En Badalona

La pandemia agrava el absentismo escolar en Sant Roc: "Hay alumnos que han estado dos años sin ir a clase"

 En el barrio badalonés un 42% de los jóvenes de secundaria no acude al instituto de forma regular

Momento de ocio en el Ateneu Sant Roc de Badalona.

Momento de ocio en el Ateneu Sant Roc de Badalona. / ACN / Jordi Pujolar

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El absentismo escolar ha sido históricamente uno de los problemas estructurales del barrio de Sant Roc de Badalona (Barcelonès) y el paso de la pandemia del covid-19 no ha hecho más que agravarlo.

El Ateneu Sant Roc, que trabaja en la atención integral de niños y jóvenes, alerta de que hay casos de alumnos que han estado "dos años sin pisar la escuela". En Sant Roc, el absentismo regular -más del 25% de ausencias- es del 42% en secundaria.

Desde el Ateneu reclaman una mayor implicación de las administraciones para dar la vuelta a la situación mientras trabajan para "contrarrestar" la falta de interés de algunas familias por la educación. "Hay que creer y poner los medios. No podemos decir que el barrio no tiene solución", exclama la coordinadora de la entidad, Pilar López.

En este sentido, desde el Ateneu lamentan la falta de recursos municipales en el barrio. "No hay educadores callejeros o plan educativo y aunque hay escuelas de proximidad, no hay ninguna escuela pública en el territorio", denuncian fuentes de la entidad. También reclaman que ir a la escuela sea condición para que las familias puedan beneficiarse de ayudas o rentas.

En este sentido, la entidad ha puesto en marcha la campaña de captación de fondos 'Educar para transformar', que busca la implicación de la ciudadanía para "seguir acompañando a niños y jóvenes del barrio" en el actual contexto de altos índice de desvinculación con la educación. El Ateneu defiende que la igualdad de oportunidades es una "garantía de futuro" y la educación "la herramienta de transformación.

Fomentar la asistencia a la escuela

La desvinculación con la educación es tanta en algunos casos que la coordinadora del Ateneu, Pilar López, augura "muchísimas dificultades" en algunos niños y jóvenes, incluso en generaciones enteras. Además del absentismo, situaciones como la pandemia no facilitan que los alumnos de estos entornos puedan acabar con éxito sus estudios.

"Hay niños que han comenzado la escuela directamente en primero o en segundo o bien que no han llegado a la secundaria", detalla López. Ahora, entidades como ésta intentan "paliar" estos dos años en blanco con un soporte integral al desarrollo de los jóvenes en todos los ámbitos. Los estudios, pero también hábitos de salud, higiene, alimentación u ocio.

La coordinadora del Ateneu señala que la implicación de las familias es esencial, puesto que hay quien no le encuentra en la escuela la importancia que se merece. "Cómo venir al Ateneu sí les gusta, les fomentamos desde aquí que es más importante ir a la escuela. Cuando entienden que lo que proponemos es por el bien de sus hijos es cuando se convencen".

Pese al factor cultural, en el barrio también incide en esta desvinculación de la escuela la realidad socioeconómica. Hay familias, recuerda, que a menudo se ven sobre sí la amenaza de un desahucio y los niños quedan muy marcados: "No será fácil de digerir decir que un día no puedes ir a la escuela porque te vienen a echar de casa".

Un apoyo para la escuela y para la vida

Desde el Ateneu atienden a una treintena de niños de Primaria, que acuden de lunes a viernes por la tarde, y a unos 60 jóvenes de Secundaria, con unos horarios más flexibles en función de las necesidades de refuerzo escolar de cada uno de ellos. Además, se organizan actividades de dinamización en las calles y plazas del barrio.

Omar, de 15 años, ha pasado por todos los grupos. Está en el Ateneu desde hace diez años y ahora, con perspectiva, ve que la ayuda recibida ha dado sus frutos: "En la escuela no sólo he subido las notas, también he mejorado la forma en que me expreso. Es un apoyo muy bueno por lo general para mi vida cotidiana".

El joven no entiende que sus compañeros dejen la escuela y hace un llamamiento para que se acerquen al Ateneu, aunque sea para que recién llegados como él puedan aprender el catalán. "Ayudan mucho", afirma.

Ahora Omar ya empieza a pensar en un futuro laboral próximo. Le gusta la informática, pero no tiene decidido qué camino elegirá. "Sea lo que sea, seguro que lo que hago aquí me ayudará".

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