RELACIONES INTERGENERACIONALES

Esta startup no quiere que los mayores vivan solos o aislados

Kuvu es un marketplace que conecta a personas mayores con una habitación libre con jóvenes estudiantes. La idea de la startup ha quedado un poco en stand-by por la crisis del coronavirus, pero plantea modelos alternativos a las residencias. 

Kuvu es un marketplace que conecta a personas mayores con una habitación libre con jóvenes estudiantes. La idea de la startup ha quedado un poco en stand-by por la crisis del coronavirus, pero plantea modelos alternativos a las residencias

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Alberto Payo

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La crisis del coronavirus nos ha puesto delante de las narices el abandono que realizamos a uno de nuestros grandes tesoros como sociedad, los mayores. 

Según los datos del Ministerio de Sanidad, dos de cada tres fallecidos por COVID-19 han sido ancianos que vivían en residencias, principalmente de Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla La Mancha. No obstante, el porcentaje puede ser superior, ya que esta cifra solo incluye como víctimas de coronavirus a personas a las que se les ha realizado el test y han fallecido tras haber dado positivo.

Con todo lo ocurrido, también ha surgido el debate de las malas condiciones de muchos de estos centros -con falta de personal, condiciones precarias y carencias en la atención- y en quien recae la propiedad de las residencias, que en gran medida pertenecen a fondos buitre.  

¿Hay otro modelo posible para que nuestros abuelos se sientan más integrados y no sean ‘retirados’ o apartados por la sociedad a la que tanto han dado? Es lo que defiende Eduardo Fierro Carballo, un joven emprendedor de origen canario, con varios proyectos que tratan de abordar esta cuestión. 

Convivencia intergeneracional

Uno de ellos es Kuvu, una plataforma que trata de unir a personas mayores que tienen una habitación libre y quieren compartir su casa con personas de otras generaciones que buscan alojamiento.  

“Cuando me mudé a Bilbao y comencé a trabajar en temas de emprendimiento estudiando la carrera ideamos un proyecto en el que pudiéramos mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Organizamos una serie de charlas y empezamos a detectar el problema de la soledad no deseada. Vimos que querían conectar y no podían porque igual ya tenían una edad y se te estigmatiza porque debes tener un tipo de vida”, explica para BYZness el emprendedor. 

“En España desde la década de los 90 había programas de alojamiento compartido impulsados por las universidades. Conectaban con personas mayores y hacían un programa solidario en el que el joven entraba gratuitamente a convivir con una persona mayor a cambio de que lo apoyara en ciertas tareas del hogar. El tipo era de un anciano muy frágil, con una media de más de 80 años. Pensamos que el modelo funciona, pero queríamos crear una solución escalable, unir generaciones en el hogar”, cuenta Fierro. 

Así pusieron en marcha un marketplace en el que el joven incluso pagaría por vivir allí. De esa manera conseguían que “el joven estuviera en igualdad de condiciones con la persona mayor. Es un compañero de piso, no un becado de nadie. La relación así sería mucho más natural”, asegura. En un primer momento llamaron al servicio 20-75 y crearon una web en la que la gente conectaba mediante Google Forms. 

Después de pivotar mucho el proyecto se renombró como Kuvu y el pasado mes de marzo lanzaron una nueva página para realizar la intermediación entre ambos. Ahora están trabajando con un perfil de propietarios mucho más joven. Son personas mayores de 55 años, que están separados/as, se han quedado viudos/as, sus hijos están fuera de casa y quieren “tener una convivencia y al mismo tiempo contar con un ingreso extra. La mayoría de jubilados solo tiene su pensión y esto les puede ayudar a cubrir sus gastos”, subraya Eduardo. 

Una buena idea parada por el coronavirus

Kuvu llevaba en marcha un año y había logrado más de 150 propietarios. Habían trabajado mucho en la seguridad para lograr el apoyo de las instituciones e incluso crear un nuevo modelo de contrato único en España que incluye las ventajas de los programas de alojamiento y unas cláusulas de salida de los inquilinos. Pero en marzo llegó la crisis del coronavirus y con él la necesidad de que los mayores estén lo más aislados que sea posible para evitar el contagio. Todo esto ha hecho tambalearse su modelo de negocio. 

“Teníamos una ronda de financiación prevista que se iba a abrir en mayo. Tuvimos un boom porque llegaron muchos propietarios, pero no hemos podido convertirlos porque no ha dado tiempo. Además, las personas mayores tienen mucho miedo, lógicamente, porque no paran de oír noticias que les dicen que pueden fallecer”, relata. 

No obstante, han presentado el marketplace a un fondo de impacto y han creado una nueva herramienta llamada Covida, una app donde voluntarios ofrecen ayuda a las personas mayores para hacerles la compra o ir a la farmacia a por sus medicamentos. 

Futuras alternativas a las residencias

Fierro asegura que Kuvu viene del sueño que tienen de transformar la forma en la que vivimos en las ciudades. “Un programa de alojamiento está bien, pero es una pequeña jaula dorada. Si te das cuenta en el día a día no paramos de generar barreras entre generaciones. Pensamos que las uniones podrían ser superenriquecedoras. Además, las estructuras familiares se están modificando y te encuentras proyectos como ‘Adopta un Abuelo’ que subrayan que hay padres o madres que buscan un abuelo para su hijo porque no lo tiene. Demandan ese valor emocional y de aprendizaje para el niño”, señala el emprendedor. 

Para cuando el COVID-19 pase y nos replanteemos cómo queremos que vivan nuestros seniors de la familia, el co-fundador de Kuvu y Covida aboga por modelos que vienen de Holanda (Humanitas) y se estaban empezando a probar en Vizcaya en los que se mezclan residencias universitarias con residencias de mayores en el mismo edificio. “Se generan unos intercambios increíbles y ha cambiado por completo la conversación. Ya no se habla de dolores y de penas”, comenta. “¿Por qué no abrimos las residencias al resto del barrio, ya que tenemos espacio?”, propone. 

Fierro también cita otras iniciativas en esta línea que se están empezando a barajar, como el cohousing internacional o las guarderías intergeneracionales, donde hay ancianos que participan de manera voluntaria. “Desde Kuvu, al margen de nuestra actividad, hemos asesorado a algunas residencias para preparar estos modelos”, concluye.