The Killers arrasa en España con su pop épico en technicolor

Lo han advertido durante años y hoy ya hay que darles la razón. The Killers es un grupo de rock de estadios. Los de Las Vegas ya juegan en la liga de los grandes. Hoy aterrizan en España con todo el trabajo hecho.Day & ageha vendido más de 30.000 copias en cuatro meses (tantas como en su díaHot fussySam’s town) y las entradas para sus conciertos de hoy (en Badalona) y mañana (en Madrid) se agotaron hace ya meses.

En cuanto se coronen este fin de semana ante el público español vuelan hacia Australia. Después les esperan dos meses por Estados Unidos y Canadá y, en verano, actuaciones en todos los festivales europeos importantes. El 19 de julio, por ejemplo, serán cabezas de cartel del FIB de Benicàssim. Así es la vida del único grupo estadounidense capaz de hacer sombra a las grandes bandas de la década; casi siempre inglesas.

PARECÍA UNA BROMA / The Killers ya son estrellas, pero más raras de lo que parece. De jovenes corrían al quiosco a por los ejemplares de la revista musical inglesaNMEque llegaban a Las Vegas. Eran los raritos del barrio hasta que grabaron la canciónGlamorous indie rock’n’roll. Allí decían: «Es lo que quiero, está en mi alma, es lo que necesito: rock’n’rollindie». Sonaba como una mezcla de Oasis y Travis. Parecía una broma, pero había llegado la hora del indie-rock glamuroso yanqui.Hot fussvendería cinco millones de ejemplares.

Su segunda jugada fue más descabellada. Republicanos declarados, quisieron americanizar su sonido y no se les ocurrió otra cosa que inspirarse en la épica obrera del demócrata Bruce Springsteen. Parecía otro chiste, pero aunque la crítica les dio la espalda, el público les dio la razón.

Sam’s townquiso ser el mejor disco de los últimos 20 años y para ello contrataron a los productores de Depeche Mode y U2. Pero enDay & ageya les han bajado los humos y han optado por Stuart Price (el productor de la penúltima Madonna) para ganar puntería rítmica y barniz technicolor. Tercer cambio de chaqueta y tercer éxito comercial.

El grupo más rocambolesco del momento sigue llenando pabellones de todo el mundo. La duda sigue ahí: ¿son la venganza estadounidense ante la americanización de U2 de finales de los 80 o acaso estamos ante una versión rock de Mika?