LOS ESTRENOS DE LA SEMANA

Isabel Coixet bucea en los amores al límite

La directora catalana explora la sensualidad y la culpa en el 'Mapa de los sonidos en Tokio', el esperado drama ambientado en Japón que protagonizan Sergi López y Rinko Kikuchi

Sergi López, Isabel Coixet y Rinko Kikuchi, ayer.

Sergi López, Isabel Coixet y Rinko Kikuchi, ayer.

QUIM CASAS

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Tras rodar un par de películas en catalán y cuatro en inglés, la directora barcelonesa Isabel Coixet emprende la aventura japonesa con Mapa de los sonidos de Tokio, el filme interpretado por Rinko Kikuchi (conocida actriz japonesa que debutó en el cine internacional con Babel) y Sergi López con el que la realizadora compitió en el último festival de Cannes. En una semana de estrenos donde hay un poco de todo (comedias sentimentales, aventuras infantiles, comedias históricas, tragicomedias familiares, ironías autorales como la de Takeshi Kitano y algo de terror), la película de Coixet destaca por convertirse en la reafirmación de un estilo que bascula entre la disección de comportamientos amorosos al límite y una estética que, siendo heredera de la publicidad, no cae en el artificio del espot trasladado a la pantalla.

Mapa de los sonidos de Tokio arranca como deslizándose a ras de suelo. Vemos a una muchacha que trabaja cortando y limpiando pescado en el mercado de Tokio, de siete de la tarde a cinco de la madrugada. Lo poco que sabemos de ella nos lo comunica un personaje que se ha convertido en su silencioso compañero de comidas y paseos. Nunca les vemos hablar, sino que es la voz en off del hombre la que nos va suministrando información, poca, sobre la extraña mujer.

Al mismo tiempo, Coixet muestra la deriva de un barcelonés experto en vinos que arrastra sobre su conciencia el suicidio de su novia japonesa. Y las singulares imágenes de unos ejecutivos que comen piezas de sushi depositadas sobre el cuerpo de varias mujeres desnudas. A uno de estos personajes se le comunica una noticia dolorosa. Es el padre de la chica que se ha quitado la vida. Después comenta que le resulta imposible vivir en un mundo donde ya no esté su hija y sí su compañero. Es entonces cuando entra en escena la chica que limpia y corta pescado, y a partir de entonces la película se fragua sobre un cruce de sensaciones y signos culturales marcados por el poso fatalista del film noir.

No abandonemos Japón. Takeshi Kitano ha perdido buena parte de su rango como uno de los grandes del cine japonés contemporáneo, pero el artífice de obras maestras como Sonatine y Hana-bi, flores de fuego todavía es capaz de proporcionar experimentos tan singulares como Glory to the filmmaker! En la línea de su anterior y dislocada Takeshis’, consiste en una reflexión sobre su posición como cineasta que se ha hartado de realizar películas violentas y que prueba en todos los otros géneros hasta acabar riéndose de sí mismo.

La comedia estadounidense se presenta de cuatro distintas formas. La más salvaje está representada por Judd Apatow (productor), Harold Ramis (director) y Jack Black y Michael Cera (ambos como protagonistas), un póquer demoledor. Sin embargo, el producto resultante, Año uno, no está siempre a la altura de sus talentos combinados, y resulta un repaso algo zafio a la prehistoria y la historia bíblica, con Hank Azaria interpretando a Abraham, David Cross a Caín, Paul Ruud a Abel, Oliver Platt a un sacerdote sodomita y el propio Ramis a Adán.

KUTCHER Y THURMAN / Ashton Kutcher protagoniza American Playboy, película que empieza siendo una comedia sofisticada sobre las andanzas de un seductor profesional que vive de acostarse con mujeres ricas y termina (como le ocurría a su máximo referente, el American gigoló protagonizado por Richard Gere) y acaba siendo una reflexión sobre la decadencia de este tipo de personajes.

Una mamá en apuros funde igualmente comedia y algo de drama, con Uma Thurman encarnando con notable convicción a un ama de casa neoyorquina que, superada por las circunstancias, intenta dar un vuelco a su tan rutinaria como ajetreada existencia. Shorts. La piedra mágica, por su parte, mezcla los habituales ingredientes que han caracterizado el cine infantil de Robert Rodríguez: comedia, aventuras, toque fantasioso, efectos especiales de andar por casa y la sensación de que él y su familia se lo pasan en grande rodando estas películas y poco más.

También es comedia, pero de procedencia chilena: como su título indica, Lokas, de Gonzalo Justiniano, habla de la homosexualidad en clave chistosa, narrando el reencuentro entre un hombre homófobo y su padre, al que lleva 30 años sin ver y del que descubre que es gay y que vive con su compañero sentimental.

Cerramos la sesión con una muestra de thriller terrorífico, aunque su protagonista, Renée Zellweger, no sea precisamente la actriz más dotada para este género: Expediente 39 narra las perturbaciones a las que se ve sometida una asistenta social cuando entra en contacto con la familia de una silenciosa joven de nombre bíblico, Lilith.