entrevista con el Director de cine

Vincenzo Natali: «He hecho un 'Frankenstein' genético»

El director de 'Cube' (1997) compite en Sitges con 'Splice', filme de ciencia ficción sobre un turbador experimento genético.

HA DIRIGIDO LOS FILMES DE CULTO 'CUBE' Y 'CYPHER'

HA DIRIGIDO LOS FILMES DE CULTO 'CUBE' Y 'CYPHER'

DESIRÉE DE FEZ
SITGES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

–Ha explicado usted en varias ocasiones que una de las influencias de su película es Frankenstein

–En realidad mi primera influencia es la propia ciencia. Empecé a pensar en Splice al ver un experimento genético real que era el implante de lo que parecía una oreja humana en un ratón. En realidad no era una oreja humana, pero el experimento dejaba entrever que los científicos podían ponerle la piel de un ratón a un humano. Me pareció una imagen extraña, sorprendente, digna de Salvador Dalí. En cuanto a Frankenstein, está en mi ADN, la adoro desde niño, como adoro las películas de James Whale. Por eso la idea de hacer un Frankenstein genético surgió de forma natural.

–¿En qué películas de monstruos se ha inspirado?

–Sobre todo en Alien, el octavo pasajero (1979), una película perfecta y quizá la principal inspiración de Splice. He crecido con el filme de Ridley Scott. Una de las cosas que la distinguen es que dio por primera vez un enfoque realista y biológico a los monstruos. Es lo que hemos querido hacer en Splice, crear un monstruo que el espectador se pudiera creer.

–¿El universo científico que recrea en su película se ajusta a la realidad?

–Mucho. Hay escenas rodadas en laboratorios reales, los sets son reproducciones exactas salvo por algún instrumento concreto, y el trabajo que hacen Clive y Elsa, la pareja de científicos protagonista [Adrien Brody y Sarah Polley), fue supervisado por científicos genéticos.

Splice es una película muy sofisticada, pero a la vez tiene algo cotidiano.Splice

–Absolutamente, pasamos mucho tiempo en laboratorios de verdad, de hecho, muchos de los figurantes son científicos. Es curioso, porque todo este trabajo biotecnológico se hace con instrumentos muy sencillos, muy simples. De hecho, los laboratorios no son muy distintos a los de un colegio. Con los conocimientos adecuados, puedes crear mutaciones en tu propio sótano.

–¿Es su película crítica con determinados avances científicos?

–No, en ningún momento he querido criticar a la industria biotecnológica. Es un campo muy importante, y está trabajando en cosas maravillosas; pero sí creo que los humanos somos débiles y que cuando ponen en nuestras manos herramientas muy poderosas podemos acabar por hacerle daño al mundo y a nosotros mismos. Splice viene a recordar que tenemos que ser responsables de las cosas que hemos creado. La pareja protagonista son listos pero no son sabios, porque son capaces de crear vida pero no de entenderla.

–¿Cómo fue el proceso de diseño de la criatura?

–Es hija de muchos padres. He trabajado con artistas increíbles, como Amro Attia, Howard Berger y Greg Nicotero. También es producto de 10 años de trabajo. Para mí, el reto de la película era hacer que la criatura fuera creíble y que, de alguna manera, el público pudiera identificarse con ella.

–Arriesga usted mucho en la relación entre los científicos y la criatura.

–Sí, sobre todo en el componente sexual de la película. Ese aspecto me interesaba mucho porque explorábamos un terreno poco tratado hasta entonces en el cine, o no tratado de la misma manera. De hecho, una de las cosas que me movieron a hacer la película fue el deseo de hablar de la posibilidad de enamorarse de alguien no humano, un concepto que en realidad es muy antiguo, por eso se crearon las hadas, los ángeles, las sirenas.

–¿Ha leído usted La piel fría de Albert Sánchez Piñol? La piel fríaSplice

–No, pero tengo muy buenas referencias de ella y agradezco mucho la comparación.