Ahorro para la jubilación

Decálogo para elegir un buen plan de pensiones

El ahorro e inversión para mantener nuestro nivel de vida durante la jubilación es una de las decisiones financieras más importantes que tomamos, dado que con ese capital que consigamos acumular hasta el momento de retirarnos, tendremos que vivir durante dos o tres décadas. La pega principal es que muchas veces no le dedicamos el tiempo necesario a analizar esta decisión ni hacemos previamente un plan financiero. Como consecuencia, solemos cometer errores que podríamos evitar si lo hacemos.

El ahorro e inversión para mantener nuestro nivel de vida durante la jubilación es una de las decisiones financieras más importantes que tomamos, dado que con ese capital que consigamos acumular, tendremos que vivir dos o tres décadas

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Pensiones / economia

Héctor Chamizo

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Lo primero que tenemos que trazar es el perfil de inversor que somos. Según Paula Satrústegui, socia de Asesoramiento patrimonial de Abante, la mayoría de los inversores prefieren ser conservadores con su ahorro para la jubilación cuando, por el tipo de inversión que es, a largo plazo -y en el caso de los planes de pensiones, con poca liquidez-, “nos permitiría asumir más nivel de riesgo para optar a mejores rentabilidades y así poder conseguir nuestro objetivo financiero con menor esfuerzo”.

Alberto Salgado Pérez, director de inversiones de Intermoney, señala que a veces sucede que, por la falta de liquidez y la visión de largo plazo, la inversión en fondos de pensiones se “evalúa de forma separada del resto de activos que forman parte del ahorro de un individuo”. 

Con todo, el perfil del inversor es “único”. Es decir, un plan de pensiones no es sino una parte del ahorro financiero de un individuo. En opinión de Salgado, hay que considerarlo junto a acciones, bonos, fondos de inversión, capital riesgo, participaciones en start-ups, etc., así como junto al ahorro inmobiliario, para “poder valorar si la cartera total de inversiones se adecúa al perfil de riesgo genérico de un inversor”. 

Considerando esto, se debería tener presente que cuanto más joven es uno, más tolerancia al riesgo existe, y conforme nos hacemos mayores, se debe ser más conservador, por el hecho de que se dispone de menos tiempo para “remontar” las fases de caídas en el precio de activos que todos los ciclos tienen. 

El 60% del ahorro acumulado en planes de pensiones del sistema individual se encuentra invertido en renta fija y activos monetarios, según los datos de Inverco. Y la elección de renta fija en lugar de la variable puede costarnos varios puntos de rentabilidad media cada año, que en un periodo largo de tiempo (una, dos o tres décadas) puede suponer una diferencia importante. 

Satrústegui lo ejemplifica de esta manera: si ahorramos 200 euros al mes entre los 40 y los 67 años y lo invertimos en una cartera que “nos dé un 3% anual de media acumularemos 125.858 euros”, mientras que, si la cartera nos diera “un 5% anual de media”, conseguiríamos “168.626 euros”. 

Los expertos explican que diversificar siempre es “una buena opción”. Y, en este sentido, es bueno “diversificar el ahorro entre productos varios, incluyendo fondos de pensiones bien gestionados (por su ventaja fiscal)”, concreta Salgado.

Estrategia que seguir en función a la edad

¿Cómo elegir un plan de pensiones en relación a la edad que tengamos? Tal y como explica la experta de Abante, según los años que tengamos, podremos revisar la distribución de activos de nuestro plan de pensiones o cartera de pensiones y, cuando nos falte menos tiempo para la jubilación reducir, quizá y si el caso en concreto lo pide, “nuestra exposición a activos de más riesgo como la renta variable (bolsa)”. 

Una regla no escrita, dice que uno debe asumir, como mucho, en renta variable, un riesgo igual a 100 menos la edad, asevera Salgado. Es decir, con 20 años podría asumirse un 80% en bolsa, mientras que con 65 años el peso bursátil máximo debiera ser del 35%. Siendo una obviedad, “refleja la mayor tolerancia que otorga el ser joven para poder mantener las inversiones y recuperar potenciales pérdidas”. 

Pero la edad es una variable más, no la única. Es posible que una persona de 55 años quiera o necesite asumir más nivel de riesgo con su inversión en pensiones para poder alcanzar su objetivo y no tiene por qué ser malo, “si tiene un horizonte temporal suficiente para asumir dicho riesgo”, destaca Satrústegui.

Respecto a temas tácticos, hay que considerar que los fondos de pensiones suelen tener activos de renta fija bastante líquidos, con los problemas conocidos de las reducidas rentabilidades que ofrecen las carteras a futuro, con un universo cada vez mayor de emisiones de renta fija con rentabilidades negativas. 

Comisiones y ahorro periódico

En lo que se refiere a las comisiones, es una de las críticas que se suele hacer a los planes de pensiones. Sin embargo, lo que debemos plantearnos cuando analizamos la oferta de planes de pensiones no es tanto la comisión del plan, sino “si esa comisión está pagando una rentabilidad neta adecuada”, afirma Satrústegui. 

El funcionamiento es casi idéntico al de los fondos de inversión; los fondos de pensiones soportan una comisión de gestión y una comisión de depósito. La DGS (Dirección General de Seguros, supervisora de entidades gestoras de fondos de pensiones -EGFP-), no obstante, limitó en 2018 el conjunto de comisiones, quedando la máxima de gestión en un 1,5% para los fondos de renta variable, un 1,3% para los mixtos, y 0,85% para fondos de renta fija. 

Para la comisión de depositaría, el máximo legal es de un 0,20% anual. Estas dos comisiones, al igual que sucede en los fondos de inversión, “se devengan diariamente, y van cargadas en el valor liquidativo (que es siempre neto de comisiones)”, analiza Salgado. 

Por otra parte, puede darse el caso de que un plan tenga una comisión baja, pero dé poca rentabilidad neta, mientras que otro plan con una comisión más elevada nos dé mayor rentabilidad neta, con lo cual, “nos estaría interesando pagar dicha comisión”, añade la experta.

Por último, otros aspectos que convine tener en cuenta cuando analizamos nuestras opciones de inversión para la jubilación es que el ahorro periódico, asevera Satrústegui, “nos ayudará a acumular más fácilmente el capital que necesitamos que si lo hacemos de forma estacional o puntual”.

Además, tenemos que analizar el tipo de plan y la gestión que hay detrás del mismo. Porque “sí hay planes rentables”, pero la mayoría de los partícipes “no están invertidos en estos planes”, sino que tienen el dinero en los planes más grandes, lo que “les cuesta rentabilidad”, destaca. 

Conviene asesorarse bien, dado que hay más de 1.000 planes de pensiones en nuestro país, para elegir el que mejor se adapta a nuestras necesidades y perfil, con una buena gestión profesional que nos dé en el largo plazo la rentabilidad que necesitamos.