Blockhain para dummies

Desde que, por allá en el año 2008, un grupo de desarrolladores crearan Bitcoin bajo el  seudónimo de Satoshi  Nakamoto, mucho se ha hablado del blockchain;  la tecnología que está detrás de la criptomoneda más famosa y con mayor capitalización bursátil del mundo.

Pero, realmente, ¿qué es blockchain? Incluso a los ingenieros informáticos, que tan familiarizados estamos con conceptos abstractos y complejos, nos cuesta explicar de una forma llana en qué consiste el concepto de cadena de bloques.

Actualmente, la sociedad confía en el sistema. Confíamos en el notario cuando compramos nuestra vivienda, en los bancos al realizar una transferencia y en las instituciones cuando consultamos la titularidad de un inmueble en el Registro de la Propiedad. No ponemos en duda que el registro realizado por un intermediario, ya sea el notario, el banco o el registro de la propiedad, sea veraz., porque no dudamos del sistema.

De esto precisamente trata el blockchain, que se podría entender como la capacidad de sustituir a los actores de confianza habituales para registrar los hechos (bancos, notarios o registros de la propiedad), a través de la tecnología.

¿Cómo consiguen ganar la confianza de los usuarios? Imaginemos que llenamos un estadio con capacidad para 100.000 personas y justo en el centro colocamos un escenario. En este escenario ponemos a una persona A que vende una vivienda y en el otro lado a una persona B que quiere comprarla. La persona A se identifica a través de su Documento Nacional de Identidad, mientras que el usuario B se identifica a través de su pasaporte. Imaginemos ahora que A y B cierran un acuerdo y A le entrega las llaves a B y B le entrega la cantidad X en metálico a A. Dado que este intercambio se realiza a la vista de todos los espectadores, nadie pone en duda la veracidad de lo ocurrido, por lo que proceden a registrar este hecho en una libreta. Imaginemos ahora que esa libreta fuera inalterable y que pudiese ser consultada a través de Internet y en tiempo real. ¿Para qué necesitaríamos un registro de la propiedad o un notario?

Podríamos pensar que dentro del estadio hay espectadores que pueden alterar esa libreta en su propio beneficio, y registrarse como beneficiario de la transacción

¿Cómo podríamos estar seguros de cuál ha sido el hecho que ha sucedido en realidad? La respuesta es sencilla: bastaría con comparar las libretas del resto de espectadores. Si se demuestra que los registros han sido alterados, el espectador fraudulento sería expulsado del estadio, denegándole el acceso para siempre.

Si llevamos este ejemplo a la tecnología, nos encontramos que el escenario y el estadio donde ocurren los hechos son la red blockchain (Bitcoin, Ethereum, etc) y los espectadores son los nodos (ordenadores) repartidos por todo el planeta que registran todo lo que está ocurriendo en la red. Los nodos, a su vez, son los responsables de comprobar las identidades de los intervinientes en una transacción (hecho) a través de su llave pública (el DNI, en nuestro ejemplo). Estos nodos validan la transacción y la distribuyen al resto de nodos para que los registren en su cadena de bloques (libretas) y éstos a su vez la vuelven a distribuir hasta que llegue a toda la red.

Por último, las reglas del juego de cómo los espectadores (nodos) registran esa información en sus libretas (bloques de la cadena), cómo se validan y quien distribuye primero esa información queda definida a través del protocolo de consenso (reglas del juego) que siempre es único para una red blockchain determinada.

Con esta pequeña introducción podemos profundizar en las 4 características básicas de una red blockchain:

• Distribuida: La información que ocurre en una red no se almacena en un único lugar si no que se distribuye a todos los nodos. De esta forma si desaparece un nodo o una parte importante de ellos la red puede seguir funcionando con normalidad.
• Segura: La información almacenada en una red queda encriptada donde cada bloque (conjunto de transacciones) hace referencia al bloque anterior. Si un bloque fuese modificado por algún nodo, el resto de los nodos podrían identificarlo, prácticamente al instante, y expulsarlo de la red Blockchain.
• Fiable: Las dos propiedades anteriores juntamente con la criptografía aseguran la confianza entre desconocidos (al igual que ocurre cuando realizamos una transferencia bancaria a un desconocido). Se confía en el sistema por su extrema complejidad a ser alterado.
• Transparente: Tanto nodos como usuarios pueden acceder a información histórica, con posibilidad de auditarla, donde emisores y receptores de transferencias son identificables (a través de sus direcciones).

Una vez introducido el sistema básico, la parte más compleja y que afecta a la forma en que los usuarios interactúan con la red, son las 'carteras virtuales' o 'monederos', conocidos como wallets. Para que nos hagamos una idea, una wallet sería como un banco tradicional. Dentro de esta cartera virtual dispondremos de diferentes direcciones (address en inglés) que equivaldrían a las diferentes cuentas bancarias que podemos poseer en un determinado banco.

A diferencia de la banca a distancia, donde usamos un usuario y una contraseña para acceder a nuestra cuenta, en la tecnología blockchain se utiliza lo que se denominan semillas (seeds, en inglés) que no son más que un conjunto de entre 12 y 24 palabras en inglés que, introducidas en un orden determinado, nos permiten desbloquear nuestra cartera virtual. Cabe decir que es muy importante almacenar de forma muy segura estas semillas, dado que si cualquier individuo tuviese acceso a este conjunto de palabras podrían “robar” esas carteras con sus correspondientes fondos. Y es que, si bien existen servicios en internet que gestionan estas claves por nosotros, seguimos expuestos a que algún grupo de hackers puedan acceder a estos sistemas y descubrir nuestras semillas…

 ¡He aquí el gran freno a la hora de popularizar el uso de esta tecnología!

Desde Business Insights creemos que en un futuro próximo entenderemos y utilizaremos la tecnología blockchain en nuestro día a día. Espero que este artículo contribuya, por lo menos, a lo primero.