Acoso escolar

Una madre de Badalona denuncia 'bullying' a su hijo con autismo: "Van a por él"

Primer estudio oficial del 'bullying' en España: casi el 10% de los alumnos lo sufren en primaria

Autismo: qué es, qué síntomas tiene y cómo se trata (y por qué durante años se culpó a las madres)

BADALONA 06/06/2023 Barcelona. Niño con autismo que sufre bullying en el colegio de Badalona. "Marshel" es nombre inventado que es como se quiere llamar el chico. FOTO de ZOWY VOETEN

BADALONA 06/06/2023 Barcelona. Niño con autismo que sufre bullying en el colegio de Badalona. "Marshel" es nombre inventado que es como se quiere llamar el chico. FOTO de ZOWY VOETEN / ZOWY VOETEN

Gerardo Santos

Gerardo Santos

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Juan (nombre ficticio) es un niño de 11 años, risueño y expresivo. Le apasionan los videojuegos y la pizza. Y bailar, le encanta bailar. En su cuenta de Instagram hay algún que otro vídeo suyo haciendo algunos pasos, coreografías virales, estilo TikTok. Lo que hace diferente su Instagram al del resto de críos de su edad son los vídeos de denuncia al ‘bullying: “Hola, soy Juan, tengo 11 años y estoy en contra del acoso escolar. Basta ya de patadas, basta ya”, dice en uno de ellos. Hace un par de años, a Juan le diagnosticaron Trastorno del Espectro Autista (TEA) y un grupito de niños de su colegio le hace la vida imposible. 

“Me gusta estudiar, me gusta mucho el inglés y las matemáticas”. Lo que a Juan no le gusta nada es ir a la escuela. El colegio se encuentra en un popular barrio de Badalona. Por expreso deseo de la madre del crío y para mantener el anonimato del pequeño, no desvelaremos de qué colegio se trata. Es su segundo curso en el centro educativo, dos años "marcados por las agresiones verbales y físicas", explica su madre. Aunque en la anterior escuela a la que iba (en el barrio de la Sagrera, en Barcelona) la historia era la misma: “He ido a dos colegios y en los dos me pegan. ¡Estoy cansado! ¡Basta ya!”, se lee en el Instagram de Juan.

Los insultos y las amenazas son constantes, más difíciles de detectar para el profesorado que las agresiones físicas. Patadas en el estómago, en la espalda, en los genitales (“un día vino con los testículos negros”, explica su madre). Juan dice que siempre intenta defenderse, pero es difícil cuando los abusones te superan en número. “Entre tres o cuatro lo agarraron, le pusieron el brazo en el quicio de una puerta, y la cerraron de golpe”, explica su madre.

“Ponte en modo avión”.

“Lástima que las ventanas tienen rejas”.

“¿Por qué no subes al último piso y te tiras?”.

“Aquí sobras, muérete, enfermo”.

El pequeño Juan, víctima de acoso escolar

El pequeño Juan, víctima de acoso escolar / ZOWY VOETEN

Protocolo activado

La concejala saliente de Educación del Ayuntamiento de Badalona, Aïda Llauradó, recuerda que en estos casos, la competencia recae en la Generalitat. A nivel municipal, explica Llauradó, se llevan a cabo talleres para concienciar a las familias, y aunque "se puede intentar facilitar un cambio de centro, ese no es el principal objetivo". Este medio ha hablado con la dirección del colegio. Tienen conocimiento del caso. "Activamos el protocolo que fija el Departament d'Educació desde el primer momento en que tuvimos constancia", asegura la directora.

La madre de Juan es consciente de ello, pero pide más determinación y apunta a que el protocolo no ha ido más allá de la “observación”. "Todas las comunicaciones relacionadas con el acoso escolar tienen credibilidad cuando se emiten. A partir de ahí, siempre se activa el protocolo -relata la directora del centro-. Se entrevista al alumno y a su familia, y se avisa a Inspección del Departament d’Educació de la Generalitat". Fuentes del Departament d'Educació confirman a EL PERIÓDICO que están siguiendo el caso, tal como marca el protocolo de actuación, y que está en manos de la Unitat de Suport a l'Alumnat en Situació de Violència (USAV).

Sin embargo, las agresiones no cesan, de manera que la madre de Juan empezó a comunicarse directamente con los padres de los niños que acosan a su hijo. "Van a por él", se lamenta. Eso tampoco sirvió para acabar con los abusos. Cuando el pequeño llega a casa, después de clase, con moratones, su madre envía mensajes a los profesores y al jefe de estudios de la escuela. Le responden que tienen al chico vigilado para que los demás no le hagan nada, que el protocolo está activado, que han hablado con los padres de los agresores. 

Juan explica que le cuesta "hacer amigos"

Juan explica que le cuesta "hacer amigos" / ZOWY VOETEN

Una tarde, hace tres meses, Juan llegó a casa después de un día especialmente duro. Le dijo a su madre que estaba harto de que le hiciesen daño, que si la cosa seguía así, se quitaría de en medio, para dejar de sufrir. La madre agarró su móvil, puso a grabar con discreción y le pidió a Juan que volviera a decir lo que acababa de decir. “Me quiero ir”, se oye al niño en el vídeo. "Cuando niños como el mío llegan a tener pensamientos de autolisis, no es por otra cosa que por dejar de sufrir", asume su madre.

No es, ni mucho menos, el único niño con TEA, síndrome de Asperger, síndrome de Tourette o cualquier otra condición que sufre acoso escolar. En Whatsapp, Facebook u otras plataformas abundan grupos de padres que comparten experiencias de ese tipo. La madre de Juan está en uno de esos grupos, y asegura que el problema demasiado extendido. De hecho, las entidades estiman que entre ocho y nueve de cada diez menores de espectro autista sufren maltrato en el estorno escolar.

Estos días, sus compañeros de clase están de viaje, de colonias, pero Juan no. “Se quedará en casa”, explica su madre, consciente de la pesadilla que sería para su hijo convivir durante una semana, 24 horas al día, con sus agresores. “Yo les pregunto ‘¿pero por qué me hacéis esto a mí?’ y ellos me pegan más fuerte”, explica el crío con una sincera expresión de incredulidad. 

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