SOSTENIBILIDAD

Sostenibilidad medioambiental vs. social, ¿qué pesa más?

Cada vez más empresas apuestan por adoptar estrategias sostenibles, pero por lo general cuando se habla de sostenibilidad se asocia al medio ambiente. La parte social parece la ‘hermana pequeña’, pero la una sin la otra no pueden existir.

Cada vez más empresas apuestan por adoptar estrategias sostenibles, pero por lo general cuando se habla de sostenibilidad se asocia al medio ambiente. La parte social parece la 'hermana pequeña', pero la una sin la otra no pueden existir

La sostenibilidad tiene tres pilares: medioambiental, social y económico.

La sostenibilidad tiene tres pilares: medioambiental, social y económico. / economia

Nora Benito

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La sostenibilidad en los últimos años está en boca de todos: empresas, instituciones públicas o administraciones. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, marcados por Naciones Unidas en 2015, muestran la hoja de ruta que deben seguir los gobiernos, las empresas y los particulares para alcanzar un desarrollo sostenible. Pero ¿qué entendemos por sostenibilidad

Una de las equivocaciones que se cometen muy a menudo es poner el foco solo en el medio ambiente, dejando de lado otros dos de sus tres pilares: el social y el económico. Estos tres criterios de la sostenibilidad deben estar conectados.

En palabras del responsable de Ecologing, Nicola Cerantola, la sostenibilidad “se basa en la búsqueda de formas para compatibilizar nuestra existencia en la Tierra y su equilibrio como ecosistema conectado”. Según explica a BYZness, tal y como la propia palabra lo describe, “pretende crear un sistema que se ‘sostenga’ en el tiempo, desvincular el desarrollo humano del consumo irracional de recursos y la destrucción del medio ambiente”. Es decir, que sea perdurable, competitiva y que utilice fuentes sostenibles. 

En esto las energías renovables, el fin de la obsolescencia programada, el cuidado de los recursos naturales, el consumo responsable, los empleos de calidad o la innovación tienen mucho que decir. 

Por su parte, la profesora de EAE Business School, Rubí Medina, hace referencia a la definición de la ONU para aclarar en qué consiste la sostenibilidad: “Es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”, al tiempo que añade: “Muchas veces, los países y empresas se enfocan en el aquí y el ahora para generar mayor riqueza, pero sin tener en cuenta a las futuras generaciones”.

LA SOSTENIBILIDAD TAMBIÉN ES SOCIAL

“La cuestión medioambiental hace referencia al uso correcto de los recursos, lo que se traduce en un menor impacto a los ecosistemas, mientras que el factor social está relacionado con empleos seguros y salarios dignos. Algunos piensan que la sostenibilidad solo se enfoca en la parte ambiental y dejan de lado la social, pero debe haber un balance entre los tres”, apunta Rubí Medina. “Sin una de las tres perspectivas no se concibe la viabilidad futura de nuestras sociedades”, argumenta Cerantola.

Ya sea por greenwashing (lavado verde de cara a la galería) o por motivos de convicción reales, cada vez más empresas adoptan medidas sostenibles. Además, en el camino hacia una economía más verde se crearán muchos empleos, aunque también se destruirán otros tantos. 

En concreto, según cifra la OIT en uno de sus informes, de aquí a 2030 se constituirán 24 millones de empleos nuevos en torno a la economía verde, al tiempo que se perderán seis millones. Muchas compañías optan por arrojar una lanza en favor de la sostenibilidad medioambiental, pero en este contexto los empleos deben ser seguros y estar correctamente remunerados. 

¿Qué pesa entonces más: la sostenibilidad medioambiental o la social? “Estamos llamados a buscar soluciones en las tres direcciones necesarias, generar prosperidad económica y social al tiempo que protegemos y regeneramos nuestro valioso medio ambiente, nuestro único hogar que durante tanto tiempo hemos estado descuidando”, declara Nicola Cerantola. Y es que el responsable de Ecologing ratifica que no puede existir el criterio medioambiental sin el social. 

“Lo que sí está claro es que sin un cambio radical en nuestra forma de vivir en el planeta que sea coherente con sus límites biológicos, lo que precisa de una drástica reducción de nuestro consumo y un urgente desacoplamiento del crecimiento económico de la explotación de recursos naturales finitos, así como reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), no hay opciones de que las sociedades puedan sobrevivir”, concluye Cerantola.