Los ODS y la Inversión Socialmente Responsable

¿Eres inversor? Así puedes ayudar a cumplir la Agenda 2030 con tu dinero

La inversión responsable, o ISR, ha ido ganando adeptos en España en los últimos años y está derribando algunos mitos, como la creencia de que ofrece menos rentabilidad o tiene más coste. Te contamos en qué consiste la ISR, qué relación tiene con los ODS y por qué puede interesarte contribuir con tus inversiones.

La inversión responsable, o ISR, ha ido ganando adeptos en España en los últimos años y está derribando algunos mitos, como la creencia de que ofrece menos rentabilidad o tiene más coste. Te contamos en qué consiste la ISR y qué relación tiene con los ODS

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ISR / economia

Agustina Barbaresi

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El 25 de septiembre de 2015, la ONU estableció 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una hoja de ruta contenida en la llamada Agenda 2030, que pone como frontera ese año para erradicar la pobreza, reducir las desigualdades y luchar contra el cambio climático, consiguiendo un desarrollo sostenible.

Más allá del papel indudable que tienen las empresas y las Administraciones públicas en el cumplimiento de esta Agenda, hay muchas formas de contribuir como individuo a la consecución de los ODS. Y una de ellas es elegir muy bien dónde ponemos nuestro dinero, en qué lo invertimos.

El concepto de Inversión Socialmente Responsable (ISR) nació hace alrededor de dos décadas, vinculado a la industria de la gestión de activos. Y aunque tardó en calar en España, en los últimos años su crecimiento ha sido notable, en parte por el aumento de oferta, en parte por el desarrollo de la lesgislación a nivel europeo, en parte por concienciación de los inversores. Precisamente, la vía de los fondos de inversión es una de las más sencillas para que un inversor que no está familiarizado con la ISR se inicie, ya que pone en manos de expertos tanto la selección de compañías o instrumentos de inversión como la garantía de que se siguen criterios sostenibles en todo el proceso.

El coronavirus ha terminado de dar la puntilla a esta tendencia creciente de la ISR. Así, “la situación vivida a raíz de la pandemia del COVID-19 ha incrementado el interés de los  ciudadanos y su concienciación por lograr un desarrollo sostenible a nivel mundial. Era una  tendencia que se observaba en años anteriores, pero que en 2020 ha cobrado gran  protagonismo. En pocas palabras, invertir en sostenibilidad se ha convertido en un aspecto  relevante como destino del ahorro”, señalan desde el Observatorio Inverco (Inverco es la patronal del sector de gestoras de fondos de inversión y pensiones en España).  

En suma, el COVID-19 “ha consolidado a la ESG (ASG en español, criterios Ambientales, de Sostenibilidad y Gobierno corporativo) como una tendencia que ofrece protección en los momentos más complicados. Una de las explicaciones reside en que la ESG tiende a estar en los sectores ganadores de la crisis, como la salud y la tecnología y excluir algunos de los más golpeados, como todos los que tienen que ver de alguna manera con el uso intensivo de combustibles fósiles”, explica Sophie del Campo, directora general de la gestora de fondos Natixis IM para Iberia, Latinoamérica y US offshore.

 Además, del Campo añade que las compañías que siguen criterios ESG “tienden a ser empresas prudentes en su gestión financiera, con balances sólidos y saneados, poco apalancados, lo que es fundamental en un momento como el actual”. 

Qué es la ISR

La ISR busca contribuir al desarrollo  sostenible de la sociedad “teniendo en cuenta valores éticos, sociales y medioambientales en las  carteras de inversión, sin perder de vista la rentabilidad obtenida”, según Inverco.  Sin embargo, si entramos en detalle, “dependerá del enfoque que le dé cada gestora”, matiza Xavier Fàbregas, director general de Caja Ingenieros Gestión. En su caso particular, dan acceso al inversor “a empresas de todo el mundo líderes en tecnología y soluciones de impacto, y además, en condiciones de liquidez diaria. Nos preocupa el impacto que generan nuestras inversiones, por eso es muy importante explicar al inversor dónde va su dinero, en qué contribuye y cuál es el peaje climático (huella de carbono). Recientemente, hemos incorporado los informes de clima, dónde detallamos si la cartera de un determinado fondo es consistente y compatible con los escenarios de calentamiento global que se acordaron en la COP21 de París”, detalla Fàbregas.

Existe una variedad de siglas para hablar de inversión responsable (ISR, ASG/ESG) y una oferta extensa y creciente en el mercado español que exige cierto “estudio” por parte de aquellos que estén interesados en iniciarse. Un inversor de a pie, sin conocimiento de estas cuestiones “para empezar deberá primero entender muchos de los conceptos relacionados con la ESG/ISR y la sostenibilidad. En general podrá encontrar buena información en las gestoras que ofrecen estos tipos de fondos de inversión. Además, yo le recomendaría que leyera sobre las empresas que crean índices:  MSCI seguramente es la que tiene más índices en el mundo de lo sostenible. También le aconsejaría que se informe sobre los diferentes scorings. Tanto en MSCI como en Morningstar encontrará scorings de ESG/ISR que le podrán servir para hacer una primera selección. Por último, hay diferentes instituciones que promueven la sostenibilidad, por ejemplo, en Europa está Eurosif (al que está asociado en España el foro Spainsif), explica Jordi Mercader, CEO de InbestMe.

¿Es rentable aplicar criterios ‘sostenibles’?

Los criterios de inversión sostenible implican dejar fuera de la lista ciertas empresas y sectores. ¿Puede tener esto un impacto en la rentabilidad de las inversiones? Precisamente Inverco habla de no “perder de vista la rentabilidad” y esta es una de las creencias que tuvo mayor arraigo en los primeros años de introducción de la ISR. Sin embargo, el tiempo se ha encargado de no dar validez a este mito.

El crecimiento que hemos visto en la inversión responsable en estos años “se ha producido en un mercado alcista. La ESG nunca había podido ser testada en una caída de mercados tan brusca. Ahora ya sí. Y los resultados de esta prueba han sido contundentes”, señala Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM en España.

Esta gestora ha elaborado una cartera que incluye todas las acciones de compañías con el scoring de sostenibilidad más alto (entre 8 y 10), para poder compararla con una cartera compuesta por los valores con los peores niveles (entre 0 y 2). “La conclusión habla por sí sola: las primeras han registrado una rentabilidad 16,8 puntos porcentuales superior a las segundas. Esto es bastante elocuente”, apunta Barros de Lis.

Sophie del Campo coincide en que “la ESG ofrece una rentabilidad comparable o mejor a la inversión tradicional” y añade que además puede actuar como protector de las inversiones, ya que cuenta “con una mayor descorrelación del mercado, una de las claves para construir carteras sólidas y duraderas, y con una mejor relación rentabilidad/riesgo”.

¿Interesa más a los inversores jóvenes?

Otra creencia sobre la ISR es que es una elección típica de millennials. Sin embargo, esta creencia sí ha estado avalada por los datos cuando hablamos de inversores de a pie o minoritarios (porque lo cierto es que los inversores profesionales o institucionales, como los fondos de pensiones, fueron los primeros en incorporarla. 

Los jóvenes “son en general más sensibles a los temas relacionados con la sostenibilidad y los que demandan más estas carteras, con una edad media de 40 años entre nuestros clientes”, explica Jordi Mercader, aunque asegura que el interés en estas inversiones se ha ido ampliando y ahora abarca un rango de edad muy amplio, “de 20 a 70 años” en el caso del roboadvisor, que fue el primero en lanzar en 2018 una cartera “automatizada” (con fondos indexados) de ISR hace dos años.

¿Por qué estamos viendo un aumento de interés o, quizá, una normalización de la inversión sostenible? Xavier Fàbregas explica que “el calentamiento global, con todas sus consecuencias sobre el ecosistema, está impulsando una especial concienciación que antes, desafortunadamente, no existía”.

Cómo contribuir a los ODS con nuestras inversiones

Según el Observatorio Inverco, hay 6 formas o estrategias para lograrlo utilizando los fondos de inversión:

  • Invertir en fondos siguiendo criterios ASG/ESG: a través de la inversión siguiendo criterios ASG “es posible observar a largo plazo el impacto  cualitativo y cuantitativo que tendrá esa acción sobre la consecución de los ODS. La  importancia de los criterios ambientales, por ejemplo, se encuentra directamente  relacionada con el objetivo de proporcionar agua limpia y cuidar de los ecosistemas. En el  caso de los criterios sociales, su importancia en la inversión persigue los objetivos  relacionados con la educación, la igualdad y la erradicación de la pobreza, mientras aquellos  relacionados con el buen gobierno potenciarán el crecimiento económico y la innovación”, señalan.
  • Invertir en fondos siguiendo la estrategia de exclusión: es decir, decantarse por fondos que no metan dinero en “todas aquellas  empresas cuya actividad esté asociada a comportamientos poco éticos o que influyan  negativamente sobre el medioambiente y la sociedad”. Por ejemplo, Caja Ingenieros descarta empresas de la industria armamentística y tabacaleras, dos sectores que suelen ser los primeros que quedan fuera en la selección que hacen estos fondos.
  • Elegir inversión de impacto: Esta tendencia “se caracteriza por orientar todas las decisiones de inversión  hacia fondos que impulsen un impacto positivo sobre la sociedad, la economía, la política  y el medioambiente”. El objetivo es obtener retorno financiero abordando al mismo tiempo una problemática  social o medioambiental.  
  • Incorporar fondos temáticos: son en general fondos de renta variable global especializados, “que  invierten en determinadas industrias que se benefician de megatendencias, cambios estructurales que afectan a la economía y la sociedad a largo plazo. Por  tanto, invierten en empresas ligadas a temáticas específicas como eficiencia energética,  salud, medioambiente o innovación. Estas tendencias se desarrollan paralelamente a  los ODS e indican el camino que seguirá la sociedad en el futuro”, señalan desde el Observatorio.
  • Añadir fondos solidarios a la cartera: se trata de “una categoría dentro de los fondos en la cual, si bien no se invierte necesariamente siguiendo los criterios ASG, se ceden  parte de los beneficios o las comisiones obtenidas a organizaciones o entidades con fines  sociales. Estas donaciones pueden ser realizadas desde la gestora o bien el partícipe puede  determinar el porcentaje de los beneficios que destinará a las asociaciones”.
  • Escoger fondos que invierten en bonos verdes: Los bonos verdes son “instrumentos de financiación ofrecidos por bancos,  empresas y administraciones públicas a los inversores a cambio de una rentabilidad y cuya  cantidad se destina únicamente a la financiación de proyectos que contribuyan al desarrollo  sostenible, como aquellos que fomenta el uso de energías renovables y reducen los efectos  del cambio climático”. Hay fondos dedicados a este activo, tanto de gestión activa como de gestión pasiva.