Competencia digital, elemento de inclusión para la etapa que comienza

La COVID-19 ha provocado una crisis económica mundial sin precedentes. La caída de la economía y el aumento del desempleo son preocupantes. Además, la incertidumbre sobre cómo evolucionará la pandemia hace pensar que tardaremos en volver a los niveles de crecimiento de principios de 2020. Las empresas deben tomar decisiones sobre cómo operar en la llamada nueva normalidad.

En este contexto, la tecnología se ha posicionado como un importante vector para acelerar la recuperación económica. Antes de la pandemia, la transformación digital se había convertido en una prioridad para muchas organizaciones y se empezaba a observar una demanda creciente de profesionales con habilidades digitales, que la actual crisis no ha hecho más que evidenciar. Se estima que la actual fuerza laboral asimile 149 millones de profesiones centradas en la tecnología en los próximos cinco años. Esto implica la necesidad de adquirir habilidades digitales para volver a estar en activo en una economía cada vez más digital y que las organizaciones reviertan más de dos décadas de reducción de sus presupuestos de formación con el objetivo de mejorar las capacidades digitales de sus empleados. Este proceso plantea un desafío: la inclusión digital. 

Hay tres factores que garantizan el acceso digital inclusivo: la conectividad, los dispositivos y las competencias digitales. Hoy, cuando todavía 3.200 millones de personas en todo el mundo no tiene acceso a Internet, las diferencias en formación y cualificación digital aumentan, anticipando la exclusión de millones de personas del sistema.

En el futuro, cualquier profesión, no solo en la industria tecnológica, demandará una mayor especialización en este tipo de habilidades digitales y personales

En el futuro, cualquier profesión, no solo en la industria tecnológica, demandará una mayor especialización en este tipo de habilidades digitales y personales. El dependiente tendrá que digitalizarse y mantener competencias asociadas a su perfil como la empatía, mientras que un responsable de sistemas TIC tendrá que seguir actualizándose para mantener la competitividad de la empresa en el mundo digital y, además, desarrollar habilidades como la comunicación o el liderazgo.

Con el compromiso de que las personas golpeadas por la crisis adquieran las habilidades necesarias para tener éxito en una economía cada vez más impulsada por la tecnología, LinkedIn Learning ha creado rutas de aprendizaje personalizadas centradas en encontrar trabajo en tiempos económicos convulsos, máster soft skills y transformación digital en la práctica, que posibiliten conseguir las competencias que hoy demanda el mercado laboral.

en 2030, encontrar suficientes trabajadores con las habilidades necesarias para cubrir los trabajos que existen y se están creando en Europa puede ser un desafío

La escasez del talento adecuado es un problema que afectará a todos los sectores, inclusive el TIC. Prueba de ello son las previsiones de McKinsey Global Institute, que vaticina en un reciente estudio que, en 2030, encontrar suficientes trabajadores con las habilidades necesarias para cubrir los trabajos que existen y se están creando en Europa puede ser un desafío; y que las profesiones relacionadas con las disciplinas STEM podrían crecer más de un 20% en la próxima década. Esto supondría cuatro millones más de empleos en categorías que empleaban 16 millones de trabajadores antes de la pandemia.  

Teniendo en cuenta que los puestos que requieren un uso extensivo de sistemas y aplicaciones digitales para el trabajo tienen una alta demanda y que la falta de competencia tecnológica básica de gran parte de la población activa está reabriendo la brecha social en la mayoría de los países, urge tomar medidas. Facilitando el acceso a formación digital evitaremos que la tecnología se convierta en un elemento de desigualdad y sí, en una herramienta que garantice la inclusión, favoreciendo la empleabilidad y permitiendo nuevas oportunidades laborales, económicas y sociales.