PAGOS APLAZADOS

¿Merece la pena aplazar los pagos de mi tarjeta de crédito?

Las tarjetas de crédito te dan la posibilidad de aplazar los pagos. Pero antes de decidir pagar de este modo hay que conocer cómo es tu tarjeta y, sobre todo, los intereses que te van a cobrar. Este método tiene ventajas y desventajas que hay que conocer.

Las tarjetas de crédito te dan la posibilidad de aplazar los pagos. Pero antes de decidir pagar de este modo hay que conocer cómo es tu tarjeta

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Marta Gracia

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España tiene casi 84 millones de tarjetas (crédito y débito) en circulación, según los últimos datos del Banco de España del segundo trimestre de 2019. Del total de tarjetas, 36,11 millones son de crédito, un 43%. Llama la atención que en 2017 el número de tarjetas de crédito en circulación en España tocó sus máximos desde el año 2000 con un total de 52,35 millones. Una de las características principales de estas tarjetas es que puedes comprar sin pagar en el momento y de manera adelantada a tener el dinero en la cuenta.

En muchas ocasiones aplazar los pagos en una de las ventajas que ofrecen las tarjetas de crédito, ya que desembolsar una cantidad importante de dinero en un momento puntual puede no venir bien. Sin embargo, hay que tener cuidado a la hora de aplazar los pagos porque suele implicar costes y en muchos casos pueden ser elevados. Por ello es importante preguntarse primero si merece la pena aplazar los pagos.

Todas las tarjetas de crédito permite el pago aplazo así como pagar a final de mes todo lo gastado sin intereses. Y suelen hacerlo de dos modos, eligiendo una cuota fija (normalmente estipulan un mínimo de 3 euros) o bien estableciendo el pago de un porcentaje de la deuda, y por lo tanto lo que se pague dependerá del gasto con la tarjeta que se haya hecho.

María Valero, experta en finanzas de iAhorro.com, explica que aplazar el pago con una tarjeta de crédito es una opción útil que merecerá la pena “sobre todo cuando el método de pago elegido sea el correcto”. La experta señala que hay que evitar elegir una cuota o un porcentaje de pago de la deuda muy bajo ya que si esto ocurre, "no amortizaremos capital y la deuda crecerá".

Las posibilidades de aplazamiento dependen de las condiciones particulares de cada tarjeta, pero se pueden encontrar desde aquellas que permiten aplazamientos a corto plazo entre dos y 12 meses, hasta las que incorporan posibilidades de aplazamiento hasta 60 meses. Obviamente a mayor plazo mayor aplicación de intereses, y por tanto mayor encarecimiento final de la compra realizada a través de los intereses de la financiación.

Ante la imposibilidad de pago, hay que tener en cuenta que en algunas tarjetas se puede dar un plazo de carencia. El banco no va a exigir la primera amortización hasta pasado un periodo de tiempo que habitualmente es de uno, dos o tres meses. Estos periodos de carencia no suelen acarrear ningún tipo de comisión ni de intereses. Pero esto no siempre es así.

Los expertos recomiendan conocer cómo es tu tarjeta. Es un modelo en el que la financiación es cara, por eso hay que conocer no sólo desde el punto de vista del aplazamiento y sus condiciones, también de los intereses que van a aplicarte.

Todo lo que hay que tener en cuenta

A la hora de aplazar el pago hay que  tener en cuenta el modo de hacerlo. Si se elige una cuota fija o un porcentaje de la deuda, “que sean lo suficientemente cómodos pero no demasiado bajos”, recomienda Valero. También hay que ser conscientes del tipo de interés que tiene el uso de la tarjeta de crédito ya que a menudo están por encima del 20% TAE. Otra recomendación de la experta de iAhorro.com es no utilizar la tarjeta de crédito para compras habituales ya que a final de mes es posible que se acumule una deuda elevada y si no se ha elegido un método de devolución adecuado, “la deuda se prolongará en el tiempo y los intereses se incrementarán”.

Con todo ello, la mayor ventaja es poder tener acceso a productos y servicios sin necesidad de tener el dinero en cuenta. “Es una opción de financiación muy útil que bien utilizada es un buen aliado”, asegura María Valero. Otra ventaja es que la mayoría de las entidades permite ir cambiando el método de pago y adecuarlo a cada circunstancia económica. 

Por último, es muy importante saber que con una tarjeta de crédito se puede tener dinero a crédito sin pagar intereses si el total de lo gastado se paga a final de mes, lo que es sin duda una gran ventaja que muchos no conocen, “eso sí, hay que controlar el gasto hecho y ver que se es capaz de afrontarlo a final de mes”, advierte.

Sin embargo, matiza que en caso de hacer un mal uso, puede suponer un peligro de deuda prolongada en el tiempo. Y añade que la principal desventaja es que el coste de este tipo de financiación es elevado.