LA FINAL DE LA LIGA ENDESA

El Madrid pone la directa al título con un imparable Llull

El Barça acusa su inconsistencia y se descompone ante un rival que se avanza 2-1 en la final (91-74)

El madridista Ayón defiende a Tomic en una acción del tercer partido

El madridista Ayón defiende a Tomic en una acción del tercer partido / periodico

LUIS MENDIOLA

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El Barça se asoma al abismo en la final de la Liga Endesa y por la dinámica que sigue el equipo de Xavi Pascual hasta ahora, cuesta abajo y sin freno, no parece que exista forma de evitar la caída. El Madrid venció en el tercer partido del ‘play-off’ final, para situar el 2-1 a su favor y lo hizo con tal rotundidad (91-74) que existen pocos argumentos a los que los azulgranas puedan agarrarse para alimentar la esperanza de que la serie regrese al Palau Blaugrana para un hipotético desempate. De no producirse un giro radical en la actitud de unos y otros, el equipo de Laso llegará este miércoles al cuarto encuentro con todo de cara para revalidar el título ante su afición.

El Madrid defendió mejor, tiró mucho mejor, dominó el rebote, cuidó mucho más el balón, todos aspectos fundamentales que, lógicamente, sirvieron para construir  el triunfo desde el primer cuarto, en el que los jugadores blancos se fueron hasta los 29 puntos, una efectividad anotadora que los azulgranas fueron incapaces de secar o, al menos, minimizar.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"\"Han sido mejores\", asume Pascual","text":"\u00abEl Madrid ha sido mejor\u00bb, reconoci\u00f3 el t\u00e9cnico del Bar\u00e7a Xavi Pascual en la sala de prensa, para a\u00f1adir que \u00abdesde el punto de vista defensivo\u00bb su equipo volvi\u00f3 a \u00abno encontrar el camino\u00bb en el tercer partido de la final. \u00abEl Madrid por aciertos suyos y errores nuestros encontr\u00f3 aro con facilidad\u00bb, dijo. \u00abTodos jugamos y ganamos o perdemos. Tenemos que encontrar el camino. Parece que algunos jugadores bajan un poco la cabeza cuando el Madrid anota, pero son cosas que hay que trabajar\u00bb"}}

La espesura de los azulgranas en los tiros libres (18 de 27, con un 66% de acierto) fue una carga adicional que lastró aún más las opciones del cuadro de Pascual, ya de por sí limitadas por su espesura de su línea exterior. Entre Ribas, Abrines, Navarro, Oleson y Perperoglou sumaron 21 puntos y el balance desde el triple fue igual de descorazonador (6 de 19, un 31%).

EL IMPACTO DE RUDY

Todos los parciales, excepto el último con todo ya decidido, fueron para el equipo blanco, que siempre encontró a alguien para que tirara del carro, liderado por un incombustible Sergio Llull, el alma del equipo de Laso, que volvió a marcar diferencias (21 puntos, 8 asistencias, 4 rebotes, 3 recuperaciones), y que encontró siempre el apoyo de sus compañeros, especialmente de Rudy Fernández (18 puntos) y de Ayón (12 puntos, 6 rebotes).

El alero mallorquín, con ocho puntos consecutivos, fue el que lideró el parcial de 15-0 (62-56 al 77-56) que dejó descompuesto al Barça cuando aún soñaba con equilibrar el partido y convirtió el último periodo en una lenta agonía, sin que el deseo de Tomic (18 puntos, 5 rebotes), Doellman (17 puntos, 8 rebotes) o Satoransky (10 puntos) tuviera demasiada incidencia.

DESCONECTADOS

El Barça ha ido perdiendo presencia en la final, cada vez más desdibujado, cada vez más sometido a los postulados del Madrid, incapaz de resolver muchas de las trabas tácticas que le plantea Laso. En cambio, los madridistas se han ido sintiéndose muy cómodos desde el debut en el Palau, en el que cedieron in extremis con la canasta de Perperoglou.

Con un Llull en un estado de forma espléndido, posiblemente en uno de los mejores momentos de la temporada, con Ayón como claro dominador de la zona, con la aportación de casi todos los jugadores del banquillo (Rudy apareció en este tercer partido, igual que Thompkins o Doncic, pero en el segundo fueron Carroll o Reyes), la confianza de los blancos se ha disparado hasta las nubes.

En el Barça, todo gira sobre los mismos argumentos desde el primer día: Satoransky, Tomic y Doellman, pero ninguno ha sido capaz de mantenerse de forma consistente en la final y sus apariciones han sido intermitentes.

Desgastado físicamente por los emparejamientos defensivos con Taylor, Maciulis o el propio Llull, el base checo ha ido perdiendo frescura. La insistencia de los azulgranas de hacer girar todo su juego ofensivo por Tomic ha convertido al equipo de Pascual en previsible y Doellman, a pesar de su solvencia ofensiva, ha salido perdedor en sus emparejamientos defensivos con Reyes o Thompkins, lo que ha acabado desconectando los mejores recursos del equipo azulgrana que, a estas alturas de la final, cotiza a la baja frente a un Madrid que se siente superior.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Real Madrid, 91 - FC Barcelona, 74","text":"FC Barcelona: Satoransky (10), Navarro (6), Abrines (-), Doellman (17), Tomic (18 ) -cinco inicial- Ribas (3), Lawal (5), Vezenkov (-), Samuels (3), Oleson (5), Perperoglou (7).\u00a0 6 de 19 triples (Navarro, 2) 26 rebotes, 8 of. (Doellman, 8). 17 asistencias (Ribas, 6).Parciales:\u00a029-21; 25-20; 23-17; 14-16"}}