La sanidad privada es clave para entender el presente y el futuro del sistema sanitario español

Los sistemas sanitarios en el mundo desarrollado se enfrentan en la actualidad a diferentes retos que requieren una reconfiguración de los modelos para atender a nuevas demandas y necesidades. El envejecimiento de la población, la cronificación de la enfermedad y el avance de la tecnología son los tres retos a los que se enfrenta la sanidad y en España, la experiencia indica que el mejor camino para dicha adaptación es consolidar y evolucionar la exitosa colaboración pública-privada.

“La pandemia ha mostrado el compromiso de la sanidad privada, que ha atendido al 20% de los pacientes por COVID-19, y su voluntad de colaborar con la sanidad pública. La sanidad privada cuenta con una gran capacidad para innovar, adaptarse a las situaciones de crisis y acelerar su propia transformación. Fortalecer el modelo público-privado no es una opción, sino una obligación si queremos seguir manteniendo nuestro Estado del Bienestar. Tenemos margen para intensificar esa colaboración y el momento para hacerlo es ahora”. El consejero delegado del Grupo ASISA, el Doctor Enrique de Porres, explica con el ejemplo de la pandemia la necesidad de implementar este vínculo para mejorar el sistema sanitario nacional.

Dentro de la sanidad privada, el seguro de salud juega un papel clave ya que es la elección con la demanda más creciente entre los españoles: de los 2,1 millones en 1978 a los 13,8 millones de asegurados en la actualidad. Si hace 45 años facturaba 825 millones de euros ahora son 10.500 millones, representando el 2,9% del PIB (por encima de la media de países de la OCDE, 2,3%). Estas cifras se traducen en el desarrollo de una red hospitalaria privada de alta calidad -conforman el 56% de los hospitales españoles y el 31% de las camas-, con un gran desarrollo e inversión en infraestructuras y equipamiento que cuenta con el 48% de los equipos de resonancia magnética, el 49% de los de litotricia, el 43% de las mamografías o el 39% de los PET, además de equipos de protonterapia e HIFU. Esta paridad de datos apunta que la vía más natural de la evolución del sistema sanitario español es la combinación pública-privada.

Los hospitales del mañana

Ahora bien, ¿qué camino debe seguir dicha dupla pública-privada? El futuro pasa por adaptar el ecosistema hospitalario a los retos señalados de la evolución demográfica y el impacto de la tecnología. Por ello un hospital debe renovarse y organizarse en torno a dos tipos de infraestructuras: sociosanitarias, destinadas al cuidado de los pacientes crónicos y/o dependientes (la asistencia domiciliaria jugará un papel creciente); y hospitales dedicados al tratamiento de los pacientes agudos, complementados por centros médicos encargados de los servicios no complejos y con un uso cada vez más extendido de la telemedicina. “El hospital del futuro estará en casa del paciente gracias a las posibilidades que nos da la tecnología”, comenta el Dr. Enrique de Porres.  

“El hospital del futuro estará en casa del paciente gracias a las posibilidades que nos da la tecnología”

Dr. Enrique de Porres

— consejero delegado del Grupo ASISA

El director médico del Hospital HLA Universitario Moncloa (Madrid), el Doctor Carlos Zarco, incide en que “la división entre pacientes crónicos y agudos determina la primera característica del hospital del futuro: centros más pequeños -con menos camas, menos profesionales y estancias más cortas- y más capacitados para lo más complejo siendo más especializados y, sobre todo, escalables. Esta última característica es esencial como demostró el COVID-19”. 

Para afrontar estos desafíos, las organizaciones sanitarias deberán recurrir a la tecnología, el segundo elemento que definirá los centros hospitalarios. “Los robots, las apps, los ‘weareables’, ‘machine learning’ y la inteligencia artificial mejoran la seguridad de los pacientes, aceleran el diagnóstico, el tratamiento y la recuperación, multiplican la capacidad de los profesionales y ayudan a un uso más eficiente de los recursos. Aunque la tecnología por si sola no será un factor de diferenciación: lo volverán a ser las persona. Los futuros médicos, además de estar superespecializados en su área, deberán ser gestores de datos; desarrollar un vasto conocimiento en genética; y contar con una gran capacidad para comunicar en salud”, añade el Doctor Zarco.

No obstante, el director médico del Hospital HLA Universitario Moncloa advierte que habrá otros aspectos que “permanecerán inalterables. Uno de ellas es la necesidad de respetar la dignidad individual de la persona enferma y atender sus necesidades de manera integral, con el objetivo no solo de curar su patología sino de cuidar al paciente y permitirle participar de forma proactiva e informada en la toma de decisiones. El Grupo ASISA, del que forma parte el Grupo Hospitalario HLA, recoge en su código ético el compromiso permanente por trabajar poniendo los derechos del paciente en el centro de nuestro quehacer porque la humanización de la sanidad seguirá siendo un reto central”.