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¿Qué es un 'exit' y por qué debes perseguirlo en tu startup?

El ‘exit’ de una compañía es el final al que aspiran la mayoría de los emprendedores (y también los inversores). En este artículo te explicamos qué posibilidades incluye esta opción: venta de la empresa, fusión...  

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Alberto Payo

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Si te estás interesando por el ecosistema de las startups o estás tratando de poner en marcha una empresa emergente seguramente te hayas topado con el término ‘exit’ en algún que otro artículo. ¿Qué es este concepto y por qué es tan importante? La Investopedia define una ‘business exit strategy’ como el plan estratégico de un empresario para vender su propiedad en una compañía a inversores u otra compañía. De esta manera el propietario de un negocio reduce o liquida su participación y puede llegar a obtener un beneficio si ha sido rentable.

En conversaciones con BYZness, Alex Dantart, inversor en más de 30 startups, además de cofundador de Impact Hub Zaragoza, director de Founder Institute en la ciudad aragonesa y cofundador de la red de business angels Araban, explica que “un ‘exit’ es el método por el cual un inversor y/o empresario pretende ‘salir’ de su inversión en una empresa. Es decir, es cualquier proceso de desinversión de una empresa en la que tienes participaciones”.

Generalmente en los medios de comunicación y en el ecosistema emprendedor se suele asociar el ‘exit’ a la venta de la startup a otra compañía. Sin embargo, técnicamente, un 'exit' no es solo esto. Según Dantart, el que suele ocurrir con más frecuencia, desgraciadamente, corresponde a la liquidación normal de una empresa. Es decir, a la venta de sus activos para pagar las deudas contraídas con los acreedores. Pero hay otras acepciones.

“Existen otro tipo de salidas de una empresa, por ejemplo, que una firma de capital riesgo u otro socio de la empresa quiera adquirir tus participaciones, que haya movimiento de las mismas por determinadas reglas de un pacto de socios inicial, que haya fusiones con otras compañías o adquisiciones por otras empresas y vendas tus participaciones, o que la empresa salga a bolsa de valores o mercado público”, detalla el inversor.  

Preparando el terreno

Antes de cerrar un 'exit' es recomendable pedir un due dilligence. Muchos potenciales compradores solicitan este documento para comprobar que la información financiera es correcta, veraz y que no hay ningún tipo de ‘maquillaje’ en las cuentas. Este informe suele ser elaborado por una consultoría externa o firma auditora y para su confección se precisa más o menos un mes. Entre otras cosas, incluye los riesgos e incumplimientos detectados.

En cuanto a los fundadores, estos deberán tener sobre la mesa la mayor información posible respecto a los interesados. El cofundador de Impact Hub Zaragoza recomienda a los emprendedores “conocer muy bien los motivos de la compra de acciones y quién es el perfil que los está adquiriendo. Al fin y al cabo, estás vendiendo y posiblemente ganando dinero, sí, pero seguro que no quieres dejar a tu bebé en manos de cualquiera al precio que sea”, aconseja.

¿Es el 'exit' un adiós para los fundadores?

Los ‘exits’, entendidos como venta de una startup o fusión, suelen implicar la salida de los cofundadores del proyecto. “Si tienen éxito, el resultado es una compañía que ya no se siente como una nueva empresa y esta suele ser la razón por la que tantos fundadores salen de startups que son adquiridas por grandes grupos inversores o empresas mayores”, opina el director de Araban.

Sin embargo, no siempre es el caso. Puede que la operación sea una ‘acquihire’ o compra precisamente para hacerse con ese talento, más que para comprar una tecnología o herramienta. En estas ocasiones los fundadores suelen articular un nuevo equipo especial dentro de la compañía compradora o capitanear alguna división ya existente relacionada con su especialidad.

También puede ocurrir que en las condiciones del acuerdo de compraventa se incluya que los emprendedores deben permanecer durante una temporada en la empresa para facilitar la transición o mantener la filosofía del proyecto. “Depende en muchas ocasiones de qué se va a hacer con esa empresa a medio plazo y qué conviene más para el continuo crecimiento de la empresa”, subraya Dantart. “Aun así, la partida de un fundador es siempre la última señal de éxito”.

El 'exit' no siempre es un éxito

Los ‘exits’ suelen gozar de muy buena prensa y suponer una especie de galón para los emprendedores. De hecho, vender una compañía es uno de los mayores reconocimientos que puede lograr un fundador. El inversor aragonés asegura que aportan a los emprendedores “una estrella más en su expediente. Normalmente es motivo de inversión en una nueva startup en el histórico empresarial de los fundadores, así que siempre es una garantía que tengan ‘exits’ a sus espaldas”.

Sin embargo, estas transacciones no siempre son positivas para todos. Los inversores pueden acabar con pérdidas y buscar su salida para no perder más dinero. “Si estás saliendo con plusvalías (lo normal es multiplicar entre 4 y 6 veces la inversión al cabo de unos 3-7 años), desde luego que es positivo. Pero si por el contrario sales con pérdidas, es muy probable que tu decisión sea porque no confíes más en la empresa”, matiza Dantart.

Los grandes perjudicados de este tipo de operaciones suelen ser los trabajadores. Al cambiar de propiedad o producirse una fusión, las empresas pueden decidir optimizar sus costes suprimiendo departamentos ‘duplicados’ o reduciendo plantilla, es decir, haciendo despidos. Además, los clientes también pueden sufrir las consecuencias si pagaban por un determinado servicio que se cierra o sus contenidos son eliminados.