crónica

La fuerte debilidad de Vattimo

El creador del "pensamiento débil" presenta en Girona su último libro

JOSEP MARIA FONALLERAS
GIRONA

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Gianni Vattimo recuerda el Fiat 131 con el que viajó, hace unos 30 años, a Girona. Ha vuelto ahora, invitado por la Càtedra Ferrater Mora, para participar en un seminario sobreFenomenología, hermenéutica, ontología de la actualidady para presentar la primera edición en catalán (y la primera traducción mundial, en Accent editorial) de su último libro,Ecce comu. Com es re-esdevé allò que s'era,es decir, una especie de recorrido por volver a ser lo que nunca has dejado de ser. En su caso, comunista y católico, aunque cada vez se decanta más por "cristiano", por la vergüenza que le producen los últimos papados: "En su encíclicaDeus caritas est,Ratzinger establece al principio un paralelismo entre las comunidades cristianas y el comunismo, para luego añadir que 'naturalmente' eso se acabó con el tiempo". Este "naturalmente" le duele: confiesa que si no fuera cristiano, no sería comunista.

El creador del "pensamiento débil" está más fuerte que nunca. Con 72 años, discute con el auditorio universitario sobre la falta de percepción ontológica de Derrida, y repasa su trayectoria filosófica, con los dos grandes faros, que desmenuza, analiza y lleva un poco más allá: Nietzsche y Heidegger. Habla español con un cierto deje latino y, de vez en cuando, se le escapa un "quindi" del Piamonte, un "a ver por dónde íbamos", para centrar de nuevo el discurso en la hermenéutica, el nihilismo y la debilidad. Todo cuadra, desde su serenidad, mientras se rasca la cabeza con la mano izquierda y se sube, rítmicamente, el puño de la camisa de cuadros. En los ochenta, su idea del pensamiento débil venía a decir que ante las grandes construcciones que atesoraban la verdad, fruto de la Ilustración, solo cabía la interpretación de la realidad y la constatación del nihilismo, a partir del concepto del ser como acontecer histórico. "Jesús abandona la certeza para reducirse a la altura de los hombres. La encarnación es un descenso, su verdadera y propia autodisolución por amor". A partir de aquí, la "cáritas" que no quiso ver Ratzinger, es revolucionaria.

El ideológo de la posmodernidad formula un discurso provocador. "El pensamiento débil es el pensamiento de los débiles, de los vencidos de la historia. Hoy, más que nunca, es necesaria una disciplina antiglobalizadora". Una especie de lucha comunal. Vattimo fue comunista y cristiano. Y sigue siéndolo. "Son los demás quienes han cambiado. Yo sigo estando donde estaba". Lo dice en su libro.