Factorías de startups

Quiero crear una empresa pero con la idea de otro: así son los 'venture builders'

¿Se puede ser emprendedor sin tener ideas? ¿Es posible innovar replicando lo que ya han hecho otras empresas? La existencia de la figura de los venture builders o factorías de startups demuestra que sí. Si un negocio ha funcionado antes, ¿por qué no apropiárselo con otro nombre?

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Startups / economia

Alberto Payo

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Crear algo completamente nuevo es prácticamente imposible. Las compañías tecnológicas que hoy triunfan no fueron las primeras en su campo, sino las que mejor se adaptaron a los cambios. Google acabó enterrando a Altavista o Yahoo. Facebook dejó por el camino a MySpace. Y así sucesivamente.  

Steve Jobs lo sabía de sobra y no tuvo reparos en convertirse en un amigo de lo ajeno para dar vida a algunas creaciones de Apple. Admiraba a Leonardo Da Vinci y una de sus citas: “Los buenos artistas copian, los genios roban”. Y esa frase quizás también pueda aplicarse a esas entidades conocidas como venture builders.

La premisa fundamental de un venture builder es la copia de algo ya existente, más que la innovación. Estas ‘fábricas de empresas emergentes’ no se inventan nada, sino que tratan de replicar algo que ya funciona en un mercado concreto en un país diferente.

En España estas figuras se pueden contar con los dedos de la mano, pero su labor es digna de mención. Nuclio Venture Builder es uno de los mas importantes. Fue fundada en febrero de 2016 por Carlos Blanco, emprendedor e inversor en serie que también está detrás de la aceleradora Conector o el fondo de capital riesgo Encomenda. Primero Nuclio identifica ideas de negocios ya validadas en otros mercados y juego reúne al equipo y talento necesarios para materializarlas y escalarlas. En estos tres años han montado startups como la app de recados Eelp, la inmobiliaria digital Housfy, la app de polízas Brokoli, la herramienta para pedir hipotecas Finteca o la plataforma de joyas por suscripción Verone.

Antai Venture Builder es algo más veterana. También analiza constantemente el mercado en busca de “negocios de éxito probados”. Esta factoría de startups está especializada en negocios de ecommerce, apps, marcas digitales verticales, marketplaces P2P y SaaS B2B2C. Su nombre para quien no esté metido en el mundillo startupero quizás no resuene mucho, pero seguramente sí lo harán empresas como Wallapop, Glovo, Marmota, Carnovo o Deliberry. Desde su creación en 2012, han participado en casi una veintena de compañías digitales.

Detrás de Antai se encuentran dos pesos pesados del ámbito emprendedor, como son Miguel Vicente (Letsbonus) y Gerard Olivé. Además, en septiembre Mutua Madrileña e Innocells -el hub de negocios digitales del Banco Sabadell- formalizaron la entrada en su capital.

Antai reconoce la existencia de factorías de startups que siguen un proceso “muy industrial”, aunque se desmarca de ellas. “Como compañía, nos consideramos más una estructura liderada por emprendedores en serie -Miguel y yo- que una estructura industrializada de creación de proyectos. Cada año lanzamos dos o tres startups, con lo que nos consideramos en un entorno bastante diferente al de muchos de los venture builders a nivel internacional que lanzan un número de proyectos muy elevado”, explica Olivé.

Fines de semana para ‘pescar’ emprendedores

Una fórmula para encontrar a los fundadores adecuados que necesitan los builders son eventos de un par de días en los que se comprueba cómo trabajan en equipo los aspirantes. Nuclio celebra sus Nuclio Weekends dos veces al año. Para cada uno de ellos suelen recibir entre 7.000 y 8.000 solicitudes, de las cuales solo eligen a unas 50 personas. De ellas se escoge a los dos mejores CEO, CTO, etc.

“El viernes les contamos los proyectos, seis o siete, startups que no existen pero pueden hacerlo en el futuro. De esos se acaban desarrollando cuatro o cinco. Ellos mismos deciden en cuál quieren estar y el rol que desean desempeñar. A nosotros nos sirve para ver cómo se desarrollan en esa dinámica”, cuenta para BYZness Patricia Pallares, responsable de PR y Comunicación de Nuclio. “Una persona puede ser muy buen CEO pero no saber trabajar en equipo”, subraya. Además de esos ‘maratones’ de talento, la firma tiene un equipo de recursos humanos que constantemente busca perfiles que encajen.

En Antai no siguen ese modelo de los weekends para reclutar talento. Normalmente identifican proyectos de manera interna en base a ciertas premisas con las que trabajan y que van variando según lo pide el mercado. Además de los segmentos que ya hemos mencionado, buscan startups que puedan ser escalables a nivel internacional.

Desde Antai lo que valoran en los emprendedores es que “se produzca un match”, que haya una conexión con Vicente y Olivé. Prefieren fundadores que tengan experiencia en algún sector ajeno al suyo o hayan montado antes otras startups. “Buscamos socios complementarios con nosotros cada vez que lanzamos negocios. Nos fijamos en si hay alguien que sabe mucho de automóviles, seguros, proptech o de gran consumo, cosas en las que no somos especialistas pero que quieran beneficiar de nuestra capacidad en poner en marcha negocios digitales y escalarlos”.

En el caso de Nuclio en su búsqueda reparan en sí los fundadores han coliderado algún otro proyecto digital anteriormente y si son capaces de gestionar equipos. “También le damos mucha importancia al inglés, porque al final llega un momento en que al tener trato con inversores internacionales y ahí el tema del idioma es muy importante”, revela Quim Escura, HR & Talent Manager de Nuclio. Igualmente valoran muchos los perfiles con conocimientos transversales de negocio.  

¿Qué ventajas tiene una factoría de startups respecto a emprender solo?

Un venture builder comparte con una incubadora (a veces ambos modelos coexisten en una misma firma) que ofrecen a los emprendedores recursos y esfuerzos de un equipo central. Es decir, se encargan de todos los trámites administrativos y legales para la constitución de la sociedad, llevan la contabilidad y aspectos financieros propios del día a día, gestionan los recursos humanos, les dan servicios de TI e incluso realizan todas las tareas que tienen que ver con la comunicación, el marketing y las relaciones públicas. Muchos de estos aspectos pueden resultar engorrosos para los fundadores, hacerles perder tiempo y alejarlos de su auténtico objetivo: dirigir el negocio.

Además, los venture builder proporcionan un espacio físico para trabajar al equipo de la startup, les ofrecen mentoring y ponen en su horizonte a una extensa red de networking, incluyendo el acceso a inversores que les suministrarán financiación. Sin duda, son aspectos bastante ‘golosos’ como para plantearse no emprender ‘en solitario’.

“Gerard y yo, y todo el equipo de Antai, ofrecemos a los emprendedores rapidez, escalabilidad y ejecución, porque al final con todo el tiempo que llevamos emprendiendo tenemos muchas cicatrices de habernos equivocado en el proceso. Podemos ahorrarles pasos en ese aprendizaje para que no comentan los mismos errores”, destaca Miguel Vicente.

A cambio de aportar todo esto, los venture builder exigen una importante contraprestación. Todo tiene un precio. Nuclio funciona asegurándose un porcentaje del capital de las startups (‘equity’) que ayuda a fundar que oscila entre el 51 y el 55 por ciento. Los emprendedores de cada startup -dos o tres- se reparten entre ellos entre el 45 y el 49 restante. De esta forma, en la práctica Nuclio mantiene el control de las compañías, aunque su filosofía es ‘coger a los mejores y dejarlos hacer’. Así, según Escura, los fundadores toman las decisiones aunque “intentamos acompañarles y guiarles en todo lo que podemos”.

Antai, a diferencia de Nuclio, no se lleva un porcentaje de equity fijo. Cada proyecto que ponen en marcha tendría una dinámica de capital distinta. “Al final todo depende del número de cofundadores y no contamos con una participación en equity establecida. Depende también de la inversión que realiza cada uno de ellos y lo que aporte”, explica Vicente. Además, Olivé insiste en diferenciarse de la forma de funcionar de ciertas incubadoras: “El equity no lo regalamos como hacen otros. Nosotros entramos en un proceso de cofundación de una compañía”.