lo bien que queríamos. Era un partido con mucha tensión y nos hemos dejado llevar un poco en ataque. Nos falta entendernos más entre nosotros", amplió después.

Ficha del partido:

<strong>REAL MADRID        89</strong>