DEPENDENCIA

¿Sabes cuánto se ahorra el Estado por tus cuidados a personas dependientes?

Mujeres, casadas y de entre 40 y 59 años. Este es el perfil de las personas cuidadoras de dependientes en nuestro país. Los cuidados informales que realizan, aunque de valor excepcional, constituyen un bien económico invisible.

Mujeres, casadas y de entre 40 y 59 años. Este es el perfil de las personas cuidadoras de dependientes en nuestro país. Los cuidados informales que realizan, aunque de valor excepcional, constituyen un bien económico invisible

Cuidados personas dependientes

Cuidados personas dependientes / economia

Nora Benito

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Los cuidados informales en nuestro país, aunque de gran valor, han sido un bien económico invisible hasta hace poco. Y es que existen muchos costes asociados al cuidado informal, tanto monetarios como no monetarios: aquellos relacionados con el empleo, pagos de ayuda doméstica, pérdidas de ingresos de los trabajadores, problemas físicos, emocionales, sociales… ¿Cuál es el valor del tiempo de cuidados? ¿A qué renuncian todas esas personas cuidadoras? ¿Cuánto cuesta cambiar a un cuidador informal por uno profesional?

Estos y otros temas se han expuesto en el seminario "El valor y el coste de los cuidados familiares a personas dependientes", incluido en el ciclo Economía y Políticas de Salud "De la investigación a la acción" de Funcas, y que pone el foco en los cuidados informales o no profesionales que se dedican a personas dependientes en España. En especial, al alcance de la dependencia y la valoración del tiempo de las personas cuidadoras, así como la carga y los problemas que se asocian a la prestación de dichos servicios.

Pero ¿en qué consiste el cuidado informal? Según la definición expuesta por Juan Oliva, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y coautor de los estudios, se trata de aquellos servicios compuestos de diversas tareas que es prestado por los miembros del estado social del demandante de los cuidados. “En el seno de las familias es muy visible, pero en la sociedad se diluye”, apunta este profesor. 

“Somos uno de los países en los que las personas cuidadoras dedican más tiempo”. Así lo ha confirmado Juan Oliva. Si no se cuantifica, ¿cómo se puede conocer su importancia? Y es que las horas dedicadas por cuidadores no profesionales ascienden a más de 4.000 millones al año, partiendo de los datos de la última Encuesta de Discapacidad, Dependencia y Estado de Salud del año 2008. Esto conlleva un valor estimado de entre 23.065 millones de euros y 50.160 millones, dependiendo de la metodología aplicada.

Según el estudio ‘An estimation of the value of informal care to dependent people in Spain’, publicado por la revista Applied Health Economics and Health Policy, esto supone entre el 2,1% y el 4,6% del PIB de ese año, cifras superiores a los recursos que España destina a la atención a la dependencia (menos del 1% del PIB).

LOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON LOS CUIDADOS

En el mismo foro se han presentado los resultados del estudio CUIDARSE, desarrollado en Granada y Guipúzcoa con personas de 18 o más años residentes en viviendas familiares que cuidan a alguna persona en situación de dependencia y que ha sido coordinado por la Escuela Andaluza de Salud Pública. De dicho estudio se desprende que son las mujeres quienes soportan mayor sobrecarga y problemas, y se pone énfasis en el apoyo social como red de protección para las personas cuidadoras.

Además, gira el foco hacia los problemas y las cargas que sufren las personas cuidadoras como, por ejemplo, el tiempo o la complejidad de las tareas. En concreto, 2 de cada 3 apuntan a problemas de salud por esta causa, 6 de cada 10 indican problemas en el ámbito laboral y 4 de cada 5 refieren problemas en el entorno sociofamiliar.

CUIDAR EL CUIDADO INFORMAL

El presente plantea un futuro incierto. “¿Qué estamos dispuestos a hacer para cuidar del cuidado informal?”, pregunta Juan Oliva.

“Los cambios demográficos y sociales que estamos experimentando están modificando la percepción social hacia este recurso de gran valor, pero lentamente. En Europa, los sistemas de cuidado de larga duración se están orientando hacia modelos mixtos, donde la responsabilidad en el cuidado es compartida entre el Estado y las familias”, señala este profesor. “Hay que elegir el modelo que queremos de sociedad”, concluye.