CINE

El director Elio Quiroga descubre imágenes secretas del NO-DO

'NODO' indaga sobre apariciones de la Virgen que el franquismo ocultó

Elio Quiroga.

Elio Quiroga.

MERCEDES JANSA
LAS PALMAS

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El franquismo aún esconde misterios sorprendentes como ha podido comprobar el realizador canario Elio Quiroga. Quería que su nueva película de miedo girara en torno al NO-DO, el famoso informativo doctrinario que la dictadura impuso en los cines, y se encontró con un secreto de tintes ultracatólicos. El resultado se ha presentado este fin de semana en el festival de cine de Las Palmas bajo el título NODO, con Ana Torrent como protagonista y Héctor Colomé y Paco Casares en el reparto.

«Franco siempre quiso tener su propio milagro de Fátima, hacer de España un gran parque temático de santos», explica Quiroga. Por tanto, los cámaras del NO-DO se aplicaron en recorrer el país buscando «experiencias marianas» que filmaron, pero que solo vieron las máximas autoridades del régimen y, por supuesto, el Vaticano para sus procesos de canonización. Un caso concreto ocurrido en los años 50 en la localidad asturiana de Garabandal, sobre tres niñas que aseguraban que se les aparecía la Virgen, es utilizado por Quiroga en su filme. Hoy, el lugar, controlado por un grupo ultrarreligioso, es fuente de turistas atraídos por estas experiencias.

Este material de la historia reciente de España ha permitido a Quiroga recrear el género cinematográfico que más le interesa desde que en 1996 se dio a conocer, no sin polémica, en el festival de Sitges y ganó el premio especial del jurado por su primer largo Fotos. «No sé si es por el lastre católico pero en España aún no nos atrevemos a mirar cara a cara a nuestros fantasmas», dice el realizador. Él lo ha intentado con este filme, que espera estrenar antes del verano.

Héctor Colomé y Paco Casares interpretan a sendos curas que mantienen precisamente un tira y afloja sobre si dar a conocer este pasado o seguir con el misterio. «Es el pasado lo que les lleva al abismo», comenta Quiroga. En cuanto a Ana Torrent, el realizador destaca su admiración por esta actriz «muy en el método», cuyos ojos son ya casi un icono, una mirada especial que atrajo antes a Víctor Erice y Alejandro Amenábar y que ayuda a construir la historia.